Un salto corto es sin duda más sencillo que uno largo,
pero nadie que quisiera cruzar un foso ancho
empezaría por saltar hasta su centro.
Urge por tanto, dar paso a acciones que permitan rescatar la excelencia académica, si realmente Venezuela quiere salir del atolladero, caos educativo en donde se encuentra. Se necesita reactualizar la gerencia educativa en todos sus planteles, contar con autoridades, productivas, visionarias , estrategas, innovadores que sepan interpretar la realidad nacional, definir el perfil de los profesionales que el país requiere, más ahora, que afronta un Estado que está totalmente identificado con lo que ha denominado Socialismo del Siglo XXI y ha propiciado un entorno turbulento, incierto, violento.
No debe sorprendernos que se diga, que hoy en día está claro, que la «universidad, más que un fin en sí misma, es una institución cuya misión, quehacer y resultados, deben estar al servicio del desarrollo armónico e integral del hombre y de la sociedad, por lo que, en primer término, debe responder y rendir cuenta a la comunidad nacional que la rodea y la sustenta» (Ramírez et al, 1993). Lo anterior conlleva necesariamente a que su quehacer sea evaluado, como institución de educación superior que es. En la actualidad, existe una justificada y creciente preocupación en relación con la garantía de la calidad, tanto de la universidad como institución, como de sus programas académicos.
Necesitan las universidades contar con docentes creativos, generadores de nuevos conocimientos, que estén plenamente integrados con las nuevas tecnologías de la educación, que den paso a un nuevo sistema de aprendizaje, que sepan aprovechar las innovaciones, herramientas que la informática propicia.
Se necesita de docentes dinámicos, proactivos, investigadores, motivadores, que sepan aprovechar el capital intelectual y creativo de los alumnos. Docentes, que den paso a que se generen nuevos conocimientos, que se den soluciones a los problemas nacionales, a que la universidad esté a la vanguardia de capacitar profesionales que realmente favorezcan al país en su desarrollo.
Es necesario, como muy bien se comenta, utilizar conocimientos científicos actualizados, capaces de dar paso a soluciones y generar cambios que conlleven aumentar la calidad educativa, que garantice que lo que actualmente se está enseñando es lo que el país necesita.
No pueden las universidades quedar ancladas en los sistemas educativos tradicionales: tiene que ser innovadora. De ahí, que se diga, que es necesario contar con una educación de mayor calidad, puesto es una demanda de la sociedad actual, un imperativo del exigente mundo en que estamos inmersos, el cual ha creado la urgente necesidad, de que el trabajo del hombre sea mucho más eficiente, para lo cual se requiere de mayor preparación.
Consideremos además, como lo reseñan Nancy Alarcón y Ricardo Méndez, que las Instituciones de Educación Superior y, en especial, las Universidades desempeñan un rol de suma importancia en la formación de recursos humanos del más alto nivel y en la creación, desarrollo, transferencia y adaptación de tecnología, de manera que lo que ellas hacen para responder adecuadamente a los requerimientos de la sociedad moderna, se constituya en un imperativo estratégico para el desarrollo nacional. Las Universidades son reconocidas cada vez más como un instrumento de desarrollo de ciudades, regiones y países, y están consideradas como un factor clave para incrementar la competitividad y calidad de vida. El desafío para las instituciones de Educación Superior, es el de enfrentar un mundo en el cual los sistemas productivos están en permanente transformación. Los cambios en las comunicaciones, han modificado la forma de percibir el tiempo y las distancias, a la vez que abren nuevas perspectivas para la docencia y la investigación.
Las Universidades deben identificarse y tomar muy en cuenta, la realidad de que están dentro de una sociedad del conocimiento y, por ende, requieren ser productoras, generadoras de conocimiento. Es muy válido, por tanto, cuando se señala, que el material con que trabajan las universidades, es el conocimiento, aspecto que no deben descuidar, puesto que con ello garantizan mantenerse actualizadas, y más, sabiendo, que el conocimiento parece expandirse hasta el infinito, mientras los recursos disponibles con que se cuentan, apenas alcanzan para informarse sobre esa verdadera explosión. Se nos indica además, que la Universidad es una institución transmisora del conocimiento y reconoce en el conocimiento una dimensión fundamental para los seres humanos y la sociedad (Zurita, 1998).
Tienen que estar claras las universidades, sus autoridades, que la sociedad moderna depende en grado creciente del conocimiento, de su transmisión, aplicación, desarrollo y examen crítico. Un conocimiento que aumenta en progresión geométrica en la medida que se le va activando, tomando en cuenta.
Justamente se dice, que ante la realidad anterior, existe una mayor exigencia de la formación adecuada para conocer, comprender y operar en los fenómenos complejos de las realidades sociales, incorporando aquellos instrumentos y procedimientos necesarios acompañados de una mayor capacidad de abstracción y dominio más potente de las técnicas de simulación de todo tipo (Herrera, 1998).
Al respecto, Nancy Alarcón y Ricardo Méndez nos recuerdan que sobre ello el desaparecido Peter Drucker (1994) decía: «el mayor de los cambios se ha producido en el campo del conocimiento y el mayor desafío, es el de la educación, ya que en el futuro inmediato se requerirá de personas diferentes, educadas de distinta manera que como se hace hoy en día, con capacidades adecuadas para enfrentar y resolver situaciones nuevas en un entorno rápidamente cambiante. Los campos del conocimiento y de la educación son propios de la Universidad, aunque no de manera exclusiva, y por lo tanto, los cambios que los afectan inciden de manera directa en sus funciones académicas de docencia e investigación. El continuo crecimiento del cambio obliga a la universidad a hacer grandes esfuerzos por mantener su vigencia.” (Ayarza, 1998).
Por último, tómese en cuenta, que la calidad de la docencia, queda definida en cómo lograr la formación de un profesional o técnico de nivel superior. No obstante, para ser considerada de calidad, la docencia deberá satisfacer los siguientes requerimientos:
• 1. La docencia será de calidad si logra cumplir con las expectativas del egresado, sea éste técnico, profesional, licenciado, graduado o posgraduado. Las expectativas están referidas a desarrollo intelectual, mayor status, movilidad social y mejores ingresos.
• 2. La docencia será de calidad si logra mejorar el desempeño laboraldel egresado a través del desarrollo de competencias requeridas por las organizaciones y empresas.
• 3. La docencia será de calidad si el egresado es capaz de efectuar un aporte efectivo a la sociedad, contribuyendo a su desarrollo y crecimiento económico y social
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