Regreso a escenarios ya olvidados de Guerra Fría en Corea: El “empate militar” en la Guerra de Corea, llevó a la apertura de negociaciones que concluyeron en julio de 1953, con la firma del Armisticio en Panmunjong. En él, se acordó una nueva línea de demarcación que serpentea en torno al paralelo 38º; pero la pervivencia del régimen comunista norcoreano ha hecho que esta “frontera de la guerra fría” haya sido la única que ha pervivido hasta el siglo XXI, no siendo descartable un enfriamiento temporal de las relaciones de EE.UU. y Rusia con China, debido al apoyo de Pekín al régimen del fosilizado Kim-Jong-Il, después del enésimo amago de enfrentamiento armado entre las dos Coreas, tras lo que subyacería el pulso de China a EE.UU. y Rusia, en su intento por convertir los países asiáticos vecinos en su particular “patio trasero”.
Continuación de la carrera espacial: Su inicio en el 2000, con el objetivo del control militar del espacio y la obtención del Helio 3, elemento presente en ingentes cantidades en la Luna y que podría finiquitar el uso de combustibles sólidos y representar el inicio de la era de los combustibles galácticos (1 Tm de Helio 3 equivaldría al consumo energético anual de EE.UU.), aunado con la renovación de sus obsoletos arsenales armamentísticos, para lo que se cuenta con una dotación presupuestaria anual del 20% del PIB; aprovechando los sucesivos superávits conseguidos gracias a los espectaculares aumentos del precio del crudo (pasando de 10 dólares en 1998 a los más de 100 del 2008), con el reto de lograr en el 2020 la equiparación de su potencial militar con el de EE.UU.
Putin no quiere quedarse atrás en la nueva carrera espacial iniciada hace menos de dos años y, tras el incremento de 2.800 millones de dólares del presupuesto para la NASA en 2009 (con lo que la agencia cuenta ya con más de 20.000 millones para sus proyectos como el reciente viaje del Atlantis y el proyecto Arianne para llevar tripulantes a la Luna en el horizonte del 2016), multiplicará por siete su presupuesto espacial este año. (1.800 millones) con el objetivo de establecer una estación permanente en la Luna y llegar a Marte en 2025.
Para ello, las míticas cápsulas espaciales rusas Soyuz, que en la década de los 60 fueron la joya de la corona de la URSS en su carrera espacial contra EE. UU., serán sustituidas por las Klipper (minitransbordador espacial con capacidad para 6 personas), ambiciosa iniciativa de la Corporación RKK que permitirá a Rusia dar un gran salto tecnológico en el desarrollo de naves orbitales; lo que aunado con las previsiones de la NASA de retirar del servicio en 2010 la flota de transbordadores espaciales norteamericanos, dejaría la responsabilidad de los vuelos a la ISS en manos de Rusia, lo que rememoraría los logros del mandato de Jruschov en la Carrera espacial con EE.UU. (lanzamiento del primer satélite en 1957 y primer vuelo espacial tripulado en 1961.
Entronización de una nueva Geopolítica interpares: El presidente estadounidense, Barack Obama, habría aparcado el proyecto del Escudo de Misiles Antibalísticos (NDM), sustituyéndolo por “un nuevo sistema de defensa antimisil móvil”; pero, tras esta espectacular declaración, se escondería una jugada maquiavélica que intentaría convertir a Rusia en colaborador necesario en la salvaguarda de la paz y estabilidad mundiales, y caso de llegarse a un acuerdo entre ambas partes, podríamos asistir a la sustitución de la doctrina geopolítica del unilateralismo de Busch por la del Multilateralismo, tras revivirse la Crisis de los Misiles de Cuba y la posterior firma con Jrushchov del Acuerdo de Suspensión de Pruebas Nucleares (1962).
Estados Unidos ya no sería el gendarme del mundo y buscaría compartir las decisiones con sus tradicionales aliados, pues verá disputada su hegemonía en áreas puntuales como el espacio, el ciberespacio o la información; y es evidente la necesidad de articular y reforzar los acuerdos de seguridad cooperativos, con objeto de compartir los costes y responsabilidades con socios y aliados que entraña el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional. Así, EE.UU. se verá obligado a contar con dos actores fundamentales en el nuevo status quo que surgirá tras la actual crisis económica global: Rusia y China, por lo asistiríamos a al entronización de la “Geopolítica interpares”, basada en la troika EE.UU.-Rusia-China y quedando la UE , India y Brasil como convidados de piedra, emulando la teoría política de la ” Coexistencia Pacífica” de Kennedy.
