Relaciones Comerciales de Venezuela y los Estados Unidos

No hay que olvidar, como se ha comentado, que la ideología socialista de Chávez y las tensiones entre el Gobierno venezolano y de los Estados Unidos, han tenido poco impacto en las relaciones económicas entre los dos países. En 2006, los Estados Unidos seguían siendo el socio comercial más importante de Venezuela, para los dos, tanto en las exportaciones de petróleo como en las importaciones generales -los comercios bilaterales se extendieron en un 36% durante ese año.

Sobre ello, Asdrúbal Farfán, comenta, que el intercambio comercial entre Estados Unidos y Venezuela llegó a 70.000 millones de dólares en 2008, 40% de los cuales corresponden a ventas de petróleo, según cifras preliminares de la Cámara Venezolana Americana de Comercio e Industria (Venamcham). La cifra representa un récord histórico y muestra que las turbulencias diplomáticas entre ambos países, no afectaron al comercio. En las relaciones bilaterales, tenemos que separar la política de la economía. Las relaciones diplomáticas son asunto de los Gobiernos, pero normalmente la política no tiene incidencia en la parte comercial.

El principal impulso de esta balanza comercial bilateral, fue el alto precio del petróleo registrado a mediados de año. Venezuela vende diariamente a Estados Unidos más de 1,1 millones de barriles. El 2009 será un año difícil, ya que el barril de petróleo venezolano ronda los 30 dólares y en el presupuesto se calculó un precio de 60 dólares, lo cual provocará, tarde o temprano, unos «huecos grandes» en las arcas del Estado. No se tiene un estimado del intercambio comercial (entre Estados Unidos y Venezuela) para el 2009, porque eso depende mucho del precio del petróleo; pero caerá, porque es el impulsador de ese crecimiento, en más o menos en un 40% el precio del barril. Las exportaciones petroleras de Venezuela, representan la gran mayoría de la actividad comercial, ya que nuestro país es el cuarto proveedor de petróleo de Estados Unidos. Las empresas de Estados Unidos también se están beneficiando de necesidad venezolana por sus automóviles, su maquinaria de construcción y sus computadoras, registrando en el año 2008 un aumento de US$ 4.800 millones a US$ 6.400 millones. Las cifras del intercambio comercial ilustran una brecha creciente entre los discursos antiestadounidenses del Presidente de Venezuela, enfocados a revolucionar su base política y las necesidades de la economía venezolana. Por ejemplo, las exportaciones a Estados Unidos, que no están relacionadas con el petróleo, aumentaron 116 por ciento en los primeros tres meses del año en curso, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Venezuela también mantiene estrechos vínculos con bancos de Wall Street, al tiempo que las firmas Morgan Stanley y Credit Suisse asesoran a los Gobiernos de Venezuela y Argentina, con respecto a su venta de US$ 2,000 millones en bonos. De hecho, el reforzamiento de los lazos económicos ha abarcado varios sectores, aún cuando las tensiones políticas han motivado a las empresas estadounidenses a no llamar demasiado la atención sobre sus ganancias ni ofrecer comentarios detallados de sus operaciones.

El Gobierno de Venezuela, a menudo, se expresa en contra del poderío de las multinacionales de Estados Unidos, y en fechas recientes ha ejercido mayor control sobre la industria del petróleo. La mayor empresa petrolera de Estados Unidos, Exxon Mobil, se quejaba en público, con respecto al trato que recibía.

Chevron, la segunda mayor empresa petrolera de Estados Unidos, declaró que la reorganización venezolana de su industria petrolera reduciría su producción en 90.000 barriles al día en este año. También se ha criticado a empresas estadounidenses de software como Microsoft, y se emitió un decreto ordenando a las oficinas gubernamentales del país que avancen hacia alternativas de fuente abierta como Linux. En tanto, las cooperativas financiadas por el Gobierno en los barrios urbanos y el campo producen de todo en grandes números, desde zapatos hasta cacao orgánico. De cualquier forma, la demanda de productos estadounidenses aún es fuerte. General Motors, Ford y otros fabricantes de automóviles, están tratando de cubrir la creciente demanda. En la capital de Venezuela, la penetrante presencia de marcas y publicidad de productos estadounidenses, marcan un contraste con los coloridos murales que presentan heroicamente a Chávez y Simón Bolívar, así como las vallas y anuncios espectaculares con lemas contra los Estados Unidos.

Las autoridades en Caracas reconocen, que por más difíciles que se ponga la retórica y política bilateral, el comercio entre Venezuela y Estados Unidos es indispensable. Al fin y al cabo, Estados Unidos todavía es y ha sido nuestro principal socio comercial, dijo el Vicecanciller venezolano para asuntos norteamericanos, además señaló, que más allá de nuestras diferencias políticas, siempre podemos contar con nuestros socios estadounidenses para hacer negocios. Venezuela está intentando vender más y más de su petróleo a países en el Sudeste Asiático y más que nada a China, con su apetito voraz de materiales crudos y energía para mantener vivo su crecimiento a una velocidad vertiginosa.

