(Tomado de: Cajamadridcronicasocial.com. Junio2007) Este joven español de 29 años, le ha demostrado al mundo que “querer, es poder”. Con una enfermedad, que presenta dentro de sus síntomas la deficiencia mental, ha demostrado que; con perseverancia, metas, entereza, tenacidad, y sobre todo con la ayuda de sus padres, pudo llegar a obtener un título universitario.
Tener que demostrar constantemente mi capacidad, ha sido lo más duro, dice Pablo Medina. Siempre tengo que ir un paso por delante. Cuando me he topado con un NO, he luchado muchísimo para conseguir el SI. No siempre ha sido fácil, no todos apostaban por mi. Denunciar los prejuicios y demostrar día a día de lo que soy capaz, han sido mi principal reto diario. Son frases de este joven, un digno ejemplo a seguir,
Obtuvo un Diplomado en Magisterio en la rama de Educación Especial y está a punto de terminar la Lic. en psico-pedagogía, actualmente trabaja en el Ayuntamiento de Málaga, en el área de bienestar social.
Su preocupación, es seguir defendiendo la normalidad de las personas con discapacidad, especialmente Down. Su gran logro; haber conseguido entrar al mundo laboral. Su gran proyecto; que las personas Down, formen parte de la sociedad de una manera normal. Una causa perdida; no ha tenido suerte con las mujeres, pero dice, que no piensa tirar la toalla. Lo más difícil en la vida; demostrar que puedo, y ver que la sociedad no avanza al ritmo de mi esfuerzo. Lo mejor; viajar, conocer otras ciudades y culturas.
A juzgar por la experiencia de Pablo Pineda, los padres juegan un papel sumamente importante en el crecimiento personal, ya que la mayoría de ellos desconfía, no apuestan a veces lo que deberían por su hijo, porque no son conscientes de sus capacidades. Eso puede marcar la diferencia entre un Down y otro. No hay que sobreproteger a los niños, hay que darles libertad para desarrollar sus actitudes.
Luego de conocer el caso mencionado, cabe preguntarse Y que de la mayoría de las personas en el mundo que nacimos sanas. ¿Damos todo lo que podemos? ¿Ayudamos a personas como ésta a insertarlo en la sociedad? ¿Estamos dispuestos a colaborar con alguna institución para niños con esta enfermedad o quizás otra?
En general, las personas somos muy egoístas. Pero este es un ejemplo que debe llegar a las fibras más profundas del ser. Los que tienen hijos, se preguntarán, que decisión habrían tomado al tener un niño Down. Respetemos la decisión de cada uno. Pero creo que debemos sentir muchísimo respeto por la familia que levantó a este joven y lo llevó hasta donde se encuentra en este momento. Seguramente para él en la cúspide del Mundo.
Tomado de: Cajamadridcronicasocial.com