EFE- El titular del Ministerio de Petróleo y también presidente de la estatal Petróleos de Venezuela S.A., (Pdvsa), declaró que al fracasar las negociaciones para un acuerdo amistoso de compraventa, ahora se da paso a la expropiación.
Agregó que el monto que pagará por las instalaciones será determinado después de una cuantificación de los activos a cargo de un equipo de jueces.
Ramírez destacó que se ha procedido con la expropiación al concluir los sesenta días desde que el presidente Hugo Chávez promulgó la ley que faculta la nacionalización de toda la industria cementera.
El ministro hizo estas precisiones en declaraciones a los periodistas y luego en un discurso ante trabajadores de una de las filiales de Cemex en el estado oriental de Anzoátegui, quienes contaron a viva voz los últimos diez segundos del plazo.
Ramírez informó que Chávez firmará el decreto de expropiación en las próximas horas, pero que desde ya todas las instalaciones de Cemex y de otras dos empresas pasan al control de los ahora trabajadores estatales, a quienes garantizó su estabilidad laboral.
El ministro reveló que en los dos últimos meses se efectuaron al menos una quincena de reuniones con los representantes de Cemex, sin que se llegara a un acuerdo sobre el precio de sus instalaciones, una de las cuales, situada en el occidental estado del Zulia, fue tomada por jueces y soldados seis horas antes de la medianoche.
La expropiación fue adelantada horas antes en Caracas por Ramírez y el vicepresidente venezolano, Ramón Carrizález, luego de la firma de compraventa de la mayoría de las acciones de las cementeras suiza Holcim y la francesa Lafargue.
Ambos funcionarios firmaron los respectivos acuerdos de compraventa de la mayoría de acciones de la suiza Holcim y la francesa Lafarge, por un total de 819 millones de dólares.
Estas dos empresas producen alrededor de cinco millones de toneladas anuales de cemento, la mitad de la producción nacional del producto.
En la negociación con la mexicana, que produce alrededor de las otras cinco millones de toneladas, no se pudo llegar a un acuerdo «debido a que la cifra solicitada por Cemex es muy alta, muy por encima de los 1.300 millones de dólares», detalló Carrizález.
«Cemex tiene problemas ambientales, de atraso de tecnología, lo que significa que no puede ser un valor muy por encima de lo que estamos adquiriendo» de las otras dos empresas, añadió el vicepresidente.
Al concretarse la expropiación de Cemex, y luego de la adquisición mayoritaria de Holcim y Lafarge, el Estado venezolano pasa a controlar el 98 por ciento de la industria cementera nacional.
La mexicana Cemex es una de las tres mayores cementeras del mundo y en Venezuela figura no solo como la mayor fabricante de cemento, sino también de hormigón y agregados, (arena y grava).
El presidente venezolano se ha quejado reiteradamente de que los planes oficiales de construcción de viviendas se ven retrasados debido al déficit de cemento en el país.
El déficit de viviendas en Venezuela es de 1,8 millones de unidades, según datos oficiales, y el «fracaso» de las políticas oficiales en el sector es uno de los principales argumentos de la oposición para señalar la «ineficacia» del Gobierno «bolivariano».
Con la adquisición de la industria cementera se da un paso más en el multimillonario proceso de adquisiciones por parte del Gobierno venezolano que, según estimaciones de prensa, ha gastado más de 10.000 millones de dólares.
Esa cifra representa alrededor de un tercio de las reservas monetarias internacionales del país.
Las nacionalizaciones se han cumplido, además, en los sectores eléctrico, alimentario, energético y telefónico, entre otros.
Chávez anunció recientemente la adicional compra del Banco de Venezuela, perteneciente al grupo financiero español Santander, cuyo valor, según los analistas, oscila entre 1.200 y 1.800 millones de dólares.
Fuente: http://www.unionradio.com.ve/