La resistencia civil funciona: estudio del MIT y Harvard

El estudio analiza los movimientos sociales desde 1900 hasta el 2006 y encuentra que los no violentos han sido exitosos en un 53% mientras que los violentos lo han sido en un 26%.

Ciudad de México.- Mucha gente, entre ellos activistas y politólogos, considera que los movimientos sociales eligen utilizar métodos violentos para lograr sus metas porque son más efectivos que las estrategias no violentas.

Sin embargo, entre el 2000 y el 2006 algunos movimientos civiles han empleado métodos no violentos eficazmente como boicots, huelgas, protestas y organización para la no cooperación con el propósito de desafiar al poder, como los movimientos en Serbia en 2000, Madagascar en 2002, Georgia en 2003, Ucrania en 2004, Líbano en 2005 y Nepal en 2006.

Así lo señala un estudio realizado por la Directora de Iniciativas Educacionales del Centro Internacional del Conflicto no Violento, Maria J. Sptephan, y la becaria postdoctoral en Harvard, Erica Chenoweth, publicado en la revista International Security(Seguridad Internacional) de la Universidad de Harvard y el Massachusetts Institute of Technology (MIT). Este trabajo explora de manera sistemática la efectividad de las estrategias de campañas violentas y no violentas en conflictos entre actores civiles y el Estado, utilizando datos de 323 campañas de resistencia desde 1900 hasta el 2006, y comparando los hallazgos estadísticos con eventos históricos que han presentado periodos tanto de resistencias violentas como de no violentas.

Según sus resultados, las campañas de no violencia han sido exitosas en un 53 por ciento, comparado con el 26 por ciento de las campañas violentas.

Las autoras señalan dos razones para explicar este éxito:

1) El compromiso hacia métodos no violentos de un movimiento realza su legitimidadtanto local como internacional y fomenta una mayor participación y simpatía hacia su campaña de resistencia, lo cual se traduce en un aumento de la presión ejercida sobre el objetivo y en la alienación de los gobernantes.

2) En segundo lugar, apuntan que mientras que los gobiernos pueden justificar fácilmente los contraataques violentos hacia los insurgentes armados, es más probable que la violencia en contra de los movimientos no violentos fracase e incluso resulte contraproducente.

De acuerdo con las investigadoras, los conflictos no violentos se caracterizan por llevar a cabo actos de omisión, de comisión o ambos y se ubican dentro de canales políticos no tradicionales. Destacan que estos movimientos son distintos de aquellos que se rigen por el “principio de la no violencia”, los cuales son más pasivos y cuyo objetivo es esencialmente pacifista. En contraste, “la resistencia no violenta logra sus demandas en contra de la voluntad del oponente tomando control del conflicto por medio de la no-cooperación generalizada y el desafío.”

Asimismo, definen a una “campaña de resistencia” como “una serie de tácticas continuas y observables en búsqueda de un objetivo político.” Puede durar desde días hasta años y usualmente tienen un “liderazgo discernible […] distinguiéndose de las revueltas aleatorias y los actos masivos espontáneos.”

Explican que el grado de unidad de los movimientos no violentos es otro factor interno importante para determinar el éxito de sus campañas, y realzan como factores externosel papel de los medios de comunicación independientes, la capacidad técnica paramonitorear los derechos humanos, y la difusión de materiales educativos que incluyan las “lecciones aprendidas” de movimientos sociales previos.

Finalmente, concluyen con una cita de Thomas Schelling, premio Nobel de Economía:

“El tirano y sus oponentes están en posiciones un tanto simétricas. Ellos pueden negarle la mayor parte de lo que él quiere -pueden, si tienen la organización disciplinada necesaria para rechazar la colaboración. Y él puede negarles casi todo lo que ellos piden -puede hacerlo utilizando la fuerza en su poder… Ellos pueden negarle la satisfacción de gobernar a un pueblo disciplinado, él puede negarles la satisfacción de gobernarse a si mismos… Es una situación de negociación en la que cualquiera de los dos lados, si están adecuadamente organizados y disciplinados, puede negar la mayor parte de lo que el otro quiere, y queda por ver quién gana.”

Martes 23 de Diciembre del 2014