A China no le está yendo muy bien, el año pasado tuvo su segundo menor crecimiento en 45 años

La economía de China se ralentiza. El PIB del ‘gigante asiático’ se frenó en el cuarto trimestre de 2022 con una tasa de crecimiento del 0%, lo que deja el PIB final del conjunto del año en el 3% (frente al 8,4% de 2021), una cifra que supera lo que esperaban los expertos (esto es positivo), pero que evidencia el complejo año que ha vivido la economía china: un año plagado de obstáculos de calado como la pandemia del COVID o la crisis inmobiliaria que está implosionando dentro del país.

En el conjunto de 2022, el PIB de China creció al ritmo más bajo desde 1976 (si no se tiene en cuenta el año de la pandemia, cuando el PIB creció un 2,2%). El producto interior bruto (PIB) de China creció un 3% en 2022, una de las tasas más bajas de las últimas décadas, según datos oficiales publicados esta semana por la Oficina Nacional de Estadística (ONE) del país asiático.

Si se excluye la cifra de 2020, año en el que China rebajó al 2,2% su crecimiento debido al impacto inicial de la pandemia, el dato del recién terminado año es el más bajo desde que el país asiático dio comienzo a la Revolución Cultural (fue un movimiento sociopolítico fatal para la economía que tuvo lugar entre 1966 y 1976, iniciado por Mao Zedong). Tras el fracaso de este programa, Pekín dio inicio a sus políticas de ‘reforma y apertura’ a finales de los años 70, la semilla del ‘milagro económico’ de las décadas siguientes.

Los expertos ya anticipaban una fuerte ralentización del ritmo de avance del PIB con respecto al dato de 2021 (dato revisado recientemente al 8,4%) debido al impacto de la política nacional de ‘cero COVID’, que lastró con fuerza la actividad económica debido a las restricciones y estrictos confinamientos impuestos ante la propagación del virus.

Muy lejos del objetivo oficial

En marzo del año pasado, Pekín se marcó como objetivo oficial que el PIB creciese en torno a un 5,5% interanual, que ya hubiera sido el ritmo de avance más lento en décadas, pero que los analistas calificaron de ambicioso dado el contexto.

Sin embargo, ante la propagación de la contagiosa variante ómicron, las autoridades insistieron en redoblar su estrategia de ‘cero COVID’ con más restricciones y duros confinamientos que lastraron con fuerza la actividad económica durante diversos tramos del ejercicio.

La economía de China también se enfrenta a otras amenazas como la fragmentación del mundo, que puede dañar las sinergias obtenidas durante las últimas décadas gracias a la globalización y que han beneficiado sobremanera a China. Si el mundo se divide en bloques, se pueden perder parte de estos frutos. Un mundo dividido significará diferentes tecnologías, rutas comerciales alternativas a las que hasta ahora son las más eficientes o barreras a la inmigración y el intercambio de conocimientos.

Por otro lado, la economía de China también está perdiendo impulso por el declive demográfico que ha comenzado a sufrir el país. El PIB agregado de una economía puede crecer por un incremento de los inputs o factores de producción (trabajo, capital o tierra) o por un aumento de la productividad (mejor tecnología, eficiencia y mejores técnicas y organización). China está perdiendo ambos motores de crecimiento. Destaca la crisis demográfica que atraviesa China se anotó un hito en 2022.

El año que acaba de concluir fue el primero en seis décadas en que la población del gigante asiático se redujo, algo que no ocurría desde la Gran Hambruna de 1961. Los datos de población publicados este martes por la Oficina Nacional de Estadísticas confirman los pronósticos: la segunda economía mundial cerró el año con 1.410 millones de habitantes, 850.000 menos que en 2021.

La progresiva caída de la vivienda

Por otro lado, la vivienda (ha sido motor de crecimiento en China desde 2007) sigue mostrando evidentes signos de debilidad en China. Los precios de los inmuebles nuevos han caído por quinto mes consecutivo en diciembre (en términos mensuales) y por octavo mes consecutivo (en términos interanuales). El gigante asiático llevaba años fomentando el crédito para la construcción de vivienda en un intento por mantener las espectaculares tasas de crecimiento de la primera década del 2000. Sin embargo, esto ha generado una burbuja en la construcción y en los precios que ahora empieza a estallar.

Los precios de las viviendas nuevas en China cayeron por quinto mes consecutivo en diciembre, debido a que los brotes de covid-19 perjudicaron la demanda, pero el desmantelamiento de los estrictos controles frente la pandemia y la esperanza de que se adopten más medidas de apoyo han mejorado las perspectivas. Los precios de las viviendas nuevas bajaron en diciembre un 0,2% intermensual, al mismo ritmo que en noviembre, según cálculos de Reuters basados en datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) publicados el lunes.

Con respecto al año anterior, los precios cayeron un 1,5%, bajando por octavo mes consecutivo y frente al desplome del 1,6% de noviembre. En diciembre, 55 de las 70 ciudades registraron un descenso intermensual de los precios de las viviendas nuevas, cuatro más que en noviembre, ha indicado la NBS en un comunicado adjunto.

Con información del elEconomista.es y otros

17/01/2023

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