Tomás Socías: Crisis, emprendimiento, iniciativa privada

Ni la pandemia ha podido vencer al ciudadano que aprendió a cuidarse porque necesita salir a producir.

Hay quienes ven las crisis como el fondo de un abismo del que no se puede salir. Y, definitivamente, hay quienes perciben las crisis como la oportunidad de agarrar los escombros, apilarlos y construir una plataforma para salir de ese abismo.

Eso es lo que está pasando en muchos sectores en Venezuela, donde los empresarios y emprendedores, no han dejado que la crisis los hunda o si se han visto devastados, como la agricultura, has agarrado valor y buscado recursos para resurgir como el Ave Fénix.

De allí nuestro titular. Por años, por décadas, se nos ha dicho y estamos conscientes de que las riquezas que tiene nuestro país están allí, surgen de la tierra como el petróleo o fluyen en los ríos.

Y ni hablar de las riquezas en potencial para el turismo, las playas, la minería, en fin, tantos rubros.

Pero ¿qué ha pasado con la principal riqueza del país que es su gente? La crisis que vive Venezuela desde hace años y que empeoró en los últimos tres años, está siendo superada poco a poco, precisamente por su gente.

Aquellos empresarios que aguantaron la tormenta y han resurgido, emprendedores que en medio de la debacle de la pandemia tuvieron ideas y las pusieron en práctica, primero para ayudar a su familia y ahora convertidas en pequeñas empresas que crean empleos y ayudan a familias enteras.

Tomando en cuenta esta base, podemos decir que el futuro de Venezuela, que es su gente, resurgirá. El valor agregado de esta situación es que se ha aprendido y de la peor manera posible.

Pasamos de años de un terror espantoso por la escasez de lo más elemental, a tener la seguridad de que si nos esforzamos vamos a conseguir ese bien o producto que buscamos, aun con las dificultades de un Ejecutivo que no cree en la actividad privada y mantiene sus ideas de que el Estado lo tiene que hacer todo, “en defensa de los más pobres”, que cada día están peor.

Aclaramos que no estamos dejando de lado que en Venezuela siguen existiendo problemas graves de servicios, de combustible, de empleo, de remuneración y todos los que sabemos y vivimos.

También debemos reconocer que el sector privado ha hecho mucho por esa pequeña recuperación que estamos viendo ya casi al finalizar este 2021, contra todo pronóstico, y que es el único que con grandes obras públicas y un proceso de reindustrialización, puede levantar al país, frente a un estado que se quedó sin dinero.

Y no debemos dejar de lado el esfuerzo del país en general, por acomodar algunos entuertos y permitir que la economía se oxigene con la dolarización, por ejemplo.

Queda mucho por hacer, en materia de salud, empleo, gasto público, estímulos a la producción, pero a estas alturas podemos decir que las riquezas que sigue teniendo nuestro país, no solo se valoran mucho más, sino que se incrementan con las riquezas creadas por el esfuerzo de la gente.

Las regiones son puntos claves de esta recuperación. En los estados, pese a la crisis, a la falta de luz, combustible y servicios básicos, se hacen cosas.

No todo es Caracas, que es una especie de burbuja. En los estados agrícolas se lucha por seguir sembrando, en los estados ganaderos se hacen esfuerzos por seguir produciendo.

El sector turismo no se ha rendido. Los emprendimientos aumentan y buscan modelos de negocios que sean rentables, las líneas aéreas, los hoteles, las posadas.

Ni la pandemia ha podido vencer al ciudadano que aprendió a cuidarse porque necesita salir a producir.

Así que ni todo se ha perdido ni mucho menos hay que rendirse.

Tomás Socías

Analista Económico y Político e Internacionalista.

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