Perspectivas económicas para 2024

Para el presente año, 2024, el Banco Mundial proyecta un crecimiento de la economía chilena de 1,8 % con relación al año anterior. Se trata de una proyección que nos coloca por debajo del crecimiento esperado para el conjunto de América Latina y el Caribe, que crecerá a una tasa de 2.3%, y por debajo también de la tasa esperada para el crecimiento de la economía mundial, que se espera sea de 2.4 %.

La Comisión Económica para América Latina, CEPAL, proyecta, a su vez, la misma tasa de crecimiento de la economía chilena que visualiza el Banco Mundial, que ya vimos que es de 1.8 %,   pero con la diferencia que supone para el conjunto de la América Latina y el Caribe una tasa de crecimiento de solo de 1.5%, y de 1.25 % para la América del Sur, lo cual nos coloca por arriba del promedio  proyectado para la región.

El gobierno chileno, más optimista, construyó el presupuesto del año 2024 sobre la base de un supuesto de 2.5 % de crecimiento del PIB, mientras que el Banco Central, más cauto, postula que ese indicador se ubicará en un rango de 1.25 % a 2.25 %.

Ninguno de los organismos mencionados tiene una bola de cristal para visualizar con certeza cual será la situación de la economía chilena en un futuro próximo. Lo que tienen todos ellos son modelos matemáticos mediante los cuales se puede calcular una variable – el PIB en el año 2024, en este caso – a partir del conocimiento o de las suposiciones que se hagan sobre otros muchos elementos que inciden en forma sustantiva sobre la variable en estudio. Dichos modelos pueden fallar, en su capacidad proyectiva, tanto porque no toman en consideración todas las variables que inciden sobre la variable objetivo – que en el campo del comportamiento humano son miles y no siempre conocidas ni cuantificables – como porque las suposiciones sobre el valor o las características de los elementos efectivamente considerados no resultan acertadas

En el mundo contemporáneo la cantidad de hechos imprevistos o insospechados que suceden periódicamente – y que afectan altamente a la economía mundial o parte sustantiva de ella – son cada vez más abundantes, lo cual hace perder capacidad proyectiva a dichos modelos matemáticos. Guerras convencionales de carácter militar de un país contra otro; guerras económicas en que un país trata de perjudicar a la economía de otro, por razones de carácter geopolíticas; grandes avances o descubrimientos científicos o tecnológicos, que llevan a que  cambien las formas de producir  y que conducen a incrementar o depreciar el valor de ciertos insumos o recursos productivos anteriores; nuevos descubrimientos de yacimientos de minerales que alteran la oferta y los precios internacionales de los productos correspondientes; nuevas políticas comerciales o financieras de países de alta significación económica mundial, que llevan a que cambien los precios de los productos que ellos importan o exportan e incluso las tasas de interés imperantes en la economía mundial; desastres naturales tales como sunamis o terremotos,  pandemias sanitarias como la del covid, etc.  A esos y muchos otros elementos de carácter internacional, se suma el hecho de que muchos de esos acontecimientos no solo afectan la economía mundial cuando efectivamente suceden, sino que incluso cuando meramente se supone que pueden suceder, pues las personas, las empresas y los gobiernos actúan en el presente en base a suposiciones sobre el futuro.    

En el caso chileno el PIB del año 2024 dependerá en alta medida del precio internacional del cobre, que fue de 3.85 dólares por libra en el año 2023, y que el Banco Central supone que ascenderá a 3.86 dólares por libra en el presente año, aun cuando la Comisión Chilena del Cobre, Cochilco, asume que el precio será solo de 3.75 dólares por libra. El precio de este importante mineral obedece, a su vez, en forma sustantiva, de lo que suceda con la economía china, que es nuestro principal cliente, y cuya demanda de este producto determina la demanda mundial del mismo, así como su precio internacional. Y los datos sobre la economía china no son muy transparentes ni fáciles de predecir, pues dependen en alta medida de decisiones políticas centralizadas. A ello se agrega el dato tecnológico de que la producción creciente de autos eléctricos implica un crecimiento sustantivo en la demanda mundial de cobre.

Otro dato internacional relevante para la economía chilena es lo que suceda en el año 2024 con el precio del petróleo, el cual se importa casi en un 100% por parte de nuestro país. En el transcurso del año 2023 el precio internacional de este combustible venía a la baja, pero con las dificultades para el transporte marítimo frente a las costas de Yemen, este producto ha revertido dicha tendencia y ha vuelto a crecer.  

En el campo de los acontecimientos internos que afectarán la tasa de crecimiento del PIB durante el año 2024 es importante mencionar la realización o no de la ambiciosa cartera de proyectos de inversión que tiene en su agenda el Ministerio de Obras Públicas. También el Ministerio de Vivienda tiene la alta responsabilidad de avanzar en la construcción de las miles de nuevas viviendas contempladas en el programa de gobierno, las cuales no solo inciden en la solución de los problema sociales correspondientes, sino también en el aumento de la inversión y del PIB que se presenten en el país en el año en curso. 

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