Notable distanciamiento en política exterior de Francia: En el escenario europeo, podríamos asistir al final de la luna de miel de Sarkozy y Obama, debido a su desacuerdo con la Administración Obama en temas puntuales, pues tras la constitución en Israel de un Gobierno poco proclive a las tesis palestinas, no sería descartable que a medio plazo la UE se viera obligada a revisar los acuerdos económicos preferenciales con el Estado de Israel y al inicio de una nueva Guerra Comercial UE-EE.UU., a raíz de la imposición por ambos países de medidas proteccionistas a la importación de productos agropecuarios, bajo el eufemismo de medidas fitosanitarias adicionales.
Finalmente, no sería descartable una tardía reafirmación de la soberanía francesa, que se plasmaría en la salida de las tropas francesas de Afganistán antes de las Presidenciales del 2012 y en la posterior salida de las estructuras militares de la NATO. (emulando a De Gaulle) y en Turquía podría reeditarse el Golpe de Estado de 1960, que acabaría con el mandato democrático del AKP (partido de tendencia islamista conservadora, pero a la usanza de los partidos democristianos europeos) debido a la alta inflación, galopante tasa de paro y una deuda desbocada, surgiendo posteriormente un sistema político fracturado que producirá una serie de coaliciones de gobierno inestables en el parlamento turco.
Enfriamiento de las relaciones con Israel: A pesar de contar Kennedy con el apoyo explícito del lobby sionista para lograr su elección presidencial, (recibió 500.000 dólares para su campaña y el 80% del voto judío); y tras intervenir ante el AIPAC y garantizar el tradicional apoyo incondicional de EE.UU. y autorizar la primera gran venta de armamento estadounidense a Israel en 1963, su mandato se caracterizó por un enfriamiento de sus relaciones con Ben Gourion.
En el caso de Obama y tras las acusaciones vertidas por los países árabes de una tácita complicidad con Israel en la “operación Plomo Fundido” (Invasión de la Franja de Gaza) y de un deslizamiento del Gobierno de EE.UU. hacia posiciones porcionistas, por la presunta pertenencia al “lobby” judío de parte de los miembros de su Gabinete, se verá obligado a implicarse activamente en la apertura de un nuevo Proceso de Paz en Oriente Próximo, con el objetivo de establecer las bases para la creación del futuro Estado Palestino (previo reconocimiento del Estado de Israel por parte Palestina).
Dicho acuerdo, debería ser global y vinculante para todos los países del área geopolítica de Oriente Próximo y lograr la instauración de un nuevo “status quo” en la zona, previa resolución del contencioso nuclear con Irán y el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países, operación que contará con la inicial oposición del influyente lobby sionista, pero que más tarde aceptará, al recibir Israel como contrapartida las bendiciones de EE.UU. a la culminación del Muro de Cisjordania (que incluiría aproximadamente el 10% del territorio de Cisjordania, incluida Jerusalén Este) y el incremento de la ayuda económica (cifrada durante la Administración Bush en unos 3.000 millones de dólares de ayuda, monto que representa casi el 2% del PIB de Israel).
La paz será inestable y su duración dependerá de las negociaciones de Israel con Siria, para la devolución de los Altos del Golán y de la futura actitud de Hisbolad y Hamas, pues si ambas formaciones persisten en sus ataques a territorio israelí violando la “sacrosanta seguridad” exigida por la población judía, podría incrementarse la tensión en la zona y reeditarse la “”Operación Plomo Fundido”.
Aplicación de la “doble vía” kennedyana en su relación con los países de Iberoamérica: Obama se verá obligado a prestar una atención especial al tradicionalmente considerado “patio trasero de EE.UU.”, para intentar frenar la expansión de la influencia rusa en Latinoamérica, tras la firma por parte de Raúl Castro y Mendeiev del Pacto por la Amistad y Cooperación con Cuba, aprovechando la miopía política de una Administración Bush obsesionada con el Eje del Mal, reviviendo el pacto secreto firmado por Raúl Castro y Jruschov (Moscú, 1960).
