Un reto para ciudadanos y políticos

No es de extrañar, que en el Informe de Índice Global de Competitividad publicado por el Foro Económico Mundial, una importante cantidad de naciones latinoamericanas no salgan muy bien paradas, básicamente por dos factores bastante aciagos: Despilfarro y Sobornos en la gestión pública, siendo este un mal ancestral de estas naciones, que algunos expertos han ubicado en las prácticas impuestas desde la colonia, y que no termina de ser erradicado en estas latitudes. De acuerdo al informe, nuestro país, es el peor evaluado del entorno de 23 naciones latinoamericanas y caribeñas, vale decir que Venezuela es el país menos competitivo de la región, mérito nada halagüeño por cierto.

En el informe comentad, aparecen elementos interesantes, que de alguna forma llaman a la reflexión, nos referimos al caso de una nación pequeña pero pujante, Costa Rica. En el conteo evaluativo del Foro Económico Mundial este país obtiene 69 puntos de 70 posibles, esto en un subcontinente en las que 5 de sus 23 naciones, se colocaron entre las 10 peores competitivas del mundo, es más que curioso, es resaltante. Costa Rica, ha venido en el tiempo, dando muestras de querer escapar del sino de otras naciones, y en las que cabe mencionar también a Perú (54) y Panamá (50). Este conjunto de países, con base en una mayor transparencia en la administración de fondos públicos, debe servir de ejemplo al resto de naciones en la construcción, desde debajo, de una nueva visión, que sin duda ha tenido como piedra fundacional a la educación, pero que igualmente debe contar con el impulso y demanda de la ciudadanía. Es claro que la opinión pública debe alinearse, para poner en la agenda de los grupos políticos, esta transformación urgente para poder trascender a nuestras limitadas circunvalaciones. Esto es una meta y un compromiso de todos sin excepción, y entraña fortalecer instituciones, cambiar concepciones, preparar personal incluyendo en estos a los funcionarios, crear una nueva conciencia, generadora de bienestar colectivo, desarrollo armonioso y superación, sobre todo de las clases más desposeídas y con las que se tiene aún una deuda social de colosales dimensiones. Ese es el reto de nuestras naciones y particularmente de Venezuela.

Hacia allá debemos ir. Se solicita grupo dirigente con voluntad, talento y sensibilidad para la tarea. Se necesita de ciudadanos para auspiciarla y sostenerla en el tiempo.

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