Planificación de la empresa del futuro

El cambio en sí está cambiando constantemente. Esto se refleja en el amplio reconocimiento de su aceleración. Por ejemplo, la velocidad con que se puede viajar ha aumentado más durante este siglo que en todos los anteriores. Lo mismo puede decirse de la velocidad con la que es posible calcular, comunicarse, producir y consumir.

Los últimos cambios tienen ciertos rasgos que sí son únicos. El pasado, debido a que el cambio no presionaba a la gente, éste no recibía mucha atención. Actualmente el cambio ejerce tal presión, que se le tiene que prestar atención; su ritmo es tan elevado, que un retraso en la respuesta puede ser muy costoso y hasta desastroso. La adaptación a los rápidos cambios actuales exige frecuentes y grandes ajustes a lo que hicimos y a la forma como lo hicimos.

Los seres humanos buscan la estabilidad, y son miembros de grupos y organizaciones, instituciones y sociedades que también buscan la estabilidad. A esto se puede llamar la búsqueda de la homeostasis, pero este objetivo debe buscarse en un mundo cada vez más dinámico e inestable.

La segunda característica de los cambios que actualmente se enfrentan, es más sutil que la primera y, probablemente más amenazadora. A medida que el retorno del cambio aumenta, también aumentan los problemas que se encaran. Además, cuantos más complejos son estos problemas, más tiempo lleva resolverlos. Esto significa que mientras se acelere el ritmo del cambio, más se transforman los problemas que se intentan solucionar y menor es la duración de las soluciones que se encuentran. Así, cuando se hallan soluciones para los problemas existentes, (o por lo menos para los más importantes), estos han cambiado tanto, que las soluciones que se aplican ya no resultan efectivas: nacen muertas. En otras palabras, muchas de nuestras soluciones son para problemas que ya no existen y como resultado cada vez uno se va quedando más y más rezagado.

Aunque los cambios pueden ser inevitables, no son los cambios particulares, Para que si ocurran se debe, por supuesto, aprender cómo adaptarse más rápida y eficientemente.

Las dudas acerca de la visión prevaleciente del mundo, generalmente empiezan con la aparición de dilemas. Un dilema es un problema o una pregunta que no puede ser resuelta o respondida dentro de la visión prevaleciente del mundo, por lo que pone a esta en tela de juicio.

La problemática de una empresa la constituye el futuro que tendrá, si continuará comportándose como hasta ahora, y si su medio ambiente no cambia su dirección de un modo significativo: en síntesis, la problemática de la empresa es el futuro, que depara su conducta y la de su medio ambiente.
Todos los sistemas contienen la semilla de su propio deterioro y destrucción. Por consiguiente, el propósito de formular la problemática es identificar la naturaleza de estas amenazas, a menudo ocultas, y planificar los cambios que incrementan la capacidad de la empresa para sobrevivir.

En primer lugar, es necesario formular una estrategia, la cual consiste en una combinación de movimientos competitivos y enfoques de los negocios que los administradores utilizan para satisfacer los clientes, competir con éxito y lograr los objetivos de la organización.

Este artículo continuará en el próximo número.

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