El término reduflación aparece por lo regular cuando la inflación se dispara, y las empresas recurren a poner en marcha cualquier tipo de estrategias para no perder nada de sus beneficios y seguir sacando el máximo provecho a sus productos e incrementando sus ganancias.
Las estrategias más usadas son reducir el contenido y el tamaño de los envoltorios, manteniendo o incrementando el precio. Estas tácticas también han sido denominadas la inflación invisible. Por supuesto que, si no la detectas, terminaras pagando más por menos.
Ejemplos aparecen con regularidad en los establecimientos en productos como los cartones de huevos, los chocolates que aparecen en tabletas más delgadas, los paquetes de galletas con menos unidades o las papas fritas, doritos y otros, que han reducido de peso y cuando el envase mantiene el mismo tamaño su interior viene mucho más vacío, con menos unidades. Y en el caso de que mantengan las mismas unidades por lo general estas serán más pequeñas. Obsérvese que ninguno de esos productos ha disminuido su precio. Por supuesto que la menor cantidad no les afectará para nada. Mientras que los consumidores seguimos pagando lo mismo por la misma cantidad de producto y en algunas ocasiones podemos pagar más.
Aunque es una actividad engañosa y desleal como es que pueda ser considerada legal y, pareciera que siempre y cuando se indique el volumen de producto que se ofrece. Claro que, los fabricantes adoptan esa medida porque conocen muy bien al comportamiento generalizado de los consumidores. Se muestran renuentes a comprar un producto que ha subido de precio, pero se muestran pasivos a la hora de asumir las presentaciones con menor cantidad mientras cueste lo mismo. La reducción de cantidad suele rondar entre un 5% y un 10% del volumen, aunque hay casos que alcana hasta el 25%.
Para que la reduflación no termine haciendo peor el daño que nos ocasiona la inflación a nuestra economía al hacer la compra de los alimentos básicos de la familia, hemos de actuar como consumidores críticos y responsables de manera que conozcamos los precios y podamos ahorrar en la cesta de compra, de lo contrario los recursos nos rendirán menos. Acostúmbrate a mirar los precios y a revisar los tickets de compra para comprobar la cantidad de producto y en cuanto te sale el litro o el kilo.
Foto de Nirmal Rajendharkumar: https://www.pexels.com/es-es/foto/mujer-de-pie-junto-a-la-estanteria-de-la-tienda-3037550/
