Los venezolanos quieren hacer realidades sus sueños y anhelos

“La inflación es siempre el resultado de

la debilidad o de la ignorancia de aquéllos

que tienen a su cargo las políticas monetarias”

F. Irayak

Los psicólogos  llaman sueños a los deseos, metas importantes dentro de la vida personal, que se tienen acerca del futuro, y cuya realización otorgaría plenitud y felicidad. Los sueños dan esperanzas, y aliento, ayudan a seguir adelante, y quienes están dispuestos a ser felices, luchan por ellos, y no dejan que algo ni nadie les impida alcanzarlos.

Mientras que el vocablo “anhelo” se usa para señalar a aquella sensación de deseo o de esperanza que una persona puede tener en determinadas situaciones o momentos de su vida. El anhelo es la preferencia por que algo pase y el deseo de que eso pase ya que por el momento en que existe el anhelo no es una realidad. Anhelar algo es desearlo pero de una manera más utópica y al mismo tiempo con más detalles o más vehementemente que con un simple deseo.

Todos los seres humanos alguna vez en la vida o muchas veces en la vida tienen sueños y metas, pueden ser grandes, pequeñas, medianas. Pero, ¿qué diferencia hay entre las personas que sí alcanzan sus sueños y aquéllas que no? La principal y más importante herramienta es “El pensamiento”, y la diferencia está: en los “tipos de pensamiento”, el positivo y el negativo, así que las personas exitosas se caracterizan por manejar este tipo de pensamiento positivo, y no sólo eso, ellos visualizan sus metas, poco a poco éstas se cristalizan como consecuencia de un comportamiento fructuoso. Las personas que no alcanzan sus sueños, se caracterizan por pensar negativamente, generando sentimientos, éstos a su vez provocarán situaciones negativas y desfavorables para el ser humano.

En los actuales momentos, un número significativo de venezolanos –casi el 50%–quiere que sus sueños y anhelos se hagan realidad y que los grandes enemigos que actualmente tiene Venezuela como son: la criminalidad, la corrupción, la inflación y la escasez; que los catalogan como flagelos, añoran que desaparezcan totalmente de los escenarios nacionales. Los informes elaborados por el departamento de estudios del Grupo BBVA: "Situación Venezuela y en Latinoamérica" consideran que este país tiene las peores perspectivas entre las principales economías de la región.

La violencia, la inseguridad y la criminalidad es el trío de problemas que más agobia a los venezolanos según señalan los resultados de las investigaciones sobre este tema. La tasa de homicidios de Venezuela es la quinta más alta del mundo, según estadísticas de las Naciones Unidas. Los homicidios en el país se han cuadruplicado en los últimos 15 años. Según cifras de la organización Observatorio Venezolano de Violencia indica que el 2013 culminó con una cifra estimada de 24.763 muertes violentas. Entre 1998 y 2013, la tasa de homicidios se ha cuadruplicado al pasar de 19 a 79 fallecidos por cada 100.000 habitantes, de acuerdo a las cifras del Observatorio. En esta gestión socialista este flagelo se ha incrementado en 450%. Ese porcentaje es el más alto registrado en la encuesta mundial.  En el ranking mundial de violencia, Venezuela ocupa el puesto 128, como uno de los países más violentos del planeta. Se investigaron 142 países.

De acuerdo con el informe 2013 de la acreditada ONG alemana “Transparencia Internacional”, Venezuela ocupa el puesto número 164 de los países más corruptos del globo. Se analizó un total de 178 naciones. Venezuela y Paraguay siguen siendo percibidos como los países más corruptos de América Latina, mientras Uruguay y Chile son vistos como los líderes en transparencia, según dicho informe. La corrupción gubernamental ha existido siempre en el País; pero este régimen socialista de la V República no ha sido la excepción.  Para muchos, incluso, ha alcanzado elevadísimas dimensiones, a juzgar por la cantidad de dinero que se transa diariamente, especialmente en carros y viviendas de lujo (los boliburgueses). Estos niveles astronómicos de podredumbre se pueden corroborar con los casos y denuncias recientes de descomposición más sonados de connotados funcionarios públicos del partido oficialista.

La inflación es otro de los flagelos que los venezolanos sueñan y anhelan que desaparezca. Por ej.: el costo de los alimentos básicos ha aumentado 1.068% en la última década, al pasar la cesta básica de 284,6 bolívares en 2003 hasta 3.324,41 bolívares al cierre del año pasado, según indican los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

La inflación es un buen termómetro que indica el estado de salud de una economía. Los datos de 2013 muestran que en América latina hay países que lo están haciendo muy mal a la hora de combatir la subida de precios, entre ellos figuran en los primeros lugares Argentina y Venezuela.

Venezuela tiene la inflación más alta del mundo (56,2%), superior incluso a la que padece Siria (49,5%), un país en plena guerra civil.

En un artículo publicado en “The Wall Street Journal”, Leopoldo Martínez, Presidente Ejecutivo del Centro para la Democracia y el Desarrollo de las Américas en Washington, reportó lo hallado en un análisis realizado a  la gestión socialista venezolana  y alertó que Venezuela podría convertirse en una dictadura plena como la de Zimbabwe, en caso de seguir por este camino.

Venezuela está inmersa en una crisis sin precedentes en los 15 años de la llamada ‘Revolución Bolivariana’“, Venezuela está sumida en una profunda crisis económica. Con una inflación sobre el 55%, un pronunciado desabastecimiento de productos básicos (como agua, leche, pan) y una actividad económica que no prospera debido a las restrictivas políticas del gobierno, el rumbo no parece el más alentador.

Otro de los grandes enemigos del año 2014 es la escasez de productos, porque no se consiguen los bienes y se está presentando el cierre de algunos negocios.

Todos los productos regulados no se encuentran tan fácilmente en los anaqueles.

Por más que el régimen quiera importar masivamente para cubrir los faltantes que se generaran en el mercado, no cuenta con reservas suficientes para hacer estas compras y la prueba está que en las subastas del Sicad cada vez se entregan menos dólares. Viene un proceso de escasez profundo y que las inversiones en Venezuela no se harán porque ningún empresario inyectará sus recursos en una nación que tiene un clima de hostilidad. Las posibilidades para instalar nuevas empresas son cada vez más reducidas y además la falta de divisas que hay en el país hace que las posibilidades de crear nuevos negocios sean menores.

¿Se realizarán los sueños y anhelos de una significativa porción de la población venezolana? De lograrse esta realidad se otorgaría plenitud y felicidad, y mejoraría substancialmente la calidad de vida nacional

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