Estamos en un mundo de estrepito sos «avances». A medida que más se progresa, más son los estudios y actividades que se desarrollan para «dar seguridad» a ésos avances e invenciones. A medida que más se progresa, mayor también es el temor a ser violada esa «seguridad».
Los seres humanos nos pasamos muchas veces violando. Así sea inconsciente o no, violamos propiedades, normas y leyes. Desde tiempos históricos, se construyeron pesados portones para dificultar el paso del enemigo invasor; se fabricaron cinturones de castidad, alarmas y un sinnúmero de invenciones para cubrirse de esas violaciones, hasta llegar ahora, a estos tiempos donde muchas de las violaciones parecen ser hoy «normales».
Pero, desde mi concepción personal, considero que toda la humanidad inició «violando» las leyes universales; o aquellas leyes para nuestra evolución e iluminación interior; basadas en el AMOR.
Somos violadores, cuando nos apropiamos de las ideas de otros, sin honrarlos.
Somos violadores, cuando estamos a favor de la crítica, la queja permanente o el juzgamiento o la condena.
Somos violadores, cuando no respetamos la paz, tanto de uno mismo como la de otras personas.
Somos violadores, cuando no somos agradecidos por la vida que tenemos, por cada respiración y por abrir los ojos cada día.
Somos violadores, por ignorar las leyes evolutivas que nos invitan a ser verdaderos «seres humanos».
Recordemos esto: «mientras más amor, menos violaciones cometeremos». Sólo así, nos dejaremos guiar por la sabiduría de Dios en nosotros.
*Consultor / Autor / Costa Rica
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