Tiempos de marketing

Hoy en día con el nivel de exigencia que vivimos, nos vemos obligados a desarrollarnos más para ser más competitivos ante una sociedad que sin miramientos se decanta por el mejor preparado. Aquel individuo que no cumple un estereotipo definido, pero que en su currículo posea un background académico que haga juego con una mediana experiencia laboral, probablemente pasará a formar filas de una sociedad profesional sumamente exigente que se devora a los competidores menos ambiciosos.
Es una realidad que la competencia por conseguir un puesto de trabajo cada vez se torna mas reñida, y es que el joven profesional que en estos días se licencia sabe que para satisfacer sus aspiraciones y empezar a cumplir metas de vida debe empezar a trabajar de forma inmediata, así mismo, tiene por sentado que la mayoría de los competidores poseen más o menos sus mismas fortalezas y debilidades por lo cual sus conocimientos, en realidad no resultan para nada extraordinarios.
En vista de esa situación del entorno laboral, surgen unas preguntas que se hace constante en nuestros nuevos profesionales: ¿qué hacer para diferenciarme?, ¿en qué estoy fallando si ya poseo una carrera universitaria, conocimientos de informática y ofimática, conocimientos de ingles?, ¿por qué todavía no despunto?.
Las respuestas a este cuestionamiento ciertamente pueden deberse a muchos factores que podrían ir desde el país de origen hasta las afinidades políticas de una persona, pasando por aspectos actitudinales y emocionales que las caracterizan. No obstante, éstas posibles respuestas son sólo un ápice de la enseña que se deriva de lo que en la actualidad es una fórmula de vida y una manera más que contrastada de viajar en el complicado tren del modernismo y la competencia, hablamos de Marketing, más que una cátedra universitaria, de la cual han derivado otras ramas de estudio mucho mas modernas que revolucionan el mundo de las técnicas de negociación en las distintas empresas y casas de estudios más prestigiosas del mundo.
Marketing en un conTEXTo fácil y entendible se trata de; la necesidad que tiene una persona o empresa de incursionar eficazmente en el mercado. De allí que venga todo lo demás.

Y es que aunque parezca mentira todo lo que vivimos y nos rodea esta envuelto de Marketing, desde la primera persona que te saluda en la mañana que es el conserje del edificio donde vivimos, de forma agradable y cortés, sin quitarle meritos, está haciendo actos de Marketing, porque se está vendiendo, está tratando con su cliente. Y que me dicen del señor que vende el periódico, a ver ¿qué diferencia existe con el caso anterior?, ninguno!, cuando hablamos por teléfono con nuestros clientes, cuando le enviamos un correo electrónico a nuestro jefe haciendo una petición o simplemente felicitándolo por que es su cumpleaños, cuando viajamos por placer o negocios, conocer a esa persona que se sienta a nuestro lado y el posterior intercambio de tarjetas con números telefónicos de contacto personal ¿qué crees que es?, Marketing, cuando vamos a un restaurante y nos quejamos, es también una acción de marketing, cuando nuestro Superior nos regaña, cuando sonreímos, cuando nos manifestamos a través de nuestra expresión corporal, cuando sudamos, estamos incómodos, o simplemente nos manifestamos felices y relajados, podemos estar reflejando acciones de marketing, porque está en el ambiente y lo respiramos cada día entre todos nosotros.
Por esta razón resulta menester para todo el mundo, y cuando digo todo el mundo hago énfasis, porque sin esta condición de vida que es el marketing estaríamos aislados y viviríamos poco adaptados al universo competitivo que tenemos a nuestro alrededor.
Y es que el cliente cada día es más experto acerca del producto que se le esta vendiendo. El comprador dejó de ser desde hace mucho años el ingenuo impulsivo que al ver un anuncio por televisión y un producto desde una vitrina se desvivía por hacerse del mismo sin mirar atrás, al margen de las debilidades o limitaciones del artículo. Las cosas han cambiado mucho debido a la competencia, pero es que la competencia no se ha originado por simple casualidad o por un mensaje celestial, este se produce porque los empresarios empiezan a percibir un descenso vertiginoso en las ventas, y peor aún comienzan a notar que están vendiendo exactamente los mismo pero con una marca diferente.
Es este fenómeno el que obliga a los comerciantes y empresas a conocer a los clientes y a utilizar el ingenio cada vez de forma más continua, es el momento en que la sociedad comercial reconoce que el cliente es un experto, y se tienen que adecuar a ello. Este cambio radical por supuesto trae consigo una evolución en cuanto al concepto y entendimiento del marketing, de allí que se empiece a hablar del cliente como un amigo (marketing relacional), de comprometerlo e involucrarlo con la empresa como si fuera parte de ella (fidelización) y entre otras muchas ramas más del marketing, surge una muy importante que es la oferta del servicio como producto (marketing de servicios). El hecho es que el cliente sabe lo que quiere y conscientemente recomendará una empresa por su producto o servicio (cliente apóstol) y conscientemente también hará lo contrario si el producto o servicio no le satisface (cliente terrorista).
Nada de esto es casualidad, en la teoría se empezaron vendiendo productos para que los clientes los adquirieran y hoy en día tratamos de vender el producto y en muchísimas ocasiones a nosotros mismos como personas, pero la realidad es que lo que hemos estado haciendo desde el principio de nuestras vidas y es una condición natural del ser humano, unos con más habilidades que otros, pero nos ha estado rodeando, como el aire que no lo vemos ni tocamos. Sin embargo, la poderosa ventaja que tenemos en la actualidad es que el marketing, ya no es un secreto o un tema aislado de nuestra cotidianidad, el marketing es una técnica de estudio creada para competir eficazmente en un mundo que se nos viene encima con su complejidad, es la herramienta que nos pone el siglo 21 en nuestras manos para seguir adelante.