MAIRA FERREIRA
YAMILETH ANGARITA
09 de junio de 2016 05:30 AM
Henkel García: “La necesidad de billetes de mayor denominación se hace más necesaria que nunca para pagar simples cosas”
Luis Vicente León: “Si tienes un billete de 500 la conversión monetaria está llegando tardísimo, porque no vale nada”
Ahora en Venezuela salir a comprar en un sencillo mercado al aire libre impone llevar paquetes abultados de billetes. Y es que con una realidad inflacionaria –aceptada por el mismo Alto Gobierno, con 180% de inflación al cierre de 2015-, los compradores en Venezuela confirman que para adquirir sus productos ya no les es suficiente el manejo de algunos billetes y monedas del cono monetario vigente, sino que se ven obligados a cargar múltiples y prácticamente solo el de mayor denominación: el de 100 bolívares.
De ahí que cada vez más vendedores y consumidores hayan virado hacia el uso de los medios de pago electrónicos, teniendo la tarjeta de débito como principal elemento, para proseguir con la adquisición o pago cotidiano de productos y servicios.
Pero hay quienes por diversos motivos no cuentan con las facilidades aportadas por la tecnología bancaria. Por eso, los economistas han enfatizado en la necesidad de que el Banco Centra del Venezuela (BCV) ajuste el cono monetario vigente y emita nuevos billetes de mayor valor. Algo que ya fue anunciado por la propia institución.
Un bolívar que ya no es fuerte
A finales de febrero de este año el presidente del BCV, Nelson Merentes, en entrevista con The Associated Press, dijo que el ente ya tiene en proyecto la emisión de nuevos billetes de 500 y 1.000 bolívares para ir hacia un cono monetario "más óptimo" que se adapte a la situación del país. Agregó: "Queremos que sea este mismo año'' que salgan las nuevas denominaciones de billetes, pero precisó que "no está todavía la fecha establecida ni se tiene el cono monetario establecido con las imágenes correspondientes''.
“La necesidad de imprimir nuevos billetes está vinculada a la pérdida de valor de la moneda. Si tú calculas la inflación acumulada desde la emisión del máximo billete hasta hoy ese billete no vale ni lo que antes era un bolívar”, explica el economista y presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, lo que confirma su colega economista y diputado a la Asamblea Nacional (AN) integrante de la Comisión de Finanzas, José Guerra (MUD).
“La inflación acumulada desde la fecha que se emitió el primer billete, el 1ero de enero de 2008, hasta ahorita es 1.500 %. Eso ha deprimido muchísimo el valor de la emisión monetaria”, dijo.
En su análisis, “un billete de cien bolívares ahorita equivale a un billete de dos bolívares de 2008. Eso quiere decir que el billete de 100 bolívares ha perdido un 98 % de su capacidad adquisitiva”.
Confirma el también legislador integrante de la Comisión Permanente de Energía y Petróleo, Germán Ferrer (GPP), que “nuestro signo monetario ya no es suficiente. De la denominación que tenemos, la mayor es cien bolívares. Para resolver los problemas de compra en efectivo se requiere la emisión de billetes de mayor denominación”.
Ante esta situación, León recuerda que la denominación “bolívar fuerte”, con la que en 2008 se “vendió” la reconversión monetaria, correspondía únicamente a una estrategia de mercadeo.
“El bolívar fuerte era un concepto ficticio. En realidad lo que se estaba reconociendo era que el bolívar no valía nada”, señala.
Costos y más costos
Los cuatro expertos coinciden en que además de las compras cotidianas de los consumidores, con su correspondiente “carretilla de billetes y monedas” como describió Luis Vicente León, otras transacciones de la economía se ven afectadas por un cono monetario desajustado a la realidad.
El diputado Guerra explica que en 2008 los billetes de 100 bolívares alcanzaban el 20% de toda la emisión, pero ahorita representan el 80%. “Con un billete de mil bolívares se estaría gastando 15 centavos de dólar, mientras que con 10 billetes de 100 bolívares se está gastando 1 dólar con 50 centavos. Eso quiere decir que el BCV está gastando muchísima plata para imprimir un billete que no tiene valor”.
Para los bancos hay un problema adicional. “Se deteriora todo el sistema de cajeros automáticos porque ¿cuántos billetes tiene que manejar un cajero automático para atender la necesidad de la población?”, reflexiona.
