Analistas sostienen que, si no se contrae el gasto público, las nuevas medidas no tendrán efecto positivo
Ahiana Figueroa. La aplicación de un conjunto de medidas que contribuirá a incrementar las finanzas del Gobierno generará un impacto en los precios de los bienes en el mercado interno si los recursos públicos son destinados al gasto improductivo.
Analistas sostienen que sea cual sea el aumento en el precio de la gasolina, esta decisión acompañada de un ajuste del dólar oficial con la unificación cambiaria durante este año, traerá más presiones sobre la inflación.
El presidente Nicolás Maduro informó la semana pasada del inicio del debate para tratar el “precio justo de la gasolina”. Hasta ahora existen rumores de que el nuevo valor del combustible estará entre 2,7 (costo de producción) y cinco bolívares (precio internacional) el litro, lo que generaría de 14.000 millones a 25.000 millones de dólares en ingresos extraordinarios.
El vicepresidente para el Área Económica, Rafael Ramírez, anunció la necesidad de volver a una sola tasa de cambio. Algunas informaciones han señalado que el nuevo precio del dólar estaría entre 15 y 25 bolívares, lo que significaría unos siete puntos del Producto Interno Bruto (PIB).
El mandatario destacó que los recursos que se obtengan del ajuste se destinarán a distintas misiones, programas sociales y de infraestructura.
A juicio de Luis Zambrano Sequín, profesor de economía de la Universidad Católica Andrés Bello, a medida que se demoren los ajustes, los costos para el Gobierno se irán elevando cada vez más; es decir, serán mayores las implicaciones políticas que podrían tener, especialmente si hay otras decisiones que impliquen un aumento de los precios de los bienes y servicios, como la unificación cambiaria que supone una devaluación o el ajuste del valor de venta de los productos sujetos a controles.
“Sin considerar estas medidas, ya se prevé una inflación de 70% a finales de año”, acota.
Algunos funcionarios consideran que buena parte de los precios ya están ajustados al tipo de cambio paralelo y, por tanto, la devaluación no tendrá mayor impacto inflacionario. No obstante, analistas apuntan a que hay una cantidad considerable de alimentos y medicinas que se importan con el tipo de cambio actual de Bs. 6,30 por dólar y la devaluación los encarecería.
El economista Blagdimir Labrador sostiene que el impacto tanto de la unificación cambiaria como del ajuste de la gasolina podría mitigarse con la adopción de una serie de medidas. Considera que es necesario hacer los ajustes y que se puede compensar con otras acciones. “Ya en la estructura de costos de los transportistas la gasolina no es significativa, pero se podría incluso mejorar el servicio del transporte, al crear planes de financiamiento para ellos y mejorar la pensión a los trabajadores del sector”.
“Lo que se busca es estabilidad cambiaria y dos tipos de cambio: uno para bienes esenciales y otro tipo de cambio regulado en un mercado permuta, en los cuales cada una de las divisas serían asignadas a la economía real. De esta manera, se evitaría un impacto en la inflación y se eliminaría a los especuladores”, dijo.
Igualmente, es prioritario realizar convenios con Colombia y utilizar los sistemas de moneda local en sustitución del dólar para realizar transacciones entre ambos países. “Convendría el uso del peso-bolívar e incluso el sucre con los países del Alba”.
Destaca que dando un certificado de garantía al importador de acuerdo con el presupuesto de divisas que se destine cada año, se eliminaría la incertidumbre del empresario de cuándo recibirá las divisas y se evitaría que este acuda al mercado paralelo. “Este tipo de mecanismos podría dar estabilidad al tipo de cambio”.
Zambrano -por su parte- insiste en que si el Gobierno continúa aumentando el gasto público y, especialmente, el gasto no destinado a la inversión, esto presionará la liquidez y, por ende, la inflación. “Para que los ajustes sean eficientes, se debe contraer el gasto público. De lo contrario, vendrán nuevos ajustes”.
El costo político
Labrador está de acuerdo con que medidas como el ajuste de la gasolina tienen implicaciones desde el punto de vista político, pero que los beneficios de su ejecución serán mayores.
“Hoy en día las condiciones son diferentes a las del año 1989. Es cierto que toda decisión de aumento de servicio tiene un costo político, pero al final se va a traducir en más beneficios. La transferencia de estos recursos mejorará el servicio público, el transporte, las becas, la vivienda”, afirmó.
Para Zambrano Sequín aunque el aumento de la gasolina sea debatido y aprobado hasta por factores de oposición, el ajuste será muy bajo. Prevé que las medidas sean de “poca calidad”, debido a las implicaciones políticas asociadas a este tipo de acciones.
“Las circunstancias no son fáciles, pero el Gobierno tampoco tiene otras opciones. Si no se hace, la recesión económica seguirá profundizándose. Espero un ajuste con medidas tímidas y, a la vez, poco eficientes para corregir los problemas estructurales”, dijo.
A juicio del director de Econométrica, Ángel García Banchs, el Gobierno debe ordenar sus cuentas y eliminar los subsidios que otorga a través de Petrocaribe, para luego incrementar los precios de la gasolina. Dice estar de acuerdo con que se levante el subsidio, pero que el Gobierno debe rendir cuentas sobre lo que hará con esos recursos extras.
“¿Vamos a seguir subsidiando a Cuba? Por Barrio Adentro y la factura petrolera se van unos 12.000 millones de dólares. ¿Qué van a hacer con los recursos? Si el Fonden ha recibido dólares en un monto significativo y no se han rendido cuentas. Si es para mejorar las finanzas de Pdvsa, ¿por qué se le dan compromisos que no tienen que ver con su negocio medular?”, son algunas de las preguntas que se hace el economista.
Fuente: http://www.elmundo.com.ve/noticias/petroleo/pdvsa/sea-cual-sea-el-aumento-de-la-gasolina-habra-presi.aspx#ixzz39SkwHQD3