El incremento de la inflación tiene nervioso al mundo de consumidores y temor a una recesión y crisis.

En el caso particular de España, más de la mitad (57%) de los españoles cree que el paro subirá el próximo año, pero un 84% no ve ninguna posibilidad de perder su empleo, según un estudio de la empresa de investigación Kantar sobre la confianza de los consumidores en su tercera edición de 2022.

Esta cifra supone un crecimiento de más de 10 puntos porcentuales respecto al periodo anterior, un indicador de que la preocupación de los españoles por la economía futura es creciente. En general, los consumidores han tomado conciencia de que se abre un nuevo periodo de crisis que ha comenzado por los precios, «lo que se traduce en una valoración negativa del momento para comprar casi todos los productos, y comienza a afectar a la percepción del empleo en general», según indica el estudio. No obstante, la opinión dominante es que los ingresos propios se mantendrán en los próximos meses.

“Teresa de Ledesma, directora de Marketing en Kantar Insights, declara: «El efecto sobre el empleo en esta ola del estudio es muy representativo, y pocas veces habíamos observado un incremento tan drástico del número de personas que creen que va a crecer el paro en el próximo año y siempre precediendo a periodos de recesión».

«El hecho de que los ocupados todavía no vean con miedo su posición laboral es bastante habitual (tendemos a ver primero el peligro fuera), pero esto podría cambiar si se incrementa la presión económica sobre los consumidores y continúa bajando la confianza», explica.

¿Cómo afecta esta situación al consumo?

En esta ola vemos cómo los consumidores toman conciencia de que se abre un nuevo periodo de crisis que ha comenzado por los precios, lo que se traduce en la debilitación de la confianza, que continúa su descenso hasta los -22,4 puntos.

El informe de Kantar también indica que, aunque la confianza de los consumidores se debilita, está aún lejos de la que había entre 2013 y 2015.

En cuanto al consumo, la valoración del momento para hacer grandes gastos es unánimemente negativa. Por un lado, casi la mitad de los entrevistados piensa que hay que reducir los niveles de consumo, reacción típica de una crisis inflacionaria. Además, se mantiene también la preferencia mayoritaria por las marcas de distribución, un indicador que se sitúa en los niveles de 2009/2014 y que muestra un panorama muy negativo para las marcas nuevas.

La percepción de incremento de los gastos de ocio y cuidado personal es moderada y se mantienen las reticencias de consumo en productos financieros, préstamos e hipotecas o vivienda (grandes gastos).

¿Qué deberían hacer las marcas?

Ante esta situación, Teresa de Ledesma comenta: «Las marcas deberían retomar los mensajes de comprensión hacia la situación que viven los consumidores, compartir sus costes con diferentes ofertas, transmitir la idea de que el problema alcanza a todos y mantenerse muy cerca del consumidor si quieren salir airosas de este periodo».

Con información de Berta Jiménez para marketingdirecto.com