Las Escuelas de Administración requieren ser más proactivas y actualizadas

Es muy cierto cuando se señala, que en la globalización de los mercados y los tratados de libre comercio, imponen al sector educativo y de manera especial al universitario, un reto que debe enfrentar; éste es, ajustar los planes de estudio de las carreras que imparte, a las exigencias del entorno con el propósito de formar individuos con conocimientos, habilidades y capacidades que le permitan interactuar en forma eficiente y positiva con los cambios de tipo económico, político, social y educativo que demanda el mundo contemporáneo.

Consideramos, que de acuerdo a la realidad, las actuales Escuelas de Administración de Empresas de las universidades públicas venezolanas, se han estancado en relación al perfil que debe desempeñar el actual administrador, más si se consideran las turbulencias, necesidades que afronta el país, producto de las acciones políticas y económicas del actual Gobierno, que ha instituido la Revolución Bolivariana en pro del establecer lo que ha denominado del Siglo XXI.

Venezuela presenta un escenario muy turbulento que ha generado riesgos, incertidumbres, improductividad empresarial; una verdadera parálisis, que ha dado paso a incrementar como nunca, la importación de productos, muchos que podrían producirse en el país, lográndose un incremento alto de una economía informal que está afectado seriamente a los pocos productores que quedan.

Todo ello, obliga a las Escuelas de Administración a reactualizar sus programas de estudios, proporcionando los conocimientos necesarios para enfrentar los retos, aprovechar las oportunidades, formar profesionales de la administración, capaces de generar resultados que favorezcan el desarrollo empresarial del país, afrontar las nuevas aperturas.

No pueden quedarse las Escuelas ancladas a los viejos conocimientos de la administración. Requieren de docentes capaces, no sólo de proporcionar los conocimientos modernos que el presente reclama, sino incentivar al estudiante a generar nuevos modelos, propuestas que favorezcan a las empresas a ser productivas, competidoras, a que cumplan con el logro de sus objetivos con el uso de las herramientas administrativas que se han generado.

No deben sus docentes ser repetidores de conocimientos no adaptados a la realidad. Se necesita de un nuevo paradigma empresarial que sepa interpretar las políticas, acciones del nuevo Estado sin desfavorecer a las empresas; todo lo contrario, garantizarle productividad, participación que ayude a los programas del Estado, especialmente, los que se han abiertos en pro de las nuevas aperturas que se han iniciado con la nueva política de Comercio Exterior, a fin de que las empresas, especialmente las Pymes, a fin de que desempeñen su rol de manera eficaz.

Muy cierto, lo señalado por el Instituto Tecnológico de Costa Rica, que es tarea de la Universidad, Escuela de Administración, formular los objetivos y estrategias institucionales con base en el diagnóstico de las necesidades tecnológicas y del recurso humano que tiene el país; esto implica, modificar el proceso tradicional de enseñanza-aprendizaje que se ha venido desarrollando, mediante un cambio en la metodología de los cursos, de tal forma que haya un espacio en el que el estudiante pueda cultivar la creatividad e innovación; es decir, tenga la oportunidad de dedicarse a la investigación aplicada de las teorías científicas, en las soluciones múltiples de problemas reales y concretos, que presenta el medio ambiente. Se requiere formar estudiantes que no se conformen con la respuesta del profesor, sino que asuman un rol más crítico y participativo y sean ellos los artífices de nuevas opciones, todo esto como resultado de un proceso creativo, de análisis y reflexión.

Aspecto, este último, muy poco tomado en cuenta por las Escuelas de Administración de las universidades del país, que requieren de una participación proactiva, dinámica, tanto del estudiantado, docentes, autoridades universitarias, empresas, Estado, a fin de usarse eficaz y productivamente el talento humano.

Es necesario como se indica, que exista una vinculación más real con las empresas, en donde como se ha dicho con insistencia, el estudiante debe salir del salón de clases y tener la experiencia de enfrentar la realidad que viven sus colegas, en el diario quehacer, y conocer más a fondo, las necesidades que presentan los diferentes nichos de mercado que conforman el país; esta experiencia le permitirá darse cuenta de las habilidades que tiene o debe desarrollar, para poder desenvolverse, ya sea como propietario o empleado, en las organizaciones actuales, que cada vez demandan mayores capacidades y conocimientos por parte del recurso humano. Por consiguiente, los profesionales deben ser competitivos, visionarios, para que puedan ver las oportunidades de sus negocios, innovadores para encontrar siempre una mejor forma de hacer las cosas y creativos con habilidad de crear donde no exista nada.

Las Escuelas de Administración no pueden anclarse en no darle paso a las investigaciones, en ignorar su responsabilidad social de participar en los problemas que actualmente afrontan las empresas, en donde Venezuela jamás había experimentado el desabastecimiento de productos básicos, como la leche, azúcar, harinas, huevos, aceite, entre otros. Y en donde las Escuelas de Administración están comprometidas con ello; aun más, los postgrados en Administración con sus distintas menciones.

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