El Presidente Maduro acaba de generar un nuevo cargo dentro de la administración pública: se trata de un funcionario de alto nivel que se encargará de coordinar todos los aspectos relacionados con la exportación. Su título exacto será, al parecer, Autoridad Única de Exportación. Se trata indudablemente de una buena noticia, pues denota, por, lo menos, preocupación por un tema que ha estado durante años, totalmente ajeno a las prioridades del Gobierno venezolano.
Pero esa noticia tiene una segunda parte, que es mejor aun: se autorizará a los exportadores a que liquiden las divisas provenientes de sus ventas en el exterior en el Sicad; es decir, en el naciente mecanismo de subastas que iniciará el BCV en la próxima semana. Eso significa, en la práctica, que los exportadores recibirán por sus dólares una cantidad de bolívares que, por lo menos, duplicará a la cantidad que recibían actualmente, obligados como estaban a cambiar sus divisas a tasa oficial en el Banco Central. En alguna medida eso implicará también que las cantidades ofertadas dentro de ese mecanismo aumentarán, lo cual puede que se traduzca en una disminución del precio de la divisa imperante en ese mercado, y también eventualmente en el mercado paralelo, donde impera un precio que todavía es innombrable. Si todo eso efectivamente se implementa, estaremos en presencia de un estímulo sustantivo a las exportaciones no petroleras venezolanas. Partiría con buen pie dicha Autoridad Única de Exportación.
Hay algunas otras medidas que serian igualmente buenas, y que nos permitimos mencionar, como forma de contribuir al debate y a las buenas acciones de esa naciente rama de la Administración pública.
Primero, tienen que reunirse con los empresarios ligados al proceso de exportación con la Asociación Venezolana de Exportadores, AVEX, con Fedecàmaras, con Conindustria, y con otros gremios empresariales, y recoger las ideas que nacen de la experiencia y de la necesidad del empresariado exportador. No tienen necesidad de acoger todo lo que se les proponga, pero algunas ideas serán buenas, y el sentarse a conversar es en sí una señal positiva, sobre todo si se trata de interlocutores que se espera sean los protagonistas de ese proceso que de incremento de las exportaciones que se persigue.
Segundo, hay que crear o reflotar y/o repotenciar los cargos de Agregados Comerciales en las Embajadas situadas en aquellos países que se visualicen como países eventualmente receptores de mayores exportaciones venezolanas. Esos funcionarios tienen que ser los ojos, los oídos, la boca y los agentes de los exportadores venezolanos. Tienen que ser funcionarios de primer nivel, con amplios conocimientos del proceso de Marketing internacional. No pueden ser meros militantes rojos-rojitos que se han ganado el cargo en un ejercicio de jalabolismo.
En tercer lugar, esos funcionarios no podrán cumplir adecuadamente sus funciones promotoras, si no cuentan en Caracas con una instancia técnica que les proporcione la información adecuada y oportuna sobre las capacidades exportadoras del país y sobre los mecanismos administrativos e institucionales encargados de esa actividad. Además, necesitan que los exportadores mismos estén organizados de modo de abordar grupalmente muchas de las actividades que el proceso de exportaciones demanda, tales como la asistencia a Ferias internacionales, la realización de Misiones comerciales a ciertos países claves, la edición de Folletería, la realización de Estudios de mercado, etc.
En cuarto lugar -en una enumeración que no está necesariamente en orden jerárquico- se necesita que los procesos de aduanas y de transporte internacional se pongan realmente al servicio del proceso exportador, agilizando trámites y papeleos y eliminando todos aquellos procesos que han perdido muchas veces su razón de ser, o que se puedan consolidar en la medida que las bases de datos de la Administración pública estén adecuadamente en red.
Hay otros procesos, igualmente importantes, tales como los Asuntos Crediticios y Tributarios, los Aspectos Sanitarios, y todo lo relacionado con la Innovación Tecnológica, que también son fundamentales; pero que ameritan artículos específicos. Por ahora, celebramos la buena noticia, y aportamos algunas modestas sugerencias.
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