El mandato de Obama comenzó bajo el signo de la «Obamamanía», fenómeno sociológico que logró que una persona sin experiencia ni ideario político conocido, se convirtiera en icono de masas, insuflara vientos de cambio y devolviera la ilusión y la esperanza a una sociedad americana hundida en la recesión y con lacerantes desigualdades sociales.
Tras los Cien Días de rigor, el Presidente Obama habría firmado 12 órdenes Ejecutivas,13 decretos-ley, realizado trece viajes oficiales, (tres de ellos al extranjero), y enviado diez mensajes a la nación, tres de ellos en horario prime, (en un ritmo frenético que sólo tendría parangón con el hiperactivo Roosevelt), y a pesar de haber perdido casi 20 puntos de popularidad desde su investidura, sería no obstante uno de los Presidentes más populares desde la época Kennedy, (rondando el 62%).
Firma de Orden Ejecutiva para cerrar Guantánamo en un año: Tras la significativa erosión de la imagen de EE.UU. en el mundo, tras los sangrantes episodios de vulneración de los Derechos Humanos en Abu Ghraib y Guantánamo, una de las primeras decisiones de Obama fue firmar una orden ejecutiva para exigir el cierre de la prisión en la base naval de Guantánamo en el plazo de un año y otras dos órdenes, para prohibir el uso de la tortura e iniciar la revisión de los procesos de detención, cumpliendo así las promesas de su campaña electoral.
Sus asesores buscan ahora los mecanismos legales para finiquitar el «limbo jurídico» de Guantánamo, un espacio virtual fruto de la ingeniería jurídica del llamado «Comité de Guerra», (nombre en clave del selecto grupo de juristas y asesores que trabajaron a las órdenes de la Troika formada por Rumsfeld, Hayden y Cheney), verdaderos detentores del Poder durante el nefasto mandato de George W. Busch.
Sin embargo, Obama dejará que el viento del olvido cubra con su manto el vidrioso tema de la persecución de los responsables de haber legitimado la tortura, pues sus asesores le habrían advertido de las previsibles consecuencias que una acción de ese tipo, podría suponer para su flamante Presidencia, (véase Magnicido de Kennedy), decisión que a pesar de suscitar una clara decepción en la organización defensora de los derechos humanos «Human Rights Watch», (HRW), sería apoyada por el 60% de los encuestados.
Posible consecución de la supermayoría en el Senado, (60 escaños): Joe Biden, buen conocedor de las veleidades políticas y debilidades de sus señorías, habría logrado el pase del senador republicano de Pennsylvania, Arlen Specter, a las filas demócratas, dejando al partido de Obama con la posibilidad de alcanzar la mayoría absoluta de esa cámara, (caso de confirmarse la victoria en Minnesota de Al Franken), lo que evitaría que la minoría republicana pudiera utilizar la práctica política de torpedear proyectos de ley mediante tácticas dilatorias (filibustering).
Así pues, con una mayoría en el Congreso desconocida desde 1.992, (258 de los 435 escaños), se prevé una cómoda legislatura que, en principio, debía facilitarle la presentación de avanzadas propuestas sociales, (Aumento de la cobertura Sanitaria, Proyecto de Revitalización de la Educación Pública, Incremento del Salario Mínimo y Ley de Inmigración), pero que corren el riesgo de quedar aplazados «sine die» o nacer descafeinados, tras su tramitación parlamentaria al ser claramente onerosas para el erario público, (se estima que costarían al erario público unos US$127.000 millones, y estar sumido el país en una aguda recesión económica .
Agudización de la inestabilidad del sistema financiero: Las sucesivas bajadas de tipos de interés de la Fed hasta el 0%, aliviará los problemas de liquidez de las entidades financieras, pero no impedirán que los bancos se sigan descapitalizando y necesiten más inyecciones de capital, debido a los activos tóxicos, (hipotecas subprime), que deberán ser comprados por losbad banks (bancos malos) o continuar con el goteo de nacionalizaciones bancarias, prácticas que en ambos casos suponen una pérdida de la libre competitividad .