En caso de no llegarse a rápidos acuerdos sobre el levantamiento del embargo a Cuba, podríamos asistir a la firma de un tratado de colaboración militar de Cuba con Rusia, que incluiría la instalación de una base de Radares en la abandonada base militar de Lourdes, para escuchar cómodamente los susurros de Washington y la instalación de bases dotadas con misiles Iskander y con aviones estratégicos con armas nucleares (los temibles TU-160 conocidos en Occidente como BlackJack), complementado con la instalación de una megabase naval y logística en Venezuela.
Por su parte, EE.UU. procedería a la gestación de la Alianza Panamericana, (rememorando la Alianza para el Progreso (Puerto Rico,1961), liderada por México, Brasil y Argentina y que conjugaría la ayuda económica y la firma de acuerdos preferenciales con los países ideológicamente afines, con los intentos de desestabilización de los Gobiernos de corte populista-progresista (Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia y Venezuela).
La agudización de la crisis económica dará lugar a frecuentes estallidos de conflictividad social y a la expansión de ideologías izquierdistas en todo Latinoamérica, por lo que Obama podría estrechar lazos comerciales y militares con el presidente dominicano Leonel Fernández Reyna, ante el peligro de contagio mimético de los ideales revolucionarios cubanos, (reviviendo el apoyo de Kennedy a Balaguer en 1962 ante el temor de la irrupción de un brote castrista en la República Dominicana).
Asimismo, es probable una clara regresión de las libertades democráticas y un posible regreso a escenarios ya superados de guerrillas revolucionarias (Perú, Nicaragua, Colombia y Bolivia) y en Panamá. No sería descartable una reafirmación del sentimiento soberanista panameño sobre el canal, por lo que podríamos asistir a la reedición de la Crisis de Panamá de 1964, con el envío de tropas estadounidenses que asegurarían el control del Canal, recuperando de paso la soberanía del mismo, traspasada a Panamá en 1979.
Gradual retirada de tropas de Irak que deberá esperar al 2011 para su culminación e inicio de un posterior y complejo proceso de reparto de las áreas de influencia entre Turquía, Siria, Arabia Saudí e Irán, hasta desembocar en un Gobierno de Coalición integrado por representantes kurdos, suníes y chiítas), (reeditando la Conferencia de Ginebra de 1961 y la posterior salida de tropas y constitución de un Gobierno de Coalición en Laos(1962).
La decisión de Obama de incrementar sustancialmente el número de soldados en Afganistán augura la escalada de las acciones bélicas a partir del 2010, (emulando la decisión de Kennedy de apoyar de forma decisiva la intervención norteamericana en Vietnam), pues según señala el último informe del Consejo Internacional de Seguridad y Desarrollo (ICOS), la insurgencia talibán habría conseguido una presencia permanente en el 72% del territorio de Afganistán,( lo que representa un aumento del 18% con respecto a noviembre de 2007) y se acercarían a la capital Kabul, habiendo establecido los talibanes una especie de gobierno «de facto» en algunas ciudades y pueblos afganos.
La CIA contaría con informes que confirmarían el inicio de la ayuda militar rusa (asesores militares, logística e información de los satélites-espías) a las milicias talibanes de Afganistán en su lucha contra las fuerzas de la NATO allí desplegadas, con el objetivo de alargar el conflicto y aliado con la falta de liquidez monetaria de los aliados europeos lograr su gradual retirada de Afganistán antes del 2012 dejando en soledad a EE.UU., lo que implicaría crecientes dificultades para conseguir la aprobación de los Presupuestos en el Congreso, plasmadas en la petición por la Administración Obama de 83.400 millones de dólares adicionales para financiar las operaciones militares en Irak y Afganistán en el 2009 (se estima que el costo de las dos guerras sería de unos 8.000 millones de dólares al mes).
