28 diciembre 2016
No son nuevas las noticias sobre el abuso del mundo de la publicidad hacia quien trabaja en ella, horarios que eximen de protagonismo a cualquier tipo de vida fuera de las agencias y horas extras que jamás se remuneran son, entre un sinfín de calamidades, las que definen el entorno laboral publicitariogeneral.
Lo último ha sido en Dentsu, empresa líder en publicidad, que ha sido llevada ante la justicia por parte del Ministerio japonés de Trabajo, debido al suicidio de una empleada de 24 años que llegó a trabajar 105 horas extra al mes.
Esto ha llevado a la dimisión del presidente de la compañía, Tadashi Ishii, pues se considera que han incumplido la normativa laboral y, por tanto, tienen responsabilidad legal por la muertede su empleada.
Este infortunio, que pone de relieve la decadencia y la mala praxis de muchas empresas del sector, ha provocado que las autoridades japonesas realicen varias redadas en la sede central de Dentsu en Tokio, con el objetivo de recabar información sobre sus prácticas laborales, lo que podría desembocar en el procesamiento de la empresa y de algunos altos cargos.
Ishii pidió disculpas en una rueda de prensa y admitió que “la empresa ha fracasado a la hora de evitar el exceso de trabajo”. La fallecida es Matsuri Takahashi, que, a pesar de haber llegado a trabajar esas 105 horas extra al mes, mostraban un cómputo dentro del límite legal de la compañía.
Como en numerosas ocasiones, las horas que se trabajan pocas veces se corresponden con las que aparecen en los contratos, desdibujando en la mayoría de casos la hora de salida. Y así informó la familia de Takahashi, quien denunció que la compañía forzó a la empleada a anotar menos horas de las que en realidad trabajaba.
Y no es el primer caso en Japón; en 2013 otra joven de 30 años murió poco después de tuitear las duras condiciones de trabajo, donde detallaba jornadas de hasta 20 horas diarias.
Se trata de otro caso de “karoshi”, o dicho de otro modo, muerte por exceso de trabajo. Ante este panorama, el gobierno del país ha aprobado medidas de emergencia destinadas a prevenir nuevas muertes.
La normativa señala que los empleados no deben trabajar más de 80 horas extra al mes, – anteriormente eran 100 -, y se le aplicarán sanciones a aquellas sanciones que las incumplan. Este montante de horas extra deben ser acordadas previamente entre el trabajador y el empleador y se le sumarían al tope de 40 horas semanales como jornada laboral normal.
Ya en 2015 se aprobó una ley para frenar esta situación, aunque la falta de rigor de las empresas en cuanto al registro de horas extra y la disponibilidad con la que cuentan los empleados para alargar sus jornadas para poder recibir bonificaciones, dificulta cualquier tipo de control sobre lo sucedido.