La política es así. (Ingmar Bergman)

¿Tenemos la libertad de las marionetas? Es probable que la respuesta a esta interrogante la encontremos en nuestras desesperanzas y en los viajes que hemos emprendido hacia la profundidad de nuestras almas. En algún momento estas travesías comenzaron a ser manejadas, mediante hilos en manos de algún titiritero. Ingman Bergman ha fallecido, a la edad de 89 años en la isla de Farö, a la que se había retirado en sus últimos años de vida. Sus hilos de titiritero no volverán a conducir los destinos de sus personajes; tampoco seguirán marcando surcos indelebles en el campo de nuestras vidas.

En el filme, “Escenas de un Matrimonio” (Scener ur ett aktenskap), este cineasta sueco logra acercarse a los recintos ocultos de nuestra alma. Reflexiona sobre esta venerable institución y el sustento gaseoso que la soporta: el amor conyugal.

La historia trascurre a lo largo de la vida de una pareja clase media, feliz y satisfecha. El, un investigador universitario mediocre; ella, una eficiente abogado. A lo largo del filme observamos el torbellino de la relación. Sus altos y bajos. Separaciones y reconciliaciones. El tema se centra en la doble lógica que envuelve la pulsión del deseo: liberadora y esclavizadora. Así describe el escritor mexicano Enrique Krauze la caída de la relación. El marido, en esta película, parece tener el vínculo perfecto y la familia ideal; pero justo en el cenit de la armonía, cae en el vértigo del deseo, un deseo irracional, fantasioso, absurdo, narcisista pero ineluctable, que precipitará su caída. Krauze se vale de la imagen del titiritero para razonar sobre la idea de libertad plasmada en el filme. Afirma que los hombres arruinan su vida por razones insondables. ¿Somos libres? Vivimos la libertad de las marionetas.

Reflexión susceptible de ser aplicada a la política. La revolución opera como el teatro guiñol. Ella forma parte de un plan de la historia que se encuentra por encima de las ambiciones y sueños del pueblo. Voluntad doblegada a los deseos del líder del proceso.

Gozosa constricción ésta, la de las marionetas.

Ingmar Bergman muestra igualmente, espacios de luz y felicidad. El asombro de los niños, la misericordia de los hombres, la ternura femenina, la pasión de los amantes. En su larga filmografía narra la pluralidad de ese hermoso festín que constituye la vida.

Paz a sus restos.

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