Jarea Satué – ¿Qué empuja a alguien a dejarlo todo e iniciar una nueva experiencia laboral y vital en un país extranjero? En algunos, son las ganas de adquirir nuevas experiencias, en lo profesional pero también en lo personal. En otros, una oportunidad de adquirir un mejor puesto de trabajo o más retribución económica de la que disfrutan en su país de origen. Para otros es la ausencia de un trabajo en un país azotado por el paro y que se ceba con especial crudeza en los jóvenes. En la actualidad, en España, el índice de paro supera el 20% de la población activa. Pero uno de los datos más alarmantes es el que afecta al desempleo juvenil, con una tasa de paro del 42,8% entre los menores de 25 años, y que en 2006 afectaba a poco más de un 17% de este segmento de población.
El pasado fin de semana, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en una reunión con los dirigentes de las 42 empresas más importantes del país, ha instado a sus responsables a poner en marcha un plan de becas (de seis meses de duración y compatibles con programas de formación teórica) destinadas a proporcionar una oportunidad de trabajo para alrededor de 30.000 jóvenes en paro.
Sin embargo, ya hace tiempo que los jóvenes españoles sufren las inclemencias de la crisis económica y de sus consecuencias en el mercado de trabajo. Por eso, la decisión de hacer el petate y probar suerte en otros países de la Unión Europea, lleva siendo tomada por numerosos jóvenes durante los últimos dos años. Es más, el Censo de Españoles Residentes Ausentes (CERA) que elabora el Instituto Nacional de Estadística cifra en casi 132.000 las personas que han tenido que emigrar en el último año y medio en busca de trabajo a consecuencia de la crisis, lo que supone un aumento del 10% con respecto al año anterior.
Pero llegar y besar el santo, como dice el refranero popular, tampoco es lo habitual. Después del parón vivido en toda Europa durante el último año y medio, es ahora cuando comienza otra vez el movimiento.
Marta López-Tappero, responsable del Departamento de Movilidad Internacional de Adecco, apunta que ahora es el momento de los jóvenes: “Se buscan perfiles jóvenes, su nivel de formación y su capacidad de reciclaje resultan un handicap para las empresas, además de requerir una menor retribución económica por su condición de juniors”.
Las características de los puestos más demandados son una alta preparación, recién titulados, y con formación en carreras técnicas o ingenierías, así como profesionales sanitarios, muy valorados en Europa desde hace tiempo. Estos jóvenes deciden emprender una aventura en el extranjero, “porque allí se les valora”, asegura López-Tappero, pero avisa: “Es necesario que hablen más de un idioma, y es importante que cuenten con capacidad para adaptarse a otra cultura”.
Noruega, Alemania, Reino Unido y Suiza son los socios europeos que más apuestan por profesionales españoles. Y las ramas profesionales que más se solicitan, ingenieros y personal sanitarios (médicos y enfermeras). Por contra, Portugal, Reino Unido, Alemania y Francia son los destinos europeos preferidos por los españoles. Aunque López-Tappero matiza con nuevas tendencias advertidas durante los dos últimos años: “En Adecco hemos notado un incremento de las solicitudes para los países escandinavos, que ha pasado de 5% al 15%”. Dinamarca, Suecia y Finlandia se caracterizan por tener una economía más estable, ofrecer una mejor calidad de vida y ofertas laborales más atractivas desde el punto de vista de condiciones y retribución. El perfil que buscan responde a características muy clásicas, como la construcción o la hostelería, pero aglutina a una masa de la población española con gran experiencia en dichas áreas. Si el aspirante decide que quiere cruzar el charco, Estados Unidos y Brasil son dos muy buenas opciones, según López Tappero. “En Estados Unidos, los investigadores docentes tienen un futuro muy amplio. Por otro lado, el posicionamiento de Brasil como potencia emergente, hace del país carioca un destino perfecto para perfiles junior”.
Para aquellos profesionales más cualificados, la Universidad es el cauce más habitual para comenzar una experiencia laboral en el extranjero. Un amplio catálogo de programas y convenios, con institutos y ONG, favorece la inserción laboral del recién llegado. También existe la posibilidad de partir en condición de becado, lo que finalmente puede traducirse en un primer contrato laboral. Pero que el migrante no haya elegido la Universidad como vía para buscar un puesto de trabajo no significa que esté condenado al ostracismo laboral en el país receptor.
