Nathalie Subero – La Hipertensión Arterial avanzada y no controlada, conlleva a un engrosamiento de las paredes del ventrículo izquierdo del corazón (hipertrofia ventricular izquierda), porque tiene que hacer un mayor esfuerzo para bombear sangre hacia el cuerpo, lo cual se traduce en problemas cardíacos. Así este importante órgano puede llegar a presentar infartos de miocardio que ocasionan luego la dilatación de las cavidades cardíacas y, finalmente, la insuficiencia. La cardiopatía hipertensiva es la principal causa de enfermedad coronaria, con aparición de infartos y muerte por hipertensión arterial complicada.
La insuficiencia cardíaca no es una enfermedad sino una condición, a la cual se llega a través de diferentes afecciones tales como la cardiopatía isquémica o infarto del miocardio, las miocardiopatías o enfermedades de las paredes cardíacas (pueden ser diferentes orígenes como la enfermedad de Chagas), infecciosas como las virales y otras cuya causa nunca se llega a conocer. Este estado puede permanecer asintomático, es decir, el individuo no tiene síntomas o son tan leves que no le producen discapacidad notable. No obstante por diferentes causas el paciente con insuficiencia cardíaca se descompensa y los síntomas iniciales son de tipo respiratorio y, generalmente, están asociados con la aparición de cansancio por realizar actividades físicas, lo cual se conoce como disnea. Esta fatiga se caracteriza por incrementarse progresivamente y va desde los grandes esfuerzos hasta los más pequeños.
Otra situación que evidencia la presencia de insuficiencia es el Edema Agudo del Pulmón. Cuando ocurre un infarto en el ventrículo izquierdo, el tejido que resulta afectado muere y es sustituido por cicatrices de tejido fibroso que no tienen la capacidad de contraerse. Al no contraerse, disminuye la función de la región donde ocurrió el infarto y, en consecuencia, la función global del ventrículo izquierdo. Esto acarrea que caiga la fracción de eyección; es decir, la capacidad de impulsar la sangre hacia la aorta, lo cual hace que se vaya acumulando líquido en otras partes del cuerpo y, principalmente, en los pulmones, produciendo cansancio y falta de respiración.
En cambio, cuando el perjudicado de manera retrograda es el ventrículo derecho, que es capaz de soportar más carga de volumen, aparecen el resto de los síntomas debido a la retención de líquido como el aumento del tamaño del hígado y el edema (aumento de volumen) de los miembros inferiores.
Las personas con hipertensión arterial, regularmente, padecen otras afecciones que hacen que las arterías y el corazón se enfermen más rápidamente. La diabetes es una de ellas, pues produce daños sobre los órganos blancos (corazón, cerebro, riñón y retina entre otros), alteración en la circulación periférica, la cual es muy importante a nivel de las coronarias.
Todas estas enfermedades son evitables, a pesar de la influencia de los factores hereditarios, si las personas tienen un control adecuado y hábitos de vida saludables. Para ello es necesario poner en práctica una serie de medidas básicas:
El hipertenso debe tener una alimentación baja en sodio (sal).
El paciente diabético debe suprimir los carbohidratos simples (como azúcar, miel y papelón) y sustituirlos por edulcorantes. Puede consumir carbohidratos complejos cambiando la proporción o cantidad ajustada a lo recomendado por el nutricionista, quien determinará el requerimiento calórico de cada paciente.
Sea cual sea la patología, lo recomendable es ingerir 5 comidas diarias como parte de una dieta balanceada: desayuno, almuerzo, cena y dos meriendas, una a media mañana y otra a media tarde.
Evitar las grasas saturadas y todo lo que aumente el colesterol, es necesario incluirlo dentro de la supervisión nutricional, pues las patologías influyen en el trastorno lipídico.
Realizar actividad física al menos 150 minutos semanales, distribuidos en 30 minutos 5 veces a la semana. Se recomiendan ejercicios aeróbicos: caminata, natación y bicicleta con algo de resistencia para mantener la masa muscular.
Dejar de fumar es imprescindible pues el cigarrillo causa daños irreversibles en la circulación general y, por supuesto, en todo el aparato respiratorio.
Es aconsejable manejar el estrès y controlar la ansiedad. El estrés en exceso puede ser causa de insomnio, dolor de cabeza, problemas estomacales, de estado de ánimo y otros. Se sugiere aprender técnicas de respiración y relajación, hacer yoga, meditación, reunirse con amigos para practicar hobbies y cualquier actividad recreativa. Es importante que cada persona aprenda a reconocer los factores que le ocasionan estrés. Esto le ayudará a tener «más dominio» sobre la situación y así se reducirá el impacto negativo que determinado contratiempo pueda tener en la salud.
Es imprescindible que el paciente hipertenso tenga siempre presente estas consideraciones, aún en las épocas cuando se tiene una oferta de variedades en alimentos; lo importante es no caer en excesos. Lo ideal es comer moderadamente y nunca suspender el tratamiento indicado por el médico tratante, aunque vaya a ingerir bebidas alcohólicas. Las personas con esta afección deben concientizar que su enfermedad es de por vida, que él es el principal interesado en mantener su presión arterial controlada, pues es lo que le evitarà, no solo padecer la mayor parte de las complicaciones descritas, sino también mantenerse mejor estado de salud.
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Fuente:
AstraZeneca Venezuela, Dra. Norka Antepara Amador. Médico cardióloga e internista.
Sitio Web: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000163.htm