(Artículo extraído del Libro “Tres Poderes para la Superación Personal”)
Toda la Creación de Dios: el universo y lo que éste contiene, es energía e información. Nuestros pensamientos, sentimientos y deseos son esa misma energía; así como toda materia. Todo es parte de un TODO y su naturaleza o esencia es energía e información.
El campo de percepción de esta energía universal es su propio cuerpo físico, que está totalmente unido o conectado al universo y su naturaleza esencial. Cuando Usted focaliza sobre algo, o pone atención sobre algún deseo o imagen mental o pensamiento, está generando energía creadora. Su “Intención” es la que transformará y organizará la energía, para hacerla una realidad tangible para su vida. La “Intención Consciente” potencia la realización de todos sus deseos.
Llamo “Poder de la Intención” a la “dirección o sentido emocional” con la que Usted impregna sus pensamientos. Cuando piensa o imagina, está realizando un acto de co-creación con Dios. La palabra mental o verbal genera imágenes y éstas crean el ámbito de desarrollo de las Intenciones.
“Recuerde”: Cuando imagina un pensamiento, está impregnándole, a la vez, una emoción determinada. Usted crea sus propias realidades mediante sus emociones o sentimientos. Sus sentimientos se conectan a la energía universal y activan la manifestación de sus realidades, ya sean sucesos de la vida o cosas materiales.
Sus pensamientos e imágenes mentales son teñidos por las emociones, que permanentemente transmiten su energía. En principio, estas energías disparadas por las emociones sobre sus pensamientos-imágenes, se manifiestan sustentadas en las experiencias. Es la percepción de un suceso pasado en su vida, la que produce una determinada dirección emocional, positiva o negativa, con la que Usted impregna esas imágenes en su mente, que luego se materializan en su vida cotidiana.
Dicho de otro modo, colocar una imagen en la mente, genera una determinada emoción que está fundamentada en sus creencias. Es importante que estas creencias, de ser negativas, sean erradicadas mediante el uso repetitivo de pensamientos positivos, para ir creando un nuevo hábito mental que configure, en el tiempo, una “nueva creencia” o “pauta” con el fin de que su “intención” (o dirección Emocional) impregne sobre sus pensamientos de una manera constructiva y haga contacto con la mente de Dios, que respetará su libre albedrío.
Cuanto más “intensa” y clara sea su intención, más rápida y fácilmente se materializarán sus deseos vehementes.
¿Cómo puede impregnar “emociones positivas” a sus pensamientos?: CONTROLANDO LAS EMOCIONES.
Muchas personas con las que me he encontrado en este paradójico sendero de la vida, sostienen que “debemos” anular los sentimientos. Llegaron a decir: “piensa con el cerebro y no con el corazón”. Algo internamente me decía: “No comparto lo que dicen”… Es una cuestión de “coherencia”. Es necesario “pensar, sentir y actuar hacia un mismo sentido”.
Si Usted decide crecer en el AMOR, su corazón se estará entrenando para manifestar las emociones más sublimes; en contraposición con aquellas personas que eligen seguir creyendo que el mundo requiere de personas frías e indiferentes. De todos modos, es clara la idea de que muchas personas están confundidas, pretendiendo “racionalizar los sentimientos”.
Usando una metáfora, le diré que: si nuestro corazón fuera una flor, éste sería un “girasol”. Los girasoles son tan receptivos al calor del Sol que, cuando el dorado astro aparece, los girasoles se agrandan expandiendo sus pétalos – como respirando profundo – y orientan su mirada para contemplarlo y honrarlo. No ocurre esto cuando las temperaturas son frías o los días son grises, en los que los girasoles encogen su grandeza y esplendor.
“El hombre ve las apariencias, pero el Señor ve el corazón” (1ra. Samuel 16:7).
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