Es difícil imaginar el día en el que el presidente Chávez cierre los oleoductos a Estados Unidos. Por el momento, no hay un sustituto viable de ese país como cliente petrolero. Si Venezuela realmente desea darle la espalda a Washington y dejar de venderle petróleo, podría tomarle una década llegar a ese punto.

Las relaciones comerciales entre Venezuela y EE.UU. se mantienen firmes, el comercio entre Venezuela y Estados Unidos es lo suficientemente importante y contundente, como para que exista una ruptura de relaciones. Las relaciones entre ambos gobiernos están golpeadas, pero no los vínculos entre ambos países, que tradicionalmente han sido amigos; esto hace que los sectores empresariales tampoco estén en conflicto. Las relaciones complicadas entre los gobiernos, afecta al resto de los sectores; sin embargo, el nivel de comercio entre estos países es tan importante, que sería un grave error afectarlo. Un flujo comercial de 70 mil millones de dólares no puede romperse por caprichos, pues se arriesgan empleos, transferencia de capital, calidad de servicio e intercambio de tecnología. Cuando ocurren impasses, siempre prevalece la sensatez, sobre todo, si manejamos las cifras de crecimiento del intercambio comercial, en los últimos años.

Los intercambios comerciales entre Estados Unidos y Venezuela marchan bien, con unas cifras en continuo crecimiento en los últimos nueve años, a pesar de la retórica agresiva del Gobierno venezolano contra «el Imperio». Según cifras del Departamento de Comercio de Estados Unidos y la opinión de expertos latinoamericanos, la dependencia económica bilateral contrasta con las permanentes referencias despectivas del presidente venezolano, Hugo Chávez, a Estados Unidos. Mientras los estadounidenses dependen del petróleo procedente de Venezuela, los venezolanos necesitan de los alimentos básicos de subsistencia provenientes de Estados Unidos. Se trata de un matrimonio (entre Venezuela y EE.UU.) de muy difícil divorcio o separación, con unas ventas de petróleo de alrededor de 35.000 millones de dólares anuales. Si Venezuela cortase el suministro de petróleo (tanto crudo como derivados) a EE.UU., esta medida causaría grandes pérdidas de ganancias en el campo de la refinación de su propia compañía petrolera en suelo estadounidense, Citgo.

Venezuela, quinto exportador mundial de crudo, es también uno de los cinco principales abastecedores de petróleo a EE.UU., con unos 1,5 millones de barriles diarios aproximadamente, de los cuales el 50 por ciento se destina a satisfacer la demanda de Citgo. La compañía petrolera Citgo es una filial de la empresa estatal Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) y dispone de una red de 13.100 estaciones de servicio distribuidas por Estados Unidos. Según datos del Departamento de Comercio de EE.UU., el superávit comercial de Venezuela con Estados Unidos en 1999, ascendió a 3.545 millones de dólares, subió a 12.539 millones en 2003 y a 24.322 en 2006, último año del que hay datos disponibles. La gran ventaja comercial de Venezuela en sus relaciones con EE.UU. se centra en la exportación de petróleo, que alcanzó en 2006 alrededor de 37.000 millones de dólares, según el Departamento de Comercio estadounidense.

En cuanto a las exportaciones de bienes y servicios de Estados Unidos a Venezuela, éstas alcanzaron en 1999 un valor de 9.795 millones de dólares y, tras bajar en 2003 a 5.921 millones, superaron en 2006 los 15.000 millones de dólares. De esta cifra, la mayor parte son productos básicos de alimentación, como resultado de la escasez en la producción interna de Venezuela. Pese a la retórica antiimperialista de Chávez, éste sigue comprando enormes cantidades de alimentos de primera necesidad a Estados Unidos. El país del norte de América es el mayor abastecedor de Venezuela, por la exportación de productos lácteos, trigo, maíz, carne y aceite, que acaparan un 35 por ciento del consumo interno del país.

Precisamente, el aceite vegetal incluido en el «combo alimentario PDVAL», con el que el Gobierno venezolano persigue paliar la escasez de abastecimiento entre la población, procede de una compañía de alimentación estadounidense, la Cal Western Packaging (CWP), con sedes en los estados de Tennessee y Texas. Como los frijoles (caraotas negras) y el arroz, que también forman parte de este paquete de alimentos subsidiado y que proceden de la compañía Trinidad Benham Corporation. Ello significa que tres de los cuatro alimentos que componen la cesta básica de alimentación (2 kilos de arroz, 1 kilo de frijoles negros, 1 litro de aceite vegetal y 1 litro de leche) provienen de Estados Unidos.

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Referencias:

www.abn.info.ve / www.notitarde.com / www.offnews.info / news.bbc.co.uk / www.venamcham.org / www.fmcenteresnoticia.com.ve

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