En el mes de abril del presente año, en el editorial de la edición N° 74 de la revista www.entorno-empresarial.com, manifesté mi preocupación en relación con ¨el endeudamiento del país y sus implicaciones futuras.
No obstante, en vista de las cifras presentadas por el investigador economista José Guerra, venezolano de destacada solvencia intelectual, quien afirma que la deuda pudiese estar alcanzando la cantidad de 200.000 millones de dólares, he considerado prudente retomar el tema dada la importancia manifiesta que tiene para el futuro de toda la población y especialmente el de nuestros jóvenes.
Ya antes habíamos destacado que Victorino Márquez al responder la pregunta de ¿Cuánto le debe Venezuela al mundo al 2012?, estimaba la cantidad de aproximadamente 135.564 millones de dólares (ver detalles en la edición referenciada al principio) y que al poner esas cifras en perspectivas para el 2013, el servicio de la deuda representaría 20%; valor que según Guerra, alcanzará en 2012 al 21% motivado al nuevo endeudamiento recién aprobado de más de 7.000 millones de dólares aprobado por la Asamblea Nacional.
Así mismo, los analistas financieros sospechan que la misma pueda ser mayor, debido a que se hacen compromisos sin que la Nación conozca las cantidades y compromisos al respecto.
Recuérdese que lo que llama la atención, o lo que se critica como inconcebible, es que ese fenómeno del endeudamiento se dé, cuando el país ha recibido la mayor cantidad de ingresos que en cualquier otro período conocido.
Los Oficialistas han venido manejando la hipótesis que Venezuela tiene capacidad para seguir pagando su deuda con cierta holgura, aspecto que pudiese ser cierto, siempre y cuando el precio del petróleo se mantenga alto, hecho que no representa garantía cierta y permanente en el futuro, dada la situación comprometida que presentan muchas de las naciones industrializadas.
Gran parte de las críticas al endeudamiento del país, se circunscriben a que el mismo ha sido utilizado para financiar gastos que no son reproductivos; además, de que valdría mejorar la capacidad de pago con relación a la deuda con el mundo, si a lo interno sufriremos los embates odiosos de reducir nuestra capacidad de compra, por los efectos de la inflación que ocasiona la devaluación que se espera para el próximo año, y al hecho adicional, de ver mermadas nuestras posibilidades de alcanzar un mejor nivel de vida, por la carencia de empleos y de hasta, los productos más básicos.
Como se ha dicho, una deuda de tal magnitud que implique destinar 21% del presupuesto al pago de la deuda, lo que hace es mermar recursos para cancelar una deuda que tiene implícita una serie de ineficiencias y corrupción, que la totalidad de los venezolanos tendrán que pagar por ellas con sacrificios.
Cabría recordar las palabras emitidas por el Premio Nobel Paul Krugman, quien a pesar de que es defensor del incremento del gasto público gubernamental ha dicho, si uno aplica políticas populistas irresponsables, eso perjudicará el crecimiento. De manera que no creo que Venezuela sea un modelo a imitar.
Finalmente, si ese gasto no se reorienta a incrementar inversiones reproductivas como lo han hecho Brasil, Argentina, Méjico y otros países latinoamericanos, estamos condenados a un futuro negro del que nos lamentaremos por muchos años; de manera que, no se puede seguir aceptando indolentemente que se continúe endeudando al país a espaldas de los venezolanos. Por tanto, es momento de reflexionar y tomar decisiones en función del futuro de la patria.