“Cuando amor y espíritu se unen,
su poder conjunto puede lograr
cualquier cosa. Entonces, amor, poder
y espíritu son una misma cosa”.
D. Chopra
Éste es el último espacio de este año y como es costumbre está dedicado a realizar algunas reflexiones acerca del liderazgo nacional, tanto público como privado, así como también acerca del estilo de comportamiento del venezolano.
Diciembre es el mes más bello y hermoso del calendario cristiano, por cuanto está lleno de mucha espiritualidad; además, que en esta época la humanidad se prepara para celebrar el nacimiento del Niño Jesús que, posteriormente, se transformó en el líder más importante de la sociedad en los últimos dos mil años. Muchas de sus enseñanzas y reflexiones de aquel entonces son herramientas gerenciales modernas de la actualidad.
Por tradición, el venezolano -en este tiempo- cambia diametralmente su comportamiento: se olvida de todos los problemas de la cotidianidad y, basado en ese espíritu navideño, reafirma uno de los valores más importante que ha caracterizado a la gente de esta tierra, como es: sus grandes habilidades y destrezas hacia la sociabilización. ¡NOS GUSTA SER AMIGOS!
Lamentablemente, en estas navidades, por deseos impuestos por el máximo jerarca de este régimen, hay un elemento extraño y muy ajeno a la navidad venezolana, como es la problemática de la reelección. Está realidad perturbadora –rechazada hace un año por la mayoría del soberano que manifestó su opinión en las urnas electorales del 2D– fue expresada por F. Cordero en “El Universal” de la siguiente manera: “No se veneró su hábitat ni su inmunidad interna. Sin ninguna misericordia, se mete a la gente en un polvorín de odios y rivalidades. Precisamente, en festividades donde florece el amor, amistad y perdón. Se unen las familias y la religión guía roles y relaciones. Tengo dudas de su eficacia en época de festejo y reflexión navideña. Imposible sacar al venezolano de su tradición y épica decembrina. ¡Ni las cadenas mediáticas! ¿Por qué no se esperó enero? ¿Qué hay detrás de este anticipo barroco? Acaso, el tiempo y el contexto sociocultural no son esenciales”.
Por otra parte, a la luz de los resultados de las elecciones del 23-N, el mapa geopolítico venezolano ha cambiado, pero el régimen no quiere aceptar dichos resultados en términos de liderazgos regionales. A través de la Ley de Administración Pública, el Ejecutivo articula un cerco financiero a las regiones, por cuanto dicha ley indica que el Presidente podrá designar autoridades regionales que tendrán que ejecutar políticas y planes conforme a la planificación centralizada. De igual forma, el Proyecto de Ley de Ordenamiento Territorial establece que el máximo jerarca será la suprema potestad en la ordenación del territorio con autoridades regionales que manejarán planes y proyectos. Sin lugar a dudas, todas estas realidades y acontecimientos preocupan al soberano, por cuanto se están cambiando radicalmente las reglas del juego democrático y esto -sin temor a equivocaciones- incide directamente en el estilo del liderazgo, tanto el público, como el privado.
Venezuela, como miembro de esta aldea planetaria, no puede escapar a los acontecimientos mundiales. Uno de ellos, y tal vez el más importante, es la victoria de Barack Hussein Obama Jr. como Presidente del país más poderoso del mundo, este acontecimiento demuestra que el pueblo norteamericano quiere cambios en la conducción política de ese país y en esa visión están enmarcadas las relaciones con Latinoamérica. Existen en ese orden de ideas muchas expectativas en la calidad de las relaciones del país del Norte y Venezuela.
Otra de las circunstancias que no se puede perder de vista, es la crisis financiera global, en donde las grandes economías mundiales se han visto gravemente afectadas y, por supuesto, los países en vías de desarrollo se verán también conmovidos. Esta situación arrastra la caída del precio del petróleo, que de mantenerse en el próximo año el valor actual del crudo nacional, habría una brecha diaria de ingresos de $ 50 millones, esto traería como consecuencia un recorte significativo del gasto público que profundizaría la desaceleración económica, a esta realidad hay que agregarle que el sector privado ha venido debilitándose y perdiendo capacidad de empuje.
Con estos escenarios el soberano espera, tanto de sus líderes públicos, como de los privados, que en este mes de diciembre se aparte la conflictividad, que se estimulen la paz y el amor. Que realicen profundos procesos de reflexión acerca de los cambios que conviene ejecutar para construir el país que se desea. Un país prospero, libre y democrático, donde no existan diferencias por colores políticos o por filosofías religiosas. Que se vuelva unir a los venezolanos para engrandecimiento total de la patria que tanto soñó Bolívar.
Estimados y consecuentes lectores, nuevamente este año, se debe pedir al Todopoderoso que aleje el odio y la violencia en la sociedad venezolana, regresando al venezolano de ayer: sin odio, sin rencores por el bien personal, de la familia y de la nación.
Son los deseos del equipo de Gerencia en Acción que en estas navidades sean muy felices en su ámbito familiar, laboral y social y sobre todo que en el territorio nacional en estos tiempos decembrinos reine la Paz, la Felicidad y la Tranquilidad y pidiéndole a Dios que ningún elemento extraño a estos escenarios los perturbe.
¡Feliz Navidad y un Venturoso Nuevo Año!
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