Muy poca atención le prestan algunos gerentes a su comportamiento, al estilo cómo gestionan sus funciones, y el compromiso que tienen con sus responsabilidades. Muchas veces por su manera de actuar surgen los conflictos, así como también ausencia de prevención y, poca atención a sus seguidores.
Desde luego, ello además de perjudicarlos en su desempeño, afecta seriamente a la empresa donde prestan sus servicios y, desafortunadamente, hasta su recurso humano, en donde muchos miembros no son culpables de desatención y de la responsabilidad del gerente.
En esta oportunidad se exponen algunos errores de acuerdo a la experiencia de quienes lo han vivido, pero que también han sido investigados, especialmente, cuando se estudia el comportamiento organizacional en la empresa y que, se sabe, ha generado serios problemas en su ámbito.
Aceptar los errores y conseguir relacionarse con todo tipo de personas, son dos cualidades imprescindibles en todo aquel que ocupa un puesto de responsabilidad. La permeabilidad, «generar flexibilidad y saber gestionar las relaciones», son cuestiones que se deben cultivar día a día.
‘Are you making any of these 10 deadly small biz mistakes?’, de Liraz Information Co., proporciona la siguiente lista:
Demorar demasiado. No se aferre a una idea por mucho tiempo. Experimente con tantas ideas como sea posible y aumentará sus probabilidades de tener éxito con alguna de ellas.
Tratar de ser alguien que no es. No pierda tiempo intentando convertirse en Jack Welch. Desarrolle un sólido conocimiento de sus fortalezas y póngalas en juego, en vez de aparentar que puede hacerlo todo.
Tener aspiraciones irreales. Es necesario mirar al futuro con optimismo, pero no deje que eso nuble la realidad. Asegúrese de que no se engaña a sí mismo, y que pinta la situación mejor de lo que es en verdad.
Atraer a la gente equivocada. Si la gente que trabaja para usted no hace su trabajo, la razón podría ser que ha contratado a la gente equivocada. Revise sus propias debilidades en primer lugar, (por ejemplo, su forma de gerenciar), y ocúpese de ellas antes de culpar a sus empleados.
Delegar de manera incorrecta. Es imprescindible delegar algunas tareas, pero debe tener cuidado de no traspasar el trabajo ingrato a sus subordinados, o asignarles tareas para las cuales no están totalmente capacitados.
No pedir ayuda. No puede hacer todo usted mismo. Encuentre a la gente apropiada y los servicios adecuados que puedan ayudarlo a administrar sus responsabilidades personales y profesionales, de modo que pueda concentrarse en la visión global del negocio.
No avanzar. Todo el mundo se equivoca alguna vez. Sus probabilidades de un eventual triunfo son mejores si puede recomponerse y continuar rápidamente cuando ha fallado. Aprenda de la experiencia y siga adelante.
‘eleconomista.es’, nos agrega cinco errores más: los problemas con las relaciones con su equipo, los fallos en alcanzar los objetivos de negocio, la incapacidad para construir y liderar un equipo, la incapacidad para cambiar y/o adaptarse durante una transición -éste es uno de los más graves- o tener una orientación demasiado reducida.
De acuerdo a nuestra experiencia, y analizando el comportamiento de los gerentes en las Pymes, especialmente en el caso concerniente a Venezuela, encontramos errores que han dado paso a serios conflictos en la organización como:
· Ausencia de conocimientos gerenciales actualizados: Todo ello producto del poco interés de indagar cuáles son las herramientas, los conocimientos administrativos del presente que ha generado nuevos cambios en la gestión de las empresas, especialmente ante una dinámica competitiva cada vez más exigente.
· Desconocimiento de la relevancia, alcance, repercusiones que genera el desarrollo personal: Descuido de la gerencia de enfrentar sus debilidades, todo aquello que lo hace cometer errores en las interrelaciones personales, por ausencia de un autoconocimiento de si mismo
· Manejo inadecuado de su inteligencia emocional: dándole paso a situaciones conflictivas que inciden en desarmonía , descontento.
