En el mundo cambiante en el que nos desplazamos, nuestras prácticas habituales y las explicaciones con las que vivimos, resultan insuficientes para darle sentido a la vida personal y profesional. Las fórmulas del éxito de ayer ya no funcionan para resolver los problemas de hoy y nos imponen nuevos desafíos para movernos con efectividad y bienestar dentro de la incertidumbre del presente.
En el año 1991, Julio Olalla y Rafael Echeverría, propusieron formar “Coaches” Ontológicos como una nueva profesión que posibilitará intervenir en los modos de observar de las personas, con el fin de facilitarle la conexión con sus aspiraciones.
El “Coaching” Ontológico es una disciplina emergente que permite colaborar con las personas, los equipos y las organizaciones para que se hagan cargo de los nuevos desafíos que nos presenta el mundo actual, cambiando aquellas prácticas, que les causan inefectividad y malestar, por otras que permitan generar entornos de confianza y entusiasmo; incrementando la calidad y la efectividad en los distintos ámbitos de la vida cotidiana.
Por otra parte, Rafael Echeverría nos habla de la importancia de las distinciones a la hora de formarnos como “Coaching” o a la hora de permitirnos ser “Couchees”; dentro de la gama de distinciones podemos mencionar algunas, tales como: el escuchar, el hablar y el observar.
En el campo de los negocios, el escuchar efectivo ha llegado a adquirir la máxima prioridad. Peter Drucker, en un reciente libro, escribió: “Demasiados (ejecutivos) piensan que son maravillosos con las personas porque hablan bien. No se dan cuenta de que ser maravillosos con las personas significa `escuchar` bien”. El hablar efectivo sólo se logra cuando es seguido de un escuchar efectivo; y por esto decimos que el escuchar valida el hablar.
Si nos interesa escuchar efectivamente, debemos habituarnos a observar, en primer lugar, nuestro estado emocional cuando conversamos y, en segundo lugar, el estado emocional de la persona o de las personas con quien conversamos. No obstante, además de las conversaciones, también podemos juzgar el estado emocional de ellas observando su cuerpo.
El “Coaching” Ontológico nos ayuda a desarrollar las competencias necesarias para el ejercicio profesional; entre ellas se encuentran: el facilitar procesos de transformación individuales o grupales que permitan el logro de los objetivos, diseñar y coordinar talleres, cursos y seminarios para posibilitar el desarrollo personal y profesional y realizar consultoría en organizaciones, generando un cambio cultural que promueva el desarrollo de nuevas actitudes y aptitudes, entre otras.
De igual manera, nos ayuda a adquirir nuevas habilidades para enriquecer el desempeño profesional y la calidad de vida personal; por esto debemos prepararnos a través de un proceso de aprendizaje que permite el desarrollo de destrezas de inteligencia emocional, la capacidad de comunicación interpersonal, efectividad y creatividad en la resolución de problemas, el espíritu emprendedor, la calidad en las relaciones personales y profesionales, las habilidades de liderazgo y trabajo en equipo; todo esto sin dejar de mencionar que, para tener éxito en el logro de las mismas, se tiene que disponer de una amplia conexión entre el cuerpo y la mente y abrir el alma ante la llegada del quiebre, siendo este último cualquier experiencia vivida, el cual requiere de cambios tanto en el ámbito personal como en el ámbito profesional.
La experiencia que vivo, al transitar en mundo del “Coaching”, me ha hecho comprender que hay un pilar fundamental que mueve toda la estructura de la misma; se trata de la ética fundada en respeto; por tanto el reconocimiento de la antología del lenguaje se sustenta en una determinada ética de la convivencia, basada en el respeto mutuo. El respeto mutuo, como no los señala Maturana, es no sólo precondición del propio lenguaje, sino de toda forma de convivencia social, desde el cual el mismo lenguaje emerge.
El especialista Rafael Echeverría, en referencia a esta novedosa herramienta gerencial afirma lo siguiente: «El directivo de la empresa del futuro requerirá disponer de las competencias de un “Coaching”. Debe ser alguien capaz de identificar los obstáculos que obstruyen el desempeño y el aprendizaje de su gente y desarrollar intervenciones capaces de disolverlos».