Comercio exterior de Chile en los primeros 8 meses del año.

 Siendo Chile un país de los más abiertos del mundo en materia de transacciones comerciales y financieras internacionales, lo que suceda en ese campo tiene una importancia sustantiva sobre el acontecer económico interno. Se suele decir que el 96.4 % de nuestras importaciones proviene de países con los cuales Chile tiene firmados tratados de libre Comercio, lo cual, en buen romance, significa que Chile carece de instrumentos de política que posibiliten dosificar los volúmenes de importaciones provenientes de dichos socios comerciales. Prácticamente todo lo que cualquier importador chileno quiera traer, casi de cualquier parte del mundo, tiene las puertas de Chile abiertas, siempre que existan consumidores en condiciones de pagar por ello. Eso permite que en los mercados chilenos se pueda encontrar mermelada procedente de Polonia, ganchos o “perros” para la ropa provenientes de China o agua embotellada procedente de Italia. Lo único que Chile puede hacer en ese campo es imponer algunas normas técnicas o de carácter sanitario que sean de obligatorio cumplimiento para los bienes importados.

Lo anterior va unido al hecho de que la suma de las exportaciones más las importaciones anuales del país representa más del 60 % del PIB nacional. Siendo así, lo que suceda en campo de las importaciones, y también de las exportaciones, guarda una relación directa y relevante con los procesos económicos internos.

La Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores dio a conocer recientemente los resultados del comercio exterior durante los ocho primeros meses del año, los cuales vale la pena analizar.

En materia de importaciones éstas sumaron 57.455 millones de dólares en el período mencionado, lo cual implica una caída de 19,9 % con relación al mismo período del año anterior. Los bienes de consumo importados descendieron en un 27.5 % lo cual, en otras circunstancias podría ser un buen síntoma de que las importaciones están siendo sustituidas por producción nacional, o de que los hábitos de consumo de la población se modifican en desmedro de una serie larga de importaciones de escasa utilidad, pero no parece ser ese el caso. La caída actual de las importaciones parece más bien ser es un reflejo de la caída de la demanda en el mercado interno, lo cual a su vez es el resultado de las políticas contractivas llevadas adelante por el Banco Central. Es dable suponer que la caída de la demanda –  y consiguientemente de la producción y del empleo –  se traduzcan inicialmente en reducciones más aceleradas de las importaciones, que del consumo y la producción interna. En todo caso, la reducción de las importaciones se hace presente tanto en las importaciones de bienes de consumo como también en la de bienes intermedios y de capital.  Si se reducen las importaciones de bienes intermedios ello guarda relación directa con el hecho de que la industria los está utilizando en menos medida, aun cuando, al igual como con las importaciones de bienes de consumo, el primer y más importante impacto sea sobre las importaciones respectivas.  

En materia de exportaciones, éstas ascendieron a 65.713 millones de dólares en los ocho primeros meses del año en curso, lo cual implica un modesto incremento de 0.6 % con respecto al mismo período el año anterior. Las exportaciones totales se mantienen por encima de las importaciones totales, lo cual genera un saludable superávit en la cuenta comercial de la balanza de pagos, que revierte el déficit que se presentó en esta materia durante el año 2022.

El cobre sigue siendo, desde luego, el primer producto de exportación, y sus ventas bajo la forma de concentrados sumaron 15.865 millones de dólares, mientras que la venta de cátodos, que implican un grado mayor de elaboración, sumaron 11.291 millones de dólares. Como China es el principal comprador, y su demanda ha sido baja en el período analizado, las ventas a dicho país han caído en 1.812 millones de dólares, sin perjuicio de que China sigue siendo el destino del 37.3 % de nuestras exportaciones totales. Le siguen Estados Unidos, hacia donde se canaliza el 16.5 % de las mismas. Las proyecciones de Cochilco son que el precio promedio del cobre para el próximo año será de 3.75 dólares la libra lo cual es una cifra menor que los 3.85 que se calculan como precio promedio para el presente año, lo cual obviamente no es bueno para la economía chilena.   

Las exportaciones de litio fueron, en los ocho meses analizados, de 6.100 millones de dólares, lo cual representa un incremento de 5 % con respecto a 2022. Cabe destacar al respecto que el 95 % de las exportaciones de ese mineral se canalizan a China, Corea del Sur y Japón lo cual lleva a que nuestras exportaciones de ese producto dependan en alta medida de la dinámica de dichas economías. En todo caso, hasta ahora, el litio sigue respondiendo a las altas expectativas nacionales puestas en este naciente producto de exportación.

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