Aportaciones de Gurdieff para tomarse en cuenta

Es imposible recordarse a sí mismo.
Y la gente no recuerda porque quiere vivir sólo por medio de la mente.
Y otras partes del cuerpo no tienen ningún deseo de recordar.

George Gurdjieff

Hay significativo legado en las enseñanzas de Gurdieff que no pueden ser ignoradas; todo lo contrario, hay muchas enseñanzas, reflexiones, que de estar atento, despiertos e identificados con su alcance y percusiones que encierran, nos permite pode incrementar nuestro crecimiento como persona, y más en lo espiritual, sabiendo aprovechar la oportunidad de vida que se nos ha dado.

Como se sabe y así lo señalan sus biógrafos, George Gurdjieff fue un maestro místico, filósofo, escritor y compositor, quien se autodenominaba «un simple Maestro de Danzas».

Nos recuerda, Silvia Álvarez Verdugo, que era exigente, pero a la vez generoso y protector; Gurdjieff obligaba a quienes lo seguían, a adaptarse a una disciplina que a ratos parecía incoherente. Pero para ellos, este poderoso maestro espiritual constituía la única esperanza de desarrollo y liberación. Él era el contacto viviente con las fuentes.

Si, él era el contacto viviente con las fuentes ancestrales de la sabiduría y su notable inteligencia los guiaba por caminos prácticos donde nada puede ser entendido si no se experimenta por sí mismo.

Veinte años había tomado a Gurdjieff cristalizar y organizar los fragmentos del conocimiento adquirido y se sentía listo para congregar discípulos. Y lo hizo con su particular estilo.

Gurdieff utilizaba danzas, ejercicios gimnásticos, difíciles prácticas de concentración, meditaciones… Hay el antecedente, que el 13 de diciembre de 1923 se realizó la primera representación pública de las danzas sagradas, en el teatro de los Campos Elíseos, impresionando al público parisino.

Nos aporta Wikipedia, que nacido a finales del siglo XIX en la Armenia rusa, su principal obra fue dar a conocer y transmitir las enseñanzas del Cuarto Camino en el mundo occidental fue un maestro místico, filósofo, escritor y compositor, quien se autodenominaba «un simple Maestro de Danzas».Por su origen mixto, hablaba varios idiomas: ruso, turco, griego y armenio.

Se señala sobre él, que el verdadero significado del trabajo de Gurdjieff es fuente de discusión. Igualmente es reconocido como un maestro carismático, que fundamentalmente trajo nuevos conocimientos a occidente que, siendo de un nivel extraordinario y oculto, aún despiertan interés y curiosidad.

Se dice, que Gurdjieff se ve frecuentemente desacreditado por las prácticas que emplearían algunos de sus seguidores, los cuales se dividieron después de su muerte en diversos grupos, proclamando cada uno de ellos ser los únicos y genuinos discípulos de él y, por lo tanto, tener el verdadero conocimiento secreto para alcanzar el «deseable» desarrollo armónico del hombre que Gurdjieff se propuso difundir durante gran parte de su vida.

Entre algunas reflexiones y enseñanzas significativas como nos lo aporta Silvia Álvarez están:

Para Gurdjieff, el hombre es un ser plural: » No hay tal yo – decía -, o más bien hay cientos, miles de pequeños ‘yoes’ en cada uno de nosotros. Estamos divididos interiormente, pero no podemos reconocer la pluralidad de nuestro ser, sino a través de la observación y el estudio. En cierto momento es un ‘yo’ el que actúa, al momento siguiente es otro ‘yo’. No funcionamos armoniosamente debido a que nuestros ‘yoes’ son contradictorios.

Al nacer, el niño es «esencia», un ser con esperanza. Pero a medida que crece, pierde su «particularidad» a causa de las experiencias reales. Se va formando la personalidad, nuestra máscara o revestimiento social, que ahoga a la esencia. Aunque indispensable, la personalidad es, en la mayoría de los casos, una serie de prejuicios, posturas, sueños, modos de manipulación y neurosis, «alineados respecto de la esencia de manera arbitraria». Invadida por la legión de ‘yoes’, no permite al hombre la posibilidad de desarrollar su verdadero ser, que para explicar qué es un ser más elevado.

Gurdjieff habló de diferentes etapas que puede vivir un ser humano:

«Hay varios estados de conciencia:

1) El sueño, en el cual nuestra maquina sigue funcionando a presión muy baja.

2) El estado despierto, en el cual estamos en este momento. Estos dos estados son los únicos que conoce el hombre corriente.

