En los diálogos de Eccles y Popper tomados del título “El Yo y su Cerebro”, los autores se sumergen en una serie de consideraciones sobre cómo ha sido la evolución del pensamiento en la especie humana.
Se refieren a la aparición sucesiva de 3 mundos: El mundo 1, en el cual “la evolución biológica suministra al hombre su cerebro y su cuerpo” y éllo hace posible la evolución hacia el mundo 2, en el que aparece la “autoconciencia”, que emerge a partir de la curiosidad y el sentido exploratorio, “uno de los disparadores que han producido el comienzo gradual de la autoconciencia”. Por último, llegamos al mundo 3, el mundo de “los productos de la mente humana….es un mundo platónico de ideas que no existe en ninguna parte y que interactúa especialmente con las mentes humanas, basándose, por su puesto, en la actividad humana.” El desarrollo más importante del mundo 3, es “el desarrollo de las realizaciones lingüísticas, en las que se pueden codificar, de algún modo, pensamientos y experiencias.” (Eccles/Popper, 1984,492)
El hombre pasó de la palabra hablada a la palabra escrita. A través de los siglos, el hombre escribió en tablillas de arcilla, en bajorrelieve, en pergaminos inventándose más tarde, el papel y el libro. Los libros y escritos tienen una historia de más de tres mil años. Durante muchos milenios, la inmensa mayoría de los habitantes del globo vivieron en pequeñas tribus o pueblos, donde la comunicación interpersonal, oral y gestual, constituía la forma esencial de relación social.
Gracias a la difusión de la información, se lograron progresos en todas las ciencias y las artes, así como la expansión económica y militar. Es bueno recordar algunos acontecimientos del área comunicacional, que marcaron hitos en la historia de las comunicaciones humanas: La aparición en China de la técnica de la imprenta en el siglo XV, luego mejorada y popularizada por Guttemberg, y la expansión de libros a panfletos y periódicos en el siglo XVII.
Modernamente se aceleró el ritmo de los nuevos recursos y técnicas de comunicación. Es bueno recordar: La invención del gramófono por Edison, el telégrafo por Morse y Weatstone, el teléfono inalámbrico por Bell, la fotografía por Daguerre. Estos inventos dieron curso a las consiguientes aplicaciones y, así en 1839, tenemos la primera transmisión de voz por radio, la primera imagen de televisión en 1923, el primer cable submarino en 1857, el teletipo en 1900 y el primer satélite comercial en 1962; lanzándose en 1965 y 1971 dos primeros grandes sistemas internacionales de satélite, el Intelsatt y el Interputnik. En 1970 se inicia la transmisión por láser en fibra óptica y en otros campos en 1969 se inventa el videocasete y en 1979 el primer videodisco.
Los progresos de la tecnología nos permiten hoy, aumentar enormemente la información disponible para quienes tienen acceso a las tecnologías actuales. «Estos descubrimientos han multiplicado, en una proporción que hubiera sido inimaginable antes, los recursos disponibles, no solamente para la información y el esparcimiento, sino también para la ciencia, la medicina, todas las ramas de la vida actual y profesional y, en general, la organización social.» (O’Sullivan Jeremiah, 1996,23). El crecimiento de la información ha sido verdaderamente sorprendente: En los últimos 30 años se ha producido más información que en los anteriores 5000, duplicándose cada 5 años el suministro de información que está a nuestra disposición, (Una sola edición del The Times contiene más información que la que las personas promedio podían conocer en toda su vida en el s. XVII).
Estas perspectivas están generando cambios también, en nuestra forma de trabajar: en la década de los 60, el 50% de los trabajadores de los países industrializados intervenían en la fabricación de objetos, mientras que para el año 2000, sólo el 10% cumplirá con esta función, (en los Estados Unidos las dos terceras partes de los empleados trabajan en el sector servicios) por lo que cada año un número creciente de personas se emplean a sí mismas, o trabajan temporalmente o de medio tiempo. Esto confirma las profecías de Alvin Toffler en su libro El Cambio de Poder, al decir que esta nueva época, el conocimiento se está convirtiendo en el producto más importante. Por ello, la comunicación versará menos sobre instrucciones y más sobre intercambio de información, para incrementar la potencia de nuestros conocimientos; y la exitosa comunicación de las empresas del mañana, se verá fuertemente impactada por la tecnología. Por esta razón, uno de los elementos del cambio es «asegurar que gerentes y personal en general, comprendan cada vez mejor, las contribuciones que la tecnología puede hacer para ayudarles a comunicarse exitosamente.»(McDonald John, 1999, 36)
BIBLIOGRAFÍA
ECCLES, POPPER. (1980), El Yo y su Cerebro. Barcelona: Roche
FEDON, E. (2005). Comportamiento Organizacional. [Documento en línea]. Disponible en http://www.unitec.com
GOMEZ, G. (2000, Febrero 20). El Mundo en el Siglo XXI. El Carabobeño, p.D4
GORDON J. (1997), Comportamiento Organizacional. México: Prentice-Hall
HELLER, R. (1998), Comunicar con Claridad. Barcelona: Grijalbo
KENNEDY, P. (1994), Hacia el Siglo XXI. Buenos Aires: Planeta
McENTEE, E. (1995), Comunicación Oral. México: McGraw-Hill
McDONALD, J. (1999), Comunicación Eficaz en el Trabajo. Buenos Aires: Panorama
ROBBINS, S. (1999), Comportamiento Organizacional, México: Prentice-Hall
O’SULLIVAN, J. (1996), La Comunicación Humana. Caracas: UCAB
SAMBRANO, J. (1997), PNL para todos. Caracas: Alfadil
TOFFLER, A. (1990), El Cambio de Poder. Barcelona: Plaza & Jones, S.A.