«Las oportunidades pequeñas son
el principio de las grandes empresas.»
Demóstenes.
Toda empresa competitiva requiere en el presente de líderes estrategas, proactivos, capaces de enfrentar los retos, cambios y adentrarse en la conquista, permanencia de los mercados, de otra forma garantizar en la permanencia de estos es muy poco probable, especialmente en empresas que no cuentan con muchos recursos, especialmente los técnicos.
La gerencia moderna debe estar bien capacitada en el presente con los conocimientos administrativos que los escenarios han generado y en donde, las escuelas de Administración de las universidades están comprometidas a proporciónalos de acuerdo al comportamiento de los escenarios económicos, considerando los efectos que ha generado la globalización, la participación de empresas exitosas que presentan nuevos productos respaldados con garantías de calidad que satisfacen las necesidades del consumidor.
Se sabe, que el entorno internacional, como el nacional se caracteriza por la incertidumbre y los cambios inesperados, especialmente en un país como el de Venezuela que hay mucha inestabilidad, turbulencia, causa de las acciones del gobierno que han generado una política socialista que ha incidido significativamente en muchas empresas, especialmente las pymes, afectándolas seriamente en su productividad, en el logro de sus objetivos. Por tanto, no nos debe extrañar como comenta intermanagers, el que las firmas de cualquier tamaño deben someterse a metamorfosis para mantenerse vivas.
La innovación, flexibilidad, actitud positiva, entre otros elementos determinan la capacidad de una compañía de cambiar. Para lograrlo se necesita gente con talento. A partir de la lucha por mantenerse competitivas, las organizaciones deben de convertir sus departamentos de reclutamiento en oficinas administradoras de talento.
Las empresas, por tanto, requieren de un liderazgo innovador, creativo, con mente de estratega, que sepa evaluar dinámicamente el comportamiento de los actuales mercados y planificar estratégicamente las acciones que le favorezcan en el logro de sus resultados.
No nos debe sorprender que se señale, que el actual líder estratega, necesita alinear a la organización, fundamentalmente al factor humano de ésta, alrededor de objetivos compartidos que sean merecedores de su apoyo y dedicación. En una organización bien liderada, todo el mundo siente que su aporte es vital para el éxito.
Considérese, que el liderazgo puede hacer cambiar o destruir las políticas, (arreglos implícitos y explícitos que rigen y orientan el comportamiento organizacional para operativizar la estrategia), como también ayudar al proceso de cambio profundo en una organización. Las empresas necesitan de personas que lleven adelante las ideas, la estrategia, la visión.
Hoy, el líder eficaz colidera y es muy importante su capacidad para elegir colíderes para que lideren profesionalmente los proyectos de la empresa, más que nuca las empresas de un equipo de trabajo comprometido, integrado, con visión preactivos, innovadores.
Santiago Malvicino al respecto nos recuerda, que en las pequeñas y medianas empresas existe una estrecha vinculación entre la gestión estratégica y la cultura de la empresa, a su vez influenciada por el empresario pyme y su capacidad de liderar procesos de aprendizaje organizacional en un contexto muy cambiante. Aspecto que no debe ser descuidado.
Considérese, que el proceso implícito en la gestión estratégica es altamente dinámico y supone un aprendizaje permanente, por parte del empresario y de la firma, como resultado de la necesidad de enfrentar continuamente problemas específicos difícilmente anticipables. No se debe olvidar, que una competencia genérica del empresario Pyme que interviene en este proceso es su intuición.
Definitivamente, el nuevo líder estratega deberá ser idóneo para rodearse de gente capaz y con autonomía, para poder manejarse y aportar criterio e impronta personal a las decisiones, debe estar plenamente identificado con todas aquellas variables determinantes que inciden en el comportamiento de los escenarios, a fin de poder manejar adecuadamente las estrategias que contrarresten los efectos negativos que pueden suscitarse y dar paso a acciones que le favorezcan.
El líder estratega debe diagnosticar la realidad de los comportamientos de los actuales mercados y determinar todo aquello que puede dar paso a turbulencias, riesgos, que le desfavorezcan en el logro de sus objetivos, dar paso a planificaciones estratégicas realizable que colaboren a no sólo permanecer en los mercados conquistados, sino saber aprovechar las oportunidades que el entorno les ofrece ante las debilidades de empresas que no saben manejar adecuadamente los cambios.
Sin un liderazgo claro, moderno, que contagie, la organización no va a poder adecuar su comportamiento organizacional a las necesidades del entorno actual. Es necesario, un liderazgo fundamentado en las personas, en equipos, en redes, en estructuras diferentes. Un liderazgo que sepa desarrollar dinámicamente los principios mental, emocional y físico. Un liderazgo que considera la visión y el posicionamiento deseados con coraje para remover las estructuras existentes, donde la base es la comunicación y la integración entre las personas y entre las organizaciones, buscando relaciones ganar-ganar.
El líder estratega sabe que es necesario saber integrarse con todos los recursos que maneja, especialmente el humano, aprovechar el talento de éste, saberlo gerenciar, motivar, a fin de garantizar buena productividad y cumplimiento con las normas de calidad requeridas para ser competitivo, de ir -como lo manifiesta Malvicino-, hacia un modelo mental integrador, holístico y dinámico, buscando generar energía y entusiasmo en las personas, buscando que éstas exploten cosas nuevas; sean persistentes, pudiendo enseñar, formando a nuevos líderes, personificando la acción, fundamentados en la interconectividad y el trabajo en equipo. Liderar cambios profundos en función de objetivos valiosos y anhelados les otorga a las personas significado y sentido de propósito.
Definitivamente, el liderazgo estratégico se constituye en una habilidad requerida para emprender los cambios adaptativos —diferenciándolos de los cambios técnicos — subiéndose al balcón; escuchando; frustrando y alineando expectativas; creando y sosteniendo niveles tolerables de tensión; devolviendo el trabajo a la gente (Heifetz). Trabajando con la gente y no dentro de una caja en que el otro es objetivizado con juicios, prejuicios, en resonancia emocional desde aquello que el otro es, (The Arbinger Institute; Coleman et al.).
No hay que olvidar, cita Marialyse Délano Serrano, que el liderazgo estratégico provee herramientas para abordar la complejidad de generar acciones de líder, sin desconocer que también puede estar acompañado por el rechazo, la soledad y la incertidumbre. Una propuesta, que hago propia, que los líderes se forman, crecen, se desarrollan –no surge desde cualidades mágicas que pueden poseer algunos– permitiendo que afloren sus potencialidades.
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