Empresas de Producción Social, EPS

“La novedad de las Empresas de Producción Social, bandera económica de la capacidad inventiva venezolana”, (El Troudi y Monedero, 2006“ Empresas de Producción Social. Instrumento para el Socialismo del Siglo XXI”, 2da edición, Editado por el Centro Internacional Miranda). Sus propulsores reconocen que existe confusión sobre su conceptualización. Haiman El Troudi, (2006):

“Pocos en el gobierno, o dentro de las empresas, o en los grupos productivos de base, saben con certeza lo que son, su propósito y utilidad. Es obvio que ha hecho falta una campaña comunicacional – educativa, pero no menos cierto es que se ha requerido homologar el discurso oficial. Sectores empresariales cercanos se quejan por la disparidad de criterios empleados por PDVSA, MILCO, MINEP, MIBAM para la contratación y el otorgamiento de créditos o garantías a sus EPS.

Por ejemplo, PDVSA exige a sus contratistas otorguen un 10% del monto a contratar al Fondo de Producción Social de PDVSA. Este fondo es destinado por la industria petrolera para sus planes sociales; MILCO exige participación accionaria a los trabajadores para otorgar créditos; MINEP financia proyectos productivos que estén acompañados de responsabilidad social; MIBAM cambió la denominación de las cooperativas, llamándolas ahora, EPS.

Los propulsores de la EPS indican que estas nacen orientadas al socialismo pero dentro de una economía que tiene sus anclajes en el sistema capitalista, por ello la diversidad de expresiones en organización, propiedad o cualesquiera otros aspectos, (El Troudi y Monedero:2006:94)

En cuanto a la evolución y la construcción de un concepto, en el website de PDVSA se lee:

«Son `Empresas de Producción Social` las entidades económicas dedicadas a la producción de bienes o servicios en las cuales el trabajo tiene significado propio, no alienado y auténtico, no existe discriminación social en el trabajo y de ningún tipo de trabajo, no existen privilegios en el trabajo asociados a la posición jerárquica, con igualdad sustantiva entre sus integrantes, basadas en una planificación participativa y protagónica y bajo régimen de propiedad estatal, propiedad colectiva o la combinación de ambas.»

Está por promulgarse una ley que defina y precise esta figura. “La Ley deberá ser desarrollada a la luz de las vivencias sistematizadas, y en virtud a los aportes que las propias comunidades y los integrantes de las EPS ofrezcan. Debe ejemplarizar la idea señalada: premiar lo social, castigar lo antisocial, desechar lo socialmente ineficiente”. (El Troudi 2006).

Con lo expuesto sobre las EPS, seguirá predominando que el modelo de EPS “Variará de acuerdo a las especificidades de cada caso, si bien siempre su condición esencial es la participación”. (El Troudi y Monedero 2006:23). Por ahora, con las experiencias acumuladas, los autores reconocen que las EPS se encuentran distorsiones “como instrumento para la flexibilización y precarización laboral a través de la externalización de la producción. Estas EPS -que no tienen posibilidades de encontrar otros proveedores o compradores-, deben someterse a las reglas del juego que le fija la empresa madre, repitiéndose errores que ya se cometieron en el capitalismo de Estado de corte soviético”. (2006:24).

A pesar de que se señala que “las EPS son empresas que ayudan a dejar atrás el capitalismo”, por otro lado se destaca que “No son empresas capitalistas de Estado” y que “La revolución bolivariana… requiere crear un nuevo inversionista privado, un nuevo contingente de empresarios, referenciados en el ámbito comunitario, independientes del Estado y del mercado, consustanciados y comprometidos con la emancipación”. (2006: 97).

En cuanto a la participación de los trabajadores en la gestión de empresa, la propuesta de las EPS aún no cuenta con hechos que evidencien sus virtudes. Por ello, en el capítulo referido a la cogestión del libro indicado, se mencionan como experiencias referentes a Alcasa, Invepal e Invetex, (206: 140 y 142), y todas ellas, desde el punto de vista de la participación de los trabajadores en la gestión de empresas, son un fracaso; aparte de que desde la perspectiva productiva convencional, en cualquiera de las opciones organizacionales que se quiera ver, tampoco han dado una respuesta satisfactoria en función de los recursos recibidos y los activos disponibles para la actividad productiva.

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