Ello, unido al incesante aumento de la Deuda Externa, contribuirá a que la prima de riesgo aumente y el crédito siga sin fluir con normalidad a unos tipos de interés reales, lo que aunado, con la posible entrada en deflación, al hecho de que los diferenciales de rentabilidad entre las emisiones de deuda pública entre los diversos países del primer mundo han aumentado en los últimos meses, (lo que conlleva un encarecimiento y mayores dificultades para obtener financiación exterior), a la adopción de medidas extraordinarias como implementar medidas cuantitativas, (Quantitative Easing) para incrementar la base monetaria y la devaluación del dólar para estimular las exportaciones, podría agudizar el riesgo evidente de estancamiento de la crisis económica en EE.UU.
Incrementos de la tasa de paro hasta niveles desconocidos desde la época de la II Guerra mundial: La tasa de paro de la primera potencia económica del mundo subió hasta el 8,5% en marzo del 2009, con un total de 13,2 millones de parados. y podría alcanzar el 10% a final del 2009, (rondando los 15 millones de parados), incremento que tendría su continuidad en el próximo trienio, debido a los siguientes factores:
Brutal reestructuración del sector de la automoción: A pesar de las subvenciones a las empresas del automóvil cercanas a los US$ 25.000 millones en forma de préstamos y líneas de crédito blando, las ventas locales de autos habrían caído un 50% desde el 2007, por lo que urge una profunda reestructuración de la anquilosada industria automotriz norteamericana, (pesados dinosaurios incapaces de evolucionar y adaptarse a las necesidades de los mercados), debiendo sustituir los obsoletos y contaminantes modelos actuales por nuevos modelos más respetuosos con el medio ambiente y de menor tamaño y más tirón en los mercados emergentes.
Asistiríamos así a la declaración en cascada de bancarrotas guiadas o quiebras quirúrgicas, (empezando por Chrysler y siguiendo con GM y Ford)), eufemismos para encubrir la brutal reestructuración que espera a la industria automotriz de EE.UU., en los dos próximos años y que podrían elevar las tasas de paro hasta los 20 millones de personas, a pesar del objetivo de la Administración Obama de crear la friolera de 3 millones de empleos.
Para ello, Obama implementará medidas calcadas del «New Deal» de Roosevelt, como la devaluación del dólar para incrementar exportaciones, (debido a la caída del 40% del volumen de exportaciones en el primer trimestre del 2009), el incremento faraónico de las inversiones en Infraestructuras de Transporte y Energéticas, (Tren de Alta Velocidad y extraordinario impulso de las Energías Renovables), aunado con la subida del salario mínimo y la Reducción de Impuestos, por un monto de más de US$ 300.000 millones, para favorecer el consumo interno, (uno de los tradicionales motores de la economía de EE.UU., ya que representa más de la mitad del PIB del país); a ampliación de la cobertura del desempleo a 8 millones de nuevos parados y las ayudas a la producción agrícola en forma de proteccionismo encubierto.
Continuación de la Recesión económica hasta el segundo semestre del 2.012: Tras la entrada en Recesión económica en el 2008 de la mayoría de los países desarrollados, asistiríamos a escenarios de crecimientos negativos del PIB hasta el segundo semestre del 2.01,1 (con estimaciones del –2,6% en 2009, del – 0,5% en 2010 y crecimiento positivo del 1% en 2011), e incrementos espectaculares del déficit Público, (del 12% para el 2009 y del 10% para el 2010), y de la Deuda Externa,(US$ 13,5 Billones para el 2.009). Finalmente, como consecuencia del seguro descenso de los ingresos de los Estados y del bestial incremento de las prestaciones de Desempleo, ( 8 millones de parados sin cobertura de desempleo), asistiríamos a una drástica reducción de los subsidios sociales, no siendo descartable en varios estados, la aparición de agujeros financieros y la declaración de bancarrota de los organismos federales.
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