El actual presidente de Afganistán Hamid Karzai sería acusado por EE.UU. de tibieza en la lucha contra los talibanes, existiendo informes de la CIA que podrían involucrarle en la gestación de un Gobierno de Coalición afgano entre los pastunes y talibanes y que implicarían la salida de las tropas de EE.UU., por lo que no sería descartable la creación de un ambiente propicio al golpe de Estado y el posterior derrocamiento y asesinato de Karzai, reviviendo uno de los aspectos más oscuros de la política exterior de Kennedy (el derrocamiento y asesinato del presidente survietnamita Diem (1963) y el posterior incremento de su apoyo militar a Vietnam, acelerando la escalada que llevaría a los Estados Unidos a un callejón sin salida.
Para evitar una peligrosa “vietnamización” del conflicto, Obama podría firmar en el 2011 la retirada progresiva de tropas de Afganistán (rememorando la firma por Kennedy de retirada de efectivos militares de Vietnam, 1963) decisión que no será compartida por sus vicepresidentes Biden y bajo cuyo mandato se prodría producir la intensificación y enquistamiento de dicho conflicto bélico.
Pénultimo Golpe de Estado en Pakistán: A pesar de los intermitentes períodos democráticos, Pakistán posee una larga historia de dictaduras militares, siendo el general Musharraf el penúltimo representante (1999-2008). de esta endémica casta militar paquistaní siempre supeditada a los dictados de la Administració EE.UU., siendo sustituido en las Elecciones Presidenciales del 2008 por Zardari, viudo de Benazir Bhuto.
Sin embargo, las acusaciones de corrupción, chantaje e inducción al asesinato por lo que cumplió condena, le invalida para la campaña de la AdministraciónEE.UU. de recuperación de la credibilidad democrática en países como Paquistán y Afganistán, lo que unido a las acusaciones de tibieza en la lucha contra Al Qaeda para lograr desbaratar “las redes terroristas en Pakistán y para degradar cualquier habilidad que tengan para planear y lanzar ataques terroristas internacionales” y el escaso entusiasmo de Zardari por “fortalecer las capacidades de contrainsurgencia de Islamabad”, hacen predecir un incierto futuro para él, no siendo descartable un golpe de Estado auspiciado por la CIA .
Asimismo, es previsible el Incremento de la tensión en Cachemira, pues el incremento del conflicto militar en Afganistán por parte de EE.UU. tendrá repercusiones en la vecina Cachemira y tras la repetición de cruentos atentados terroristas como el de Bombay, la tensión entre India y Paquistán podría incrementarse y dar lugar a un nuevo enfrentamiento armado en Cachemira (en el riesgo añadido de la posible utilización de misiles con carga nuclear).
Pacto con China para sancionar a Irán: La decisión de Obama de vender nuevas partidas de armamento a Taiwán por 6.400 millones de US$ (proyecto aprobado por Bush) o la reciente reunión privada con el Dalai Lama intentarían presionar a Pekín para conseguir su apoyo en las sanciones contra Irán, pues Pekín( con fuertes lazos económicos con Teherán), siempre ha sido junto con Moscú el principal baluarte del régimen de los ayatolá frente a Washington, objetivo más factible desde que China accedió esta semana a sentarse a negociar seriamente sobre el texto y el fondo de las sanciones.
Irán ha adquirido una dimensión de potencia regional gracias a la política errática de Estados Unidos en Iraq, (fruto de la miopía política de la Administración Busch obsesionada con el Eje del Mal) al elimirar a sus rivales ideológicos, los radicales talibanes suníes y a Sadam Husein con el subisiguiente vacío de poder en la zona. y ha reafirmado su derecho inalienable a la nuclearización y tras las presiones diplomáticas del sexteto de mediadores internacionales (Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia, Alemania y China), “podría alcanzarse un acuerdo para que Teherán enriquezca su uranio hasta el 20% antes de que Turquía y Brasil lo conviertanen combustible para el reactor iraní, siempre bajo control de la OIEA”.
Dicho acuerdo permitiría un mejor control del stock de uranio enriquecido de Irán, (fuente de inquietud entre los occidentales e Israel, que temen que Teherán lo pueda emplear para fabricar armas atómicas , acusaciones que Irán ha desmentido siempre categóricamente) y lograría la resolución del contencioso nuclear de EE.UU. con Irán y el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países, tras lograr que se reconozca su lugar en el concierto regional recuperando el papel de “gendarme del Golfo “ que los estadounidenses confiaron al Sha de Persia e incrementando la cooperación con EE.UU. relativa a la seguridad en Iraq y Afganistán.
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