«Se entiende por organización universitaria
el conjunto interdependiente de estructuras
mediante las cuales la institución busca
cumplir propósitos que, no siendo propiamente
académicos, son necesarios para que los fines
de esta naturaleza se realicen.»
R. González B.
Los grupos «políticos», no académicos, que siempre han convivido en los últimos tiempos en ese escenario de aprendizaje, se han enfrentado en todos los terrenos, utilizando palabras, expresiones y frases que dejan mucho que desear del nivel cultural que debe tener la Universidad. La imagen institucional de dicha casa de estudio en su área de influencia -sociedad civil y el sector empleador- está muy deteriorada, como consecuencia del estilo de actuación de los actores principales de la organización en referencia. Sin lugar a dudas el ámbito universitario está expresado por un verdadero laberinto, nada fácil y bastante alejado de lo que debería ser la misión universitaria, como es: ¡GARANTIZAR UN PRODUCTO FINAL -EGRESADOS- ALTAMENTE COMPETITIVOS Y QUE TENGAN UN VALOR DE MERCADO MUNDIAL!. Por los intereses políticos cada día más, se descuida esta noble y obligatoria misión. Este estilo de actuación de los «dirigentes» universitarios ha traído como consecuencia, que es muy difícil transitar por los laberintos de esos escenarios sin conseguir obstáculos, que en una gran mayoría son imposibles de superar, solamente desde el punto de vista académico. Pareciera ser que la UC de acuerdo a las vivencias está en un callejón que, aparentemente no tiene salida en un futuro corto, debido a que algunos de los que aspiran ocupar los máximos niveles estratégicos de dicha institución, quieren copiar el estilo de dirección reinante en las últimas décadas. Con excepción de algunos de ellos.
En este proceso, los electores comprometidos con la academia universitaria debían encontrar los mejores candidatos aspirantes, para garantizar el cambio de timón que muchos miembros de la comunidad universitaria quieren. Ser una institución de alto prestigio -como fue en sus inicios- basada fundamentalmente en procesos de aprendizaje de alta calidad y todo el personal -docente, administrativo, obrero y estudiantes- altamente identificado con la institución, debido a un concepto de pertenencia y de honestidad de alto nivel.
La Universidad de Carabobo, como fue señalado en párrafos anteriores, en las últimas décadas, sus «lideres» la han administrado como una organización en donde existen «parcelas» administradas como sistemas políticos. En donde los intereses de los partidos políticos han prevalecido y, como consecuencia de esta realidad se presentan muchos conflictos y sobre todo, mucho poder en pocas personas. Se pretende proyectar que se vive en una institución «democrática». Cualquier miembro de una comunidad democrática es teóricamente libre de mantener sus propias opiniones, adoptar sus propias decisiones y ser tratado como igual. Pero con este estilo de gerencia universitaria, a un alto porcentaje de los miembros de dicha institución le son negados los derechos más importantes de la vida democrática. Si no se comulga con algunas de las autoridades -léase de la dirección superior, decanos o directores- se pretende que se cierre la boca, que debe hacer lo que le dicen estos «líderes», y que debe someterse absolutamente a las normas de su superior inmediato. En caso contrario pertenece al «otro» bando. ¡ESTA ES LA UNIVERSIDAD QUE HAY QUE CAMBIAR!.
Tal vez la situación descrita anteriormente es un caso extremo. No en todos los escenarios de la UC se caracterizan por tan atrincheradas relaciones entre «líderes» y «seguidores», o por normas tan dictatoriales. Pero si existe mucho de eso.
La UNESCO desde su creación hace 50 años, ha sumido el compromiso de promover la educación superior y la investigación. En los inicios de un nuevo siglo y de un milenio, se puede ser testigo del extraordinario desarrollo de la enseñanza superior y comprender cada vez mejor su importancia vital para el desarrollo económico y social. Ese debe ser el nuevo paradigma de las autoridades que resulten electas en estos comicios. Pero la educación superior venezolana se encuentra en crisis, en todos los niveles. El número de alumnos aumenta en las instituciones públicas, pero la financiación pública disminuye y la otra verdad es que cada día aumenta la distancia ya enorme que separa a países desarrollados y países en desarrollo en materia de enseñanza e investigación. Se precisa una nueva visión de la educación superior que entrelace las demandas de universalidad de la educación superior y el imperativo de una mayor pertinencia para responder a las expectativas de la sociedad de su área de influencia. Esta visión enfatiza los principios de libertad académica y autonomía institucional e insiste al mismo tiempo en la necesidad de responder ante la sociedad.
Las nuevas autoridades de la UC deben estar conscientes de la importancia entre las relaciones de la institución y el mundo del trabajo, las cuales están determinadas por dos tendencias paralelas. Por un lado, la enseñanza superior tiende a transformarse en sistema de escolarización de masas a medida que las economías modernas pasan a utilizar de modo más intensivo el conocimiento y necesitan, por lo tanto mas graduados del subsistema superior, que constituyan una «fuerza de trabajo intelectual». Por el otro lado los graduandos han de aceptar la necesidad de tener empleos que se transforman, de actualizar sus conocimientos y de adquirir nuevos conocimientos especializados. La otra verdad es que el mundo del trabajo está experimentando una transformación radical, y gran parte de los conocimientos específicos que adquieren los estudiantes durante su formación inicial pierden rápidamente actualidad. Esta nueva situación del mundo del trabajo tiene una incidencia directa en los objetivos de la instrucción y la capacitación de la educación superior.
En consecuencia se eligieron las nuevas autoridades para que garanticen un proceso de transformación radical en sus procesos de aprendizaje y que realmente la Universidad de Carabobo, cambie para bien de todos, en una: ¡ORGANIZACIÓN INTELIGENTE DE APRENDIZAJE!
Todos los comprometidos en este proceso eleccionario deben cumplir con dicho deber. La Universidad lo necesita.
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