· Planes estratégicos inadecuados: no adaptados a las reales necesidades del entorno y a lo que la organización debe desempeñar.
· Excesiva improvisación.
· Ausencia de coherencia, integración y manejo de equipo
· Poca participación en la tomas de decisiones a los miembros de los equipos, personal
· Ausencia de experiencia, habilidades tanto en el trato humano como en el manejo de los sistemas administrativos.
· Excesivo uso del poder y del ego.
· Poca proactividad y visión administrativa, inseguridad.
· Baja autoestima y manejo deficiente de asertividad.
Si usted se desempeña como gerente y la organización le ha depositado la confianza en su destreza, habilidades, conocimientos, esté atento de cómo se está comportando, cuál es la atmósfera del clima se está generando, considere por ejemplo, las valiosas aportaciones que sugiere ‘aulafácil.com’, tomar muy en cuenta, especialmente en los errores de algunos gerentes, en lo concerniente al manejo del tiempo y en la concepción y adopción de decisiones.
Al respecto se señala, que el líder es una persona que no duda a la hora de adoptar decisiones: Saber cuándo ha llegado el momento de decidir. Éstas están meditadas, tras un ejercicio de profunda reflexión. La mayoría de sus decisiones resultan ser acertadas. Cuando se aborda una cuestión, (oportunidad, problema, línea de actuación, etc.), el líder puede disponer de más o menos tiempo para su análisis, dependiendo de la premura que exista. El líder utilizará todo el tiempo disponible para informarse, estudiar el asunto a fondo, recabar opiniones, discutir, analizar alternativas, (todas las posibles), y sus previsibles consecuencias. Mientras que la decisión no se ha adoptada y ejecutada, el líder es libre de cambiar de parecer, no se tiene que sentir atado por su primer punto de vista, no tiene que temer que cambiar su opinión delante de sus colaboradores pueda parecer un signo de incoherencia. Es el momento del análisis y se trata de alcanzar la decisión más adecuada.
El líder favorecerá dentro de su equipo, un clima participativo que mueva a la gente a defender sus puntos de vista. Durante la fase de deliberación, el líder debe favorecer la reflexión y el dialogo y aceptar la discrepancia.
Un seguidor que dice SÍ a todo lo que opina su jefe, es una persona que no aporta ningún valor a la organización.
Eso sí, una vez adoptada la mejor opción de decisión, ya no habrá tiempo para la discrepancia; el equipo debe actuar, a partir de entonces, como una piña. El líder debe preocuparse de dominar los temas que tenga que abordar y no tener que basarse exclusivamente en la opinión de los expertos. No se trata de que el líder sea un especialista en cada asunto que afecte a la empresa, (ello sería imposible), pero sí debe tener un conocimiento sólido sobre cada uno de ellos.
Esto le permitirá mantener un punto de vista independiente, tener criterio y poder valorar la opinión de los expertos. El líder actuará con premura: tan pronto surja un asunto, un problema, el líder se pondrá manos a la obra y lo afrontará con diligencia.
Las contingencias hay que abordarlas inmediatamente, no se puede dejar que se enquisten, (un pequeño problema no resuelto a tiempo puede terminar convirtiéndose en un asunto delicado). Esta misma diligencia se la exigirá a sus colaboradores. El líder sabe que hay un momento en el que ya hay que adoptar una decisión, que ésta no se debe demorar más, aunque no se disponga de toda la información que uno hubiera deseado. El líder sabe tomar decisiones en situaciones de incertidumbre. El líder no se demora en el proceso de concebir y adoptar decisiones, pero tampoco se precipita. El líder debe velar por el bien de la empresa, (ésta es su misión), y anteponer esta preocupación a consideraciones personales. El líder no participa en un concurso de popularidad.
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