Crecimiento Personal: su alcance e importancia

«Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría.»

Mientras se nos da la oportunidad de permanecer, de tener vida a fin de saberla aprovechar en nuestro corto tránsito de las formas perecederas, debemos saberla aprovechar de tal forma, que la disfrutemos intensamente, que la sepamos aprovechar con la atención debida, saber interrelacionarnos, manejar adecuadamente nuestra energía que se manifiesta en sentimientos, emociones, los cuales debemos saber administrar de tal forma que nos sintamos bien y no afectemos a nadie.

Afortunadamente quienes nos han antecedido, nos han legado conocimientos basados en sus experiencias de lo importante, relevante, que es autoconocerse, utilizar las herramientas básicas que nos garanticen armonía, felicidad, paz y nos permitan crecer como personas, como en lo espiritual.

Desafortunadamente, son muchas las personas que no se han preocupado por ello, sorprendidas en sus acciones, en cómo se comportan, en lo que su conducta genera y afecta su personalidad, dando paso a la frustración angustia, tristeza, a todo aquello que deteriora ese potencial que todos traemos para usarlo adecuadamente en pro de saber aprovechar la oportunidad de vivir.

Todo ser humano tiene una serie de necesidades según se va desarrollando, y es preciso satisfacerlas para poder crecer; además, cada persona ha de tener un proyecto de vida autónomo e independiente que, muchas veces, no se logran debido a que la persona no tiene la fuerza mental suficiente, para que todo lo que desee le sea otorgado. Existen muchos aspectos o sentimientos que nos generan limitaciones en contra nuestro crecimiento como por ejemplo: el ego, la empatía, la falta de autoestima, el miedo, las frustraciones; todo esto nos originan serios conflictos que, a la larga, atrasan nuestra evolución, deterioran nuestra auténtica personalidad, haciendo que nuestra la conducta esté orientada a la satisfacción del mundo físico (placeres, egocentrismo, etc)

La mayoría de la personas se preocupan por lucir bien, estar a la moda, poseer riquezas incalculables. Un psicoterapeuta de San Francisco, señaló que para algunos que se han enriquecido a temprana edad, el dinero es la raíz del estrés y la confusión, se compran dos o más casas, gastan el dinero a manos llenas y cuando eso no ha conseguido hacerlos felices, se deprimen, se sienten vacíos y se quedan vacilantes, sin saber qué hacer con su vida. Una bienaventuranza indica: » Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual».

Lo cierto es, que sabemos que la psicología humanística se fue desarrollando a lo largo del siglo XX. A diferencia de las dos grandes corrientes psicológicas del mismo siglo, como son el psicoanálisis y conductismo, la psicología humanística sitúa a las personas en el centro de interés tomando como principios los siguientes:

· – La persona tiene derecho a satisfacer sus necesidades.
· – La persona tiene derecho a ser única.
· – la persona tiene derecho a realizarse.
·
En este contexto, Maslow habló de la pirámide de necesidades en las cuales se encuentran:

· 1- Necesidades biológicas.
· 2- Necesidades de seguridad.
· 3- Necesidades de pertenencia.
· 4- necesidades de reconocimiento.

Existen otros autores que han dado aportaciones significativas, en cuanto a crecimiento personal se refiere, como los son:

Alejandro Jodorowky; quien nos comenta, que toda persona recibe lo que su mente acepta y quiere, la imaginación activa es al clave para una visión amplia, permite enfocar la vida desde punto de vistas que no son los nuestros, pensar y sentir a partir de ángulos diferentes. Cuando seamos capaces de salir de uno mismo y atravesar los limites del pequeño mundo personal para abrirse al universo.

Thomas Moore, por su parte, autor del conocido Cuidado del Alma nos dice, que cuando se vive de acuerdo a la magia, dejamos que la naturaleza siga su misterioso curso, utilizamos medios modestos para conseguir grandes resultados.

Enrique Barrios, autor del best seller AMI, el niño de las estrellas y otros más, comenta que el liberarnos de las limitaciones que nuestra mente occidental nos ha puesto, nos permite tener un acceso mayor a la realización de nuestros proyectos, para lo cual deberemos entregar también nuestra ayuda al mundo manifestado y contribuir a la disminución de su sufrimiento.

Wikipedia al respecto nos recuerda, que por desarrollo personal, o crecimiento personal, se entiende la actualización de las potencialidades humanas (psicológicas y espirituales), que la persona puede hacer más allá de su desarrollo natural en función de la edad. Con el trabajo de crecimiento personal, la persona aprende, a través de la conciencia de sí mismo, a aprovechar sus posibilidades de pensar, sentir y actuar para:

· Usar el pensamiento libre o autónomo.
· Dominar una libertad responsable, siendo líder de sí mismo.
· Tener salud emocional.

Es un trabajo distinto al que puede hacerse con la psicoterapia, destinada ésta a resolver problemas puntuales concretos. Sin embargo, a veces ambos tipos de trabajo coinciden y se complementan.

Se podría decir, que la psicoterapia trata de ordenar algo que está desordenado; es decir, es el paso de la desorganización a la organización, del caos al equilibrio, mientras que el crecimiento personal trata de llegar a la plenitud; es decir, una vez que ya se tiene la organización y el equilibrio, desarrollar la propia capacidad para el gozo, la vitalidad y la creatividad.

Una metáfora que puede ayudar a diferenciar el trabajo de psicoterapia del trabajo de crecimiento personal, es imaginar que cada persona tiene su propio jardín y es responsable de cuidarlo. El trabajo de psicoterapia consiste en limpiarlo de piedras, matojos y malas hierbas, remover la tierra, tapar los hoyos, etc.; o sea, en dejar el terreno en buenas condiciones, mientras que el trabajo de crecimiento personal consiste en, estando ya limpio el terreno, regar y cuidar lo mejor posible las plantas y flores para que crezcan sanas y hermosas, expresando toda su belleza para deleite propio y de los demás.

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