«Tengo 80 años y todos los días me levanto para ir al colegio», Dice la señora Josefina Aldecoa, mujer española que fundó en Madrid un centro escolar en 1959.
Con una basta experiencia en la docencia, Josefina Aldecoa dice, Se educa desde el primer año de vida del niño:”la enseñanza es un apoyo a la educación”, la educación viene del hogar del día a día. La educación la dan los padres. Las normas de conducta, las creencias, los principios y la ética: ahí está todo. Y se educa desde el primer año de la vida del niño. La infancia entera es decisiva, pero no podemos olvidar que ésta empieza desde el nacimiento. La enseñanza es la transmisión de conocimientos. Pero no puede sustituir, ni aunque quisiera podría hacerlo, la acción de la familia.
La creación del centro escolar se hizo bajo las premisas de la Institución Libre de Enseñaza, se buscaba “ayudar a los niños y las niñas a crecer dándoles la oportunidad de que desarrollen al máximo sus capacidades, que suelen ir unidadas a sus aficiones. Estos principios se han mantenido firmes. “La enseñanza no cambia. Las leyes, los proyectos curriculares y los libros pueden hacerlo; el amor a la lectura y a la pintura, el compañerismo, la capacidad de superación y la generosidad son inmutables”, según Aldecoa, son palabras de una pedagoga, que no maestra.
“Mis cuadernos me acompañan todo el año: los de enseñar y los de escribir. Tengo 80 años y todos los días me levanto para ir al colegio. No puedo renunciar a la enseñanza, me da vitalidad. Me liga a la sociedad y a la sabia nueva. Me estimula el día a día. Me gusta tener la obligación de acudir a las aulas. Tener la oportunidad de relacionarme con los padres y las madres, con el profesorado y con los alumnos.
Esta incansable mujer, comparte su pasión por la enseñanza con su otra vocación, la escritura. Autora de 11 novelas, decenas de cuentos y selecciones de relatos, esta primavera vio la luz su primer manuscrito, “La Casa Gris”, una narración que guardó en un baúl desde 1959, y estuvo allí durante 56 años.
En su opinión, la literatura es un trabajo solitario, de manera que escoge el verano, su período de vacaciones, para ordenar todas las notas y apuntes hechos durante el año y que pueden terminar siendo una novelo o un cuento. O nada, según ella misma.
Cree que la independencia de la mujer, necesariamente debe pasar por su autonomía económica. Abandonar la idea de que la mujer es del hogar y de sus parejas. El mensaje es, que la mujer puede tener su independencia, pero para eso deben comprometerse las instituciones, ofreciendo caminos concretos, que deben iniciarse en la educación y los centros de enseñanza. Hace 100 años la mujer no podía liberarse, aunque estuviera en la misma situación que ahora, pues no la amparaba la Ley. Hoy si. La mujer sabe que cuenta con ese apoyo y puede saberse libre de buscar su autonomía económica como un principio vital.
El ser mayor, no significa inactividad ni perder la curiosidad. Cuenta que su madre murió con muchos años, y a la edad que ella tiene ahora se puso a estudiar inglés porque decía que era una asignatura que tenía pendiente. Consiguió leer en esa lengua. Esto la convence cada vez más, que la vejez está muy desaprovechada. Dice no saber si las neuronas se mueren, pero si, que las que quedan siguen activas. Hay que aprovecharlas para hacer cosas útiles, y no sólo ejercer de abuelos, también buscar actividades y experiencias individuales que dan sentido a la vida hasta el final.
FUENTE: Consumer Eroski