La crisis de liderazgo se manifiesta cuando un grupo de personas pierde credibilidad en quienes tienen la responsabilidad de dirigirlos. Sin importar que sea una casa, una organización o un país, esta situación representa una pérdida de equilibrio.
Para tener credibilidad hay que admitir que la comunicación lo es todo, tanto en la sociedad, como en las organizaciones, en los equipos de trabajo, dentro de los diversos ambientes sociales, como también dentro del núcleo familiar. Es necesario reflexionar sobre qué se dice, cómo se dice, hasta cuánto se dice y posiblemente qué no se dice, pues parece un factor determinante para el adecuado funcionamiento en todo orden. Esto se tiene más que asumido.
Sin embargo, ante el conflicto entre obrar apegándose de acuerdo a un valor como la sinceridad u optar por deslizarse ante lo atractiva que es la conveniencia bajo el deseo de satisfacer ciertos intereses personales, la persona o líder se encuentra en un dilema, actuar de acuerdo a lo que es correcto bajo la dirección del bien común o actuar ante lo que le conviene o le place en lo individual. Ese momento (el de hallarse en medio de un dilema) es crucial porque se tendrá que concebir, adoptar e implementar una decisión a la que, tarde o temprano, la gente a su alrededor la notará, se dará cuenta de la postura asumida por su líder y finalmente reaccionará como una consecuencia natural.
Se debe recordar que la persona que es congruente no se contradice ni se justifica. Simplemente dice y hace aquello que piensa, de lo cual está convencido, razón por la cual procede de una manera asertiva sin perjudicar a los demás y sin perderse de vista a sí mismo, asumiendo con totalidad las consecuencias.
En el primer caso, el líder, al concebir y adoptar decisiones, insta a que la gente obre y se conduzca en congruencia a lo establecido en favor de una misión dirigida hacia el bien común; no obstante, de que eso vaya en menoscabo de sus propios intereses personales, genera varios efectos: 1.- Se convierte en un ejemplo a seguir; 2.- Muestra caminos posibles; 3.- Mejora su comunidad; 4.- Siente orgullo; 5.- Inspira a otros, y 6.- Genera credibilidad.
Entonces, ¿llega a ser intrascendente mentir? ¿Se está valorando suficientemente los altos costes que produce la mentira?
A continuación, se enumeran algunos costes de este mal hábito de mentir que es conveniente tener presentes antes de hacerlo tan despreocupadamente:
1. La deseabilidad o repudio social subyace a las mentiras profesionales. La necesidad psicológica de reconocimiento, atención, aceptación, importancia, aprobación, consideración o utilidad, muchas veces lleva a querer sobresalir generando ciertos comportamientos para demostrar a todo mundo un status, una capacidad o ciertos resultados.
2. Esto lleva muy rápidamente a la trampa de la mentira, a la falsedad y -sin darse cuenta- a la pérdida de credibilidad que, por cierto, es una consecuencia que le llega muy rápido al mentiroso: la mentira tiene patas cortas. Al final, acaba perdiendo lo que más miedo le daba perder: imagen. Quizá en este punto no sólo el individuo, sino también la cultura de las organizaciones debería cambiar. ¡Cuidado con lo que se premia o reconoce o aprecia!
3. Relacionado con lo anterior y profundizando más en el individuo, es indudable que la autoestima está relacionada con esto de la mentira. La baja autoestima detona esa inseguridad e inferioridad ante los demás y surge -entonces- la necesidad de querer sobresalir con falsedades. Pero ojo, el individuo sabe en el fondo que está mintiendo y si se siente bien haciéndolo, es un signo de inconsciencia y de poca ética. Se convierte en un círculo vicioso que tarde o temprano lleva al estrés, al abuso, al robo o fraude, a la corrupción y más tarde a la depresión. ¡Menudo premio! (Caso de la Venezuela Socialista)
4. Otro coste de la mentira para los líderes se asume cuando no son asertivos y no se atreven a decir la opinión franca a los demás por temor a sus reacciones. ¡Cuidado con el mecanismo psicológico que están activando y cuidado con la cultura que se está construyendo!
El inhibirse y no atreverse a compartir un parecer o sentir o decir abiertamente lo que está mal requiere con urgencia un cambio, sin duda es señal de debilidad, porque conduce hacia la consolación o justificación o a la complicidad. Este mecanismo es altamente peligroso, porque acaba con pensar arbitrariamente mal unos de otros y de esa manera se crea una cultura de hipocresía y falsedad. Por tanto, el vicio de no mostrar las verdaderas opiniones lleva a pensar en negativo de los demás e incluso a destruir la propia implicación con el equipo y con la empresa.
Por último, se destaca como coste la importancia de los valores de un equipo.Todos necesitan conectarse con una misión, con un propósito que tenga sentido. Tener la sensación de que los esfuerzos y los sacrificios que se hacen cada día aportan valor a la organización a la cual se pertenece y de paso a la sociedad que se beneficia del producto (bien o servicio), etc. No hay nada más humano que trascender del individualismo (¿narcisismo?); de lo contrario, el mundo se acabaría.
Las organizaciones (compuestas por personas)- también necesitan tener propósito y entre más nobles mejor, pero… ¡cuidado con esto!; si los líderes son mentirosos e incumplen con un valor tan esencial como es la honestidad, ¿qué efecto tiene esta incoherencia en los equipos? Se le está robando la posibilidad de implicarse con una misión, se le está quitando la capacidad de compromiso ante un ideal. Se está quitando uno de los motivadores más esenciales como es cumplir con un propósito, se está obstaculizando el gozo que genera implicarse con alguien y se le está quitando la facultad de creer en un ideal, persona u organización y -por ende- de practicar la fidelidad o lealtad.
En síntesis, todavía no se entiende cuáles son los beneficios de mentir, pero se cree que en el fondo la gente busca comodidad, atención, aceptación, aprobación, reconocimiento, importancia. Serán cuantiosos los costes y el descredito que vienen aparejados dada la frecuencia con la que se hace.
Amigo empresario, existen organizaciones muy bien avaladas (como: P.F. Consultores, nuestro aliado estratégico) con amplísima experiencia que están dispuestas a apoyarle en su andar hacia el éxito: no dude en vincularse con ellas.
Foto de cottonbro studio: https://www.pexels.com/es-es/foto/hombre-en-camisa-de-vestir-marron-tumbado-en-el-campo-de-hierba-verde-6230521/