Suma el presidente de Datanálisis que se incrementan los transportes de dinero desde la casa de la moneda hasta los cajeros “y estos tienen una cantidad limitada de billetes que puede emitir por la ranura. Entonces esos son costos y costos que se están agregando”.
“Yo propongo”
Además de lo adelantado por el presidente del BCV, la propuesta de la Comisión Permanente de Finanzas del Parlamento Nacional es que la actualización del cono monetario incluya un billete de 2 mil bolívares, uno de 1.000, uno de 500, uno de 200 y uno de 100 bolívares.
Pero hay quienes opinan que, ante la estimación de más de 500% de inflación acumulada en Venezuela al cierre de 2016, es necesario que se creen billetes de aún mayor denominación. León y García coinciden en que incluso aparezca el de 5.000 bolívares.
“Yo creo que la moneda venezolana puede tener perfectamente billetes de 5 mil bolívares, de 1.000 y de 500 bolívares. Eso le permitiría de alguna manera rescatar su capacidad de compra y también hacer operaciones menudas”, menciona León.
“Creo que necesitamos un billete de 5.000, uno de 2 mil, de 500 y 200 bolívares. Y quizás el billete de 100 podríamos mantenerlo, pero con el pasar del tiempo ese billete tendría que ser devaluado, podría ser el billete de más baja denominación”, analiza García.
¿Y con tres ceros menos?
Por su parte, el diputado Ferrer menciona que hay quienes también sugieren la posibilidad de suprimir nuevamente los tres ceros, pero admite que esa no sería la solución.
“Esto no incide realmente en lo que sería el problema inflacionario porque en definitiva lo que haríamos sería hacer más manejable la moneda en efectivo, pero la inflación va a seguir su curso hasta que no se tomen los correctivos. Evidentemente, se debe aumentar la producción de bienes y servicios para reducir la inflación y tomar las medidas desde el punto de vista macroeconómico”, dijo.
En 2008 “se le estaba quitando tres ceros para camuflar la pérdida del valor, pero eso solo no solucionaba el problema porque no se tocó la raíz del problema inflacionario. Tú le puedes quitar los ceros pero dentro de tres años tendrás que quitar tres más. Quitar el cero no tiene ningún impacto real”, respalda Luis Vicente León.
Sea la decisión que sea “habría que modificar la impresión de la moneda en Venezuela, o suprimiendo los tres ceros o haciendo los nuevos billetes”, observa finalmente Ferrer. “Hay que ir a la Casa de la Moneda y consultar al BCV. Este debe tomar la decisión y por supuesto establecer los costos”, agrega.
¿A tiempo o tarde?… ¿Solución o “paño caliente”?
La cotidianidad marca la pauta, y en ese sentido los analistas juzgan que para este momento la emisión de billetes de 1.000 y 500 bolívares es tardía e insuficiente.
“El tema está en que cuando la inflación es muy alta y se está acelerando, los billetes pierden valor muy rápido. Tienes que tener una regla para ir sustituyendo los billetes permanentemente”, asegura el diputado integrante de la Comisión Permanente de Finanzas. “Una de las cosas que proponemos es que se cree una regla según la cual los billetes se vayan moviendo con la inflación. No se puede tener un cono monetario sin actualizarse por 7 años con una inflación que prácticamente destruyó la moneda”.
Por su parte, el presidente de Econométrica aclara que los problemas económicos de relevancia no se resolverán con esta medida, “pero si facilitaría las transacciones. Ya no necesitaríamos una cantidad de billetes para pagar los bienes y servicios que queramos pagar en efectivo y por supuesto va a facilitar la vida de los venezolanos. Eso es lo adecuado. También, vamos a tener un ahorro en la impresión de billetes”.
Agregó que de todos modos “la mayor parte del dinero en Venezuela es dinero electrónico, la cantidad de efectivo que hay es realmente menos del 10%. Lo que haría esta familia de billetes sería facilitar los pagos”, reitera.
Ahora bien, el presidente de Datanálisis observa que si bien “el Banco Central de Venezuela tiene la libertad de emitir el signo monetario que quiera, yo creo que ellos lo evitan por el impacto político de reconocer que la moneda no vale nada”.