La responsable del Departamento de Movilidad Internacional de Adecco insiste en que la gente que no responde a un perfil tan técnico puede encontrar interesantes oportunidades laborales si se busca la vida directamente en el país elegido. Por contra, aquellos con perfiles más cualificados sí es recomendable que viajen con una oferta previa acordada desde sus países de origen.
Y para los profesionales cualificados que no son ingenieros ni médicos, ni enfermeros, ¿no hay oportunidades en el extranjero? Marta López-Tappero es tajante. “Sí, pero aquellos perfiles más relacionados con los sectores de recursos humanos, consultorías o cooperación internacional deben tener un perfecto dominio de la lengua materna del país que visiten”.
Sobre trámites e información
Una de las ventajas de buscar empleo en la Unión Europea es la ausencia de complicados y arduos trámites burocráticos para comenzar a trabajar. “Apenas hacen falta requisitos para emprender una experiencia de este tipo, aunque depende mucho del proyecto al que el aspirante opte. Normalmente se solicita un proyecto de motivación, una carta de presentación y que acumules experiencia en movilidad internacional. Por supuesto un currículum en inglés, a ser posible escueto y pragmático”. Y sin duda, total disponibilidad para la movilidad.
Con este objetivo, el de fomentar la movilidad, la Unión Europea ha establecido una red de intercambio en el que los interesados pueden buscar empleo, ofrecerse para determinados puestos de trabajo e intercambiar experiencias con el ánimo de conocer un poco más cómo es una experiencia laboral en el extranjero.
EURES (Servicios europeos de empleo) es una red de cooperación destinada a facilitar la libre circulación de los trabajadores en el marco del Espacio Económico Europeo y que cuenta también con la participación de Suiza. Entre los socios de la red se encuentran servicios públicos de empleo, sindicatos y organizaciones patronales y su coordinación depende de la Comisión Europea.
Entre sus principales objetivos se encuentra proporcionar información, orientar y asesorar a los candidatos a la movilidad tanto sobre las oportunidades de empleo como sobre las condiciones de vida y de trabajo en el Espacio Económico Europeo; ayudar a los empresarios que deseen contratar trabajadores de otros países y asesorar y orientar a los trabajadores y los empresarios de regiones fronterizas.
En el portal de Internet que la CE ha dispuesto para EURES el candidato puede registrarse y personalizar su perfil con su currículum actualizado, sus preferencias tanto en el ámbito laboral como sobre los países destino. El Portal de movilidad profesional EURES pone a disposición de los interesados una base de datos sobre las condiciones de vida y de trabajo con información sobre la mejor manera de encontrar alojamiento, los impuestos, el coste de la vida, la salud, la legislación social o la comparabilidad de las cualificaciones, entre otras cuestiones.
Otra herramienta informativa de gran importancia la constituye la relación de información sobre el mercado laboral, con datos sobre las tendencias actuales del mercado laboral europeo por país, región y sector de actividad. Además, este portal no olvida la necesaria adaptación a los cambios laborales que imprime la acelerada sociedad actual y que requiere de una constante renovación de los conocimientos profesionales. Para ello pone a disposición de los futuros trabajadores en el extranjero una oferta formativa desglosada por países que engloba todos los niveles educativos.
Sin embargo, desde Adecco alertan de una falta de información para el trabajador que probar suerte en otro país europeo distinto al suyo. “Hemos detectado que la gente encuentra dificultades para conseguir la información necesaria a la hora de iniciar una experiencia laboral en el extranjero. Todo se gestiona a través de la página web y no existe un teléfono u oficina al que acudir para resolver las dudas más específicas”.
Pero al final, la motivación personal que disponga el futuro migrante influirá tanto o más que las capacidades adquiridas para su profesión, y repercutirá directamente en la experiencia extranjera final. De lo que no hay duda es que trabajar en el extranjero aporta unas cualidades al individuo que en futuros empleos serán muy tomadas en cuenta por las empresas contratantes.
Fuente: http://www.aprendemas.com/Reportajes/Html/R2105_F28032011_1.html