¿NUEVA GUERRA FRIA O PAZ CALUROSA?

Jorge Sánchez Meleán.

Cuando Rusia y China de manera interesada salen en apoyo y defensa de un régimen dictatorial como el  venezolano, apoyado  por el  narcotráfico y  el  terrorismo internacional, en  oposición  a  los  Estados Unidos, algunos analistas están pensando que nuestro país pudiera ser la causa de una nueva “Guerra Fría “al comienzo del siglo XXI.

La primera, fue el conflicto entre las potencias triunfantes de la II Guerra Mundial que adoptaron sistemas políticos contrapuestos: EEUU y URSS. Hoy, es evidente el interés de Rusia y China (herederos del totalitarismo marxista) no por salir en defensa de un régimen fracasado y corrupto, sin interés ideológico para ellos, sino por desplazar a Venezuela en el mercado petrolero.  Y  en  última  instancia,  por  salvaguardar  sus  intereses  por  la  gran  deuda  que  un  país  en bancarrota tiene con ellos.

Rusia, por ejemplo, se está beneficiando ampliamente de las sanciones que EEUU  está  imponiendo  al  régimen  de  Maduro  y  está  exportando  petróleo  a  ese  país,  tradicional mercado venezolano. Además , está metiendo la mano en la decaída producción venezolana para ver como se beneficia. Pero de allí a que estos países se enfrenten a EEUU en una nueva “Guerra Fría” hay un gran trecho. Rusia ya no es la poderosa URSS del siglo pasado en su apogeo militar y político. Hoy es solo un país con ínfulas imperiales, pero con un PIB per cápita que deja mucho que desear, que solo remata lo que heredó de la vieja URSS.

Por la ayuda interesada dada a Maduro ya empresas rusas como Rosneft Trading han comenzado a recibir sanciones de EEUU que pudieran incrementarse y extenderse a otras, hasta llegar a la empresa matriz. Será cada vez mas difícil que inversionistas norteamericanos indispensables  para  proyectos  rusos  se  hagan  presentes. 

Por  su  parte  la  recuperación  de  China dependerá  de  la  reactivación  de  su  comercio  bilateral  con  EEUU,  que  es  del  orden  de  los  820.000 millones  de  dólares  al  año,  proceso  que  pudiera  verse  afectado  por  la  presencia  inesperada  del coronavirus. ¿Va China a arriesgar todo ello, por defender al régimen de Venezuela? Además ya China para dejar clara su posición con respecto a nuestro país, desde hace cierto tiempo había suspendido su crédito y compras de petróleo a Venezuela, así como sus planes de inversión. Solo le interesa cobrar sus  deudas  aunque  sea  con  barriles  de  petróleo. 

Por  todas  estas  razones,  ni  Rusia  ni  China  van  a rasgarse las vestiduras por el régimen de Maduro. Por ello, antes que una nueva “Guerra Fría”, lo que debería  propiciarse  con  la  ayuda  de  la  Comunidad  Internacional,  es  una  “paz  calurosa”,  en  la  que Rusia, China y EEUU, en conjunto con los  venezolanos, acuerden una salida pacífica a la crisis sin precedentes que vive Venezuela.

En el país ya comenzó la cuenta regresiva de la dictadura. A ella se agregó también la India que no seguirá comprando petróleo venezolano para sus grandes refinerías. La dictadura  ya  no  tiene  donde  almacenar  petróleo  crudo  y  ya  no  puede  refinarlo  internamente.  Todo indica que el régimen perecerá ahogado en su   “oro negro”, mientras busca oxigeno en los negocios ilícitos del “oro de sangre” y las drogas. Llegó entonces la hora de que el Pueblo venezolano ejerza la soberanía manifestando sus aspiraciones y participando activamente en el fin del gobierno usurpador de N. Maduro. Solo así y con un nuevo CNE inobjetable, debe procederse en primer lugar a las elecciones presidenciales y en segundo lugar a la renovación del resto de los poderes públicos establecidos en la Constitución.

Unicamente de esta manera la libertad, la democracia, el Estado de Derecho, la justicia, la  República  y  el  pluralismo  político  reaparecerán  en  nuestro  país  y  será  posible  el  desarrollo  de  la Persona Humana y el respeto a su dignidad, que debe ser el fin primordial de toda Sociedad humana. Por todo ello entonces, rechazamos cualquier guerra, fría o caliente, pues solo requerimos una calurosa paz, que haga posible la promoción de la prosperidad y el bienestar del Pueblo venezolano.