El aula moderna en la actualidad: el Big Data también modifica los hábitos de enseñanza y de aprendizaje

Según Eileen Murphy Buckley, fundadora y CEO de ThinkCERCA, una empresa dedicada a la educación mediante datos dirigidos, actualmente la penetración del Big Data está “cambiando la forma de pensar de la gente”.

“Los datos están interrumpiendo todo, desde la responsabilidades de los maestros hasta la manera en la que organizamos el tiempo, nuestros espacios de aprendizaje, o las tecnologías”, señala.

Por tanto, parece que los días de los libros de texto de papel cada vez están más cerca de convertirse en un recuerdo lejano, pues la influencia del Big Data también está transformando la dinámica de los educadores y la forma en la que los estudiantes aprenden y reciben su formación, así como las herramientas de la nueva aula digital.

Aunque la inclusión de ordenadores en las aulas no es algo nuevo, y estos llevan años implantándose, es ahora cuando la enseñanza a través de datos dirigidos como una parte completamente integrada en un proceso académico personalizado está aumentando fuertemente.

Los algoritmos están analizando nuestro comportamiento -tanto offline como online- a todas horas y a menudo dan forma a lo que estamos haciendo e incluso nos dirige hacia lo siguiente que haremos. Por ejemplo, muchas tiendas online funcionan así, como Amazon, ya que las ideas, sugerencias y productos que suelen aparecer se basan en los datos recogidos del historial de pedidos, los hábitos de navegación y muchos otros factores. Y la educación también forma parte de este “ecosistema”.

En las aulas de datos dirigidos, algunos conceptos como la recopilación digital y el análisis del trabajo de los alumnos ya forman parte de los sistemas escolares de rastreo y de los informes de rendimiento. Los programas de formación digital están cambiando la forma en que los maestros -y, a su vez, el aprendizaje- trabajan. 

A continuación, algunos ejemplos de intersección entre datos y educación que se producen en las aulas:

– Puntuación y calificación: Aplicaciones como BubbleScore permiten a los maestros ofrecer exámenes de opción múltiple a través de dispositivos móviles o escanear y puntuar los exámenes de papel a través de las cámaras de dispositivos móviles. Las herramientas como éstas suelen permitir a los educadores exportar los resultados para calificar libros y seguir el progreso a lo largo de los parámetros definidos, algo muy útil para la presentación de informes en virtud de las normas básicas comunes y estatales, por ejemplo.

– Aprendizaje personalizado y adaptativo: Cada vez son más las aulas que intentan averiguar qué aprenden los estudiantes, cuándo y en qué nivel. Empresas como Knewton crean cursos digitales que emplean grandes datos basados en el análisis predictivo para identificar cuál es la materia que el estudiante domina más (o justo lo contrario) y a qué módulos del temario se adaptan mejor.

– La gestión de problemas: Cuando se trata de cuestiones que pueden surgir en el aula – por ejemplo, un estudiante entrega por escrito un trabajo que podría no ser suyo- los datos también están a disposición de los docentes. La empresa iParadigms aprovecha los datos de los trabajos escritos para cruzarlos  con otros recursos en línea. Sus aplicaciones se encargan de verificar que todo el material presentado es original.

Pero a pesar de que las aulas cada vez están más conectadas a los datos, la mente humana que está detrás de todo el proceso de enseñanza sigue siendo muy importante para los estudiantes e incluso las empresas que están promoviendo la integración digital en las aulas, no se olvidan de que el corazón de una clase es el maestro. Es decir, los profesores siguen jugando un papel fundamental en la educación.

Fuente: http://www.marketingdirecto.com/actualidad/tendencias/el-aula-moderna-en-la-actualidad-el-big-data-tambien-modifica-los-habitos-de-ensenanza-y-de-aprendizaje/

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