3) Lo que se llama conciencia de sí. Es el momento en que un hombre se da cuenta tanto de sí mismo, como de su máquina. Lo tenemos por destellos, pero solamente por destellos. Hay momentos en los que se da cuenta usted no sólo de lo que está haciendo sino también de usted mismo haciéndolo. Usted puede ver tanto el ‘yo’ como el aquí de ‘yo estoy aquí’, tanto el enojo como el ‘yo’ que está enojado. Llame a esto recuerdo de sí, si gusta.

Ahora, cuando uno se da cuenta completa y constantemente del ‘yo’ y de lo que esta haciendo, y de cuál ‘yo’ se trata, usted se vuelve consciente de sí mismo. La conciencia de sí es el tercer estado. Este es un punto cumbre, ya que sólo a partir de este tercer estado el hombre es capaz de desarrollar su esencia y llegar a ser un hombre N° 4, equilibrado y cabal. Entonces tendrá la posibilidad de construir su alma y sus otros cuerpos ( hombres del N° 5 al 7 ), para cumplir con los destinos superiores de la evolución cósmica, a través del acceso a un estado llamado «Conciencia Objetiva».

Señalaba Gurdieff, que el hombre es una compleja máquina que «ingiere impresiones y excreta conductas» y se alimenta de comida, aire e impresiones sensibles para impulsar cinco «cerebros» o «centros» que actúan en forma independiente: intelectual, emocional, motor, instintivo y sexual. Cada uno cumple sus funciones sin considerar a los otros, por lo cual la maquina humana inconsciente es ineficiente y esta atrapada en la «mecanicidad».

Los tres centros básicos (intelectual, emocional e instintivo – motor ), determinan la tipología gurdjieffiana del ser humano sin desarrollo de conciencia, según cual de ellos es dominante en cada persona: «Hombre número uno», motor; «Hombre número dos», emocional; «Hombre numero tres», intelectual. Aunque creemos que tenemos una sola «mente», en realidad cada uno de los centros tiene una propia. Y esta categorización se complejiza aún más debido a que, a su vez, cada uno de los centros tiene sus propias divisiones.

La debida «atención», lograda con esfuerzo y voluntad, nos permite darnos cuenta en que centro estamos funcionando y emprender el camino del desarrollo armónico y simultaneo de cuerpo, emoción e intelecto. La «detención interior» de pensamientos es uno de los ejercicios para el «recuerdo de sí» que lleva a la comprensión de este proceso.

Gurdieff además aporta lo que nos recuerda Silvia Álvarez, que la «atención», la «observación de sí » y el «recuerdo de sí mismo», permiten al hombre liberarse de las identificaciones e imaginaciones que lo mantienen sumido en un «estado de sueño hipnótico». «Sólo un hombre en el más alto estado de ser es un hombre completo. Todos los otros son meras fracciones de hombre. La ayuda exterior necesaria vendrá de maestros o del sistema que estoy siguiendo. Los puntos de partida de esta observación de sí son:

1) Que no somos uno. 2) Que no tenemos control sobre nosotros mismos. No controlamos nuestro propio mecanismo. 3) No nos recordamos a nosotros mismos. Si digo: ‘Yo estoy leyendo un libro’ y no me doy cuenta de que ‘yo’ estoy leyendo, eso es una cosa, pero cuando estoy consciente que ‘yo’ estoy leyendo, eso es recuerdo de sí».

Para Gurdjieff «todo es material en el Universo»: «Lo Absoluto es tan material, ponderable y mensurable como la luna o el hombre. Si el Absoluto es Dios, eso significa que Dios puede ser pesado y medido, resuelto en sus elementos constituyentes, «calculado» y formulado… Por consiguiente, el Gran Conocimiento es más materialista que el materialismo… Lo repito: todo en el Universo es material.»

Gurdjieff hace observaciones además sobre:: «La magia negra no significa en modo alguno magia maléfica… Nadie hace nunca nada por amor al mal, o en interés del mal. Todo el mundo actúa siempre en interés del bien como él lo entiende… La magia negra puede ser altruista, puede perseguir el bien de la humanidad… Pero lo que merece llamarse magia negra tiene siempre una característica bien definida. Este carácter es la tendencia a utilizar a la gente para algún fin, incluso el mejor de los fines, sin su conocimiento y sin que lo entiendan, ya sea suscitando en ellos la fe y el encaprichamiento, sea actuando en ellos por el miedo.»

En definitiva lo más importante en la enseñanza de Gurdjieff como se dice: es la práctica, y su irrefutable mostración del estado lamentable y anormal en que se encuentra el ser humano.

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