Del campo al país

Sobre la debacle de Venezuela, es consabido que pudo evitarse y no se evitó aún viéndose venir. Así lo advertimos sin cortapisas en El Universal el 1° de diciembre de 2012: “de tanto desorden fiscal, gastos improductivos, endeudamientos alegres, regaladera a otros países y corrupción, la debacle es de esperarse” (…) “Ningún gobernante puede vaciar las arcas de país alguno, sin pagar políticamente por los daños causados. La economía hace que los malos gobiernos terminen junto con sus desmanes, más pronto de lo que ellos piensan. Ella sola se impone.” (…) “ Mientras en Venezuela, lo electoral ocupa la prioridad existencial de gobierno y oposición por igual, y se sigue relegando a la economía como si ante tantos desaciertos, no fuera ella a imponer sus principios y leyes. (…) Nada extraño, pues los malos gobernantes suelen ser pésimos administradores. La Historia Universal enseña que los gobiernos y pueblos que ignoran la economía, siempre terminan en la debacle.”

Para todos los venezolanos comer seguro y completo, los del campo podemos si nos dejan, producir competitivamente, los alimentos que se necesitan y hasta exportar

En cuanto al Apocalipsis – el fin del mundo o situación catastrófica, ocasionada por agentes naturales o humanos, que evoca la destrucción total, continúa igual que el 31 de diciembre de 2012 en estas páginas escribí: “es mucho lo que se comenta por estos días. Para los del campo que trabajamos 365 días al año en la agricultura y la ganadería, el fin del mundo si es que sucede, nos va agarrar es bregando. Así seguimos saliéndole al paso al derrotismo apocalíptico de todos los tiempos.” Y es que entre los venezolanos que no se amilanan ni se dan por derrotados ante tantas dificultades, los productores y agrotécnicos destacan. No por tercos ni obstinados, sino porque, convencidos de que el futuro está en el campo, la tarea de producir asumimos y continuamos. Ciertamente la agricultura en Venezuela ofrece grandes oportunidades aunque también grandes riesgos. De todos ellos el riesgo político es quizás el más grande de todos, por la inestabilidad y el pernicioso cortoplacismo.

De allí el mensaje del campo al país: Para todos los venezolanos comer seguro y completo, los del campo podemos si nos dejan, producir competitivamente, los alimentos que se necesitan y hasta exportar. Para ello la única política agrícola que funciona mundialmente es la permanente, que permite invertir a largo plazo para poner a producir tierras y ganado.

Por PEDRO E. PIÑATE B.

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