Las Oportunidades del Aluminio

No pocas oportunidades brinda la actual situación internacional de la industria del aluminio. La principal de éstas, la constituye la proyección mundial de consumo que se maneja, la cual indica claramente que crecerá dicho consumo en una proporción aproximada al 91.7% en los próximos 13 años, elevándose desde 31.6 millones de toneladas métricas anuales a 60.6MM TMA hacia el 2020. La otra circunstancia favorable, es la cada vez mayor utilización del aluminio (en forma de piezas fundidas, forjadas y laminadas) en la industria del transporte terrestre (vehículos de paseo, de carga, vagones), básicamente por su relativamente bajo peso, buena resistencia a la corrosión y a lo que significa la reducción en el consumo de combustible (con la subsecuente disminución de emisiones a la atmósfera, aspecto que cada vez cobra mayor importancia). A manera de referencia, puede afirmarse que, según datos de la Aluminum Association, en el mercado de transporte norteamericano su utilización ha crecido en los últimos 32 años, de un consumo de 75 libras/vehículo en 1974 a unos 310 libras por vehículo en el pasado año.

En forma paulatina, el aluminio ha ido desplazando al acero en la fabricación de unidades de transporte, tanto de paseo como de carga. Es así como se ha vuelto extenso su uso en carrocerías, paneles internos, piezas como sistemas de transmisión, bloques de motor, cámaras, suspensión. Esta serie de aplicaciones, abre para Venezuela, como nación que fabrica aluminio primario, extruido y laminado, un horizonte de posibilidades que deben ser aprovechadas. En este sentido sería primordial la formulación de un Plan nacional del Aluminio, con la participación de todos los entes relacionados, gobierno-empresario-Universidades-Institutos de investigación. Un plan, que permita evaluar el conjunto de líneas de acción y diseñe una estrategia a mediano y largo plazo (sin excluir un conjunto de proyectos de investigación básica y aplicada a nivel de los institutos y universidades nacionales) , con el claro objetivo de posibilitar el relanzamiento de este sector, que en las últimas dos décadas no ha experimentado un crecimiento apreciable en el tipo y diversificación de las aplicaciones del aluminio, o como comúnmente se denomina “desarrollos aguas abajo”.

El escenario está servido, como hace 40 años cuando nació Alcasa, empresa pionera del sector, para apalancar el futuro con las ventajas que se tienen y con aquellas que pueden crearse con precisión y tenacidad. Este es el momento. Los beneficios serán grandes y cuantiosos, en términos de crecimiento industrial y tecnológico, generación de empleos, sustitución de importaciones, y posicionamiento del país en un nuevo nivel en este sector de elevada importancia futura.

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