El Gran Derroche Blanco

Termina otra gran temporada de fútbol en Europa, en la cual algunos equipos consiguieron los objetivos planteados y otros, lograron obtener más penas que glorías. Sin embargo, así como culmina otro año de copas y ligas locales europeas, se inicia otra competencia a muerte, cual cruzada medieval, donde la equidad, la razón y hasta la moral, se pueden dejar de lado, sólo con el único fin de contratar sin importar los medio, a los mejores jugadores del momento.

Por supuesto que la gerencia de cualquier plantel, tiene el derecho de mejorar su plantilla de jugadores según sus necesidades; con la finalidad de poder consolidar un equipo competitivo, cohesionado, guerrero y -lo más importante-, que deje rentabilidad en las arcas del club. Claro está que, cuando se pierde la perspectiva de este derecho y se empieza a sobrevalorar el mercado y el costo de algunos jugadores, por el simple hecho de cumplir una vulgar y populista promesa electoral que aglutine los votos de los socios, deja pensando a más de uno que… “en esto se convirtió el fútbol”.

Esta situación tan compleja, ha tenido como protagonista en los últimos días, al nuevo presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, que para algunos, es el héroe que viene con su espada desenfundada a solucionar todos los problemas y vicisitudes del equipo; mientras que para otros, es uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis, que está arrasando con todo lo que encuentra a su paso, afectando el mercado de fichajes a nivel mundial. Lo cierto es, sea cual sea la manera en que veamos al presidente del Real Madrid, no cabe duda que después de las dos grandes contrataciones que él ha hecho, el fútbol no volverá a ser el mismo, por lo menos durante un periodo muy largo.

El mercado futbolístico internacional ha entrado en una explosión atómica, por así decirlo, con las dos multimillonarias contrataciones que ha realizado el Real Madrid. Los 94 millones de euros que va a pagar al Manchester United por Cristiano Ronaldo y los 69 millones que abonará al Milán por Kaká, se han convertido en el gran tema de debate, discusión y de conversación obligada en todos los sectores, generando un clima, que además de ser oscuro, dista mucho de la realidad económica mundial y la de los clubes de fútbol.

Cómo no ser profeta del desastre, si ya se observan las primeras consecuencias de lo que se ha denominado en Europa “el gran despilfarro”, ya que todos los grandes clubes europeos creen que sus jugadores tienen un valor de mercado parecido al de Cristiano Ronaldo y Kaká, creencia que lo único que hace es sobrevalorar el mercado de jugadores.

Por otro lado, equipos como el FC Barcelona y otros clubes de Europa, les están pasando factura porque el Real Madrid haya detonado al mercado, pagando estos precios gigantescos. Un ejemplo de ello, es la situación presentada con Frank Ribéry y con David Villa. Hace solamente un mes, el Bayern Munich hubiera solicitado por el francés 35 ó 40 millones de euros, lo cual es entendible a mi modo de ver. Sin embargo, los dirigentes de la entidad alemana, ya han dicho que eso es lo vale cada pierna del jugador. En el caso de Villa, el precio adecuado a la realidad del mercado español, estaría entre 20 y 30 millones de euros según los expertos, pero nunca más allá de esa cifra. Ahora, al nueve del Valencia, le han puesto un precio por encima de los 40 millones… en fin.

Al margen de todo esto, hay que poner la lupa en algo muy interesante, y es que pareciera que la nueva gerencia del Madrid, no se ha percatado que la incorporación de grandes estrellas, no es la solución final para lograr un equipo competitivo, ya que la verdadera medida lógica es resucitar el amor de los jugadores por la camiseta, crear una filosofía de juego en las categorías inferiores y en el equipo de primera, darle sentido de equidad futbolística a los jugadores; en fin, son muchas las alternativas que se pueden desarrollar, además de ufanarse de gastar plata, que podrían funcionar y ayudarían a su club y, por ende, al fútbol mismo.

Todo estas acciones generan incertidumbre en el mundo del deporte rey, a la par que propicia una serie de interrogantes como, ¿vale Cristiano Ronaldo esa cantidad de dinero, sabiendo que es un jugador temperamental y que no responde en los grandes compromisos?, ¿vale Kaká tanto, después de venir de una lesión y de no figurar en los últimos meses con el Milán?, ¿de dónde sale tanto dinero para gastar? Bueno, así como estas, son muchas las preguntas que oscurecen más el panorama futbolístico mundial; no obstante, por más despilfarro de dinero y manipulación de los mercados de fichajes que se puedan hacer, hay algo que siempre se debe tener en cuenta… siempre gana el equipo que juegue mejor al fútbol.

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