Los cambios estructurales y la estrategia corporativa

El segundo significado de la complejidad de la cooperación se refiere al uso de los conceptos y las técnicas, que han recibido el nombre de teoría de la complejidad. La teoría de la complejidad involuciona el estudio de muchos actores y sus interacciones. Los actores pueden ser átomos, gente, animales, organizaciones o naciones. Sus interacciones pueden consistir en atención, combate, acoplamiento, comunicación, comercio, asociación o rivalidad.

Los líderes empresariales que intentan que sus empresas sean nuevamente competitivas, están dejando atrás los enfoques estratégicos tradicionales. Buscan nuevas fórmulas que fijen el rumbo en un entorno turbulento. Pero esta no es una tarea tan sencilla, puesto que el estudio de un gran número de actores con patrones de interacciones cambiantes, a menudo se vuelve demasiado difícil para una solución matemática. Una herramienta primordial de investigación de la teoría de complejidad, es la simulación por computadora.

Los especialistas deben encontrar la forma cómo interactúan los agentes, y luego, observar las propiedades que se dan al nivel de la sociedad completa. La simulación de agentes y sus interacciones se conoce por diversos nombres: modelaje basado en los agentes, modelaje de abajo hacia arriba y sistemas sociales artificiales. Cualquiera que sea el nombre empleado, el propósito del modelado basado en los agentes, es comprender las propiedades de los sistemas sociales complejos a través del análisis de simulaciones.

Los académicos que se enfrentan a la realidad, cuestionan igualmente la validez de los conceptos y herramientas del ámbito estratégico.

A partir de la década de los noventa, la mayor preocupación era ponerse a la altura de las mejores empresas de la competencia. Los aspectos relacionados con la estrategia, algo considerado de escaso interés, sólo se relacionaba con la implantación y ejecución. Numerosos ejecutivos consideron a la estrategia, como algo fácil; lo difícil era la implementación. En consecuencia, el personal dedicado a este aspecto, se redujo drásticamente o se eliminó por completo.

Los líderes empresariales más exitosos, exhiben cualidades de liderazgo universales que se conocen como conocimientos globales. El conocimiento personal implica, conocerse y valorarse a sí mismo. En un mundo que rebosa de información, las compañías están forzadas a ser más transparentes. Los líderes deben ser conscientes de sí mismos, abiertos, honestos y estar comprometidos con su propio aprendizaje. Motivados por principios y creencias fuertemente arraigados, los líderes con conocimiento personal enfrentan el cambio con confianza y son apasionados de la excelencia y el éxito.

El conocimiento social implica desafiar y comprometer a los demás. Dispuestos a colaborar y que sean capaces de establecer relaciones productivas y redes en todo el mundo. Capaces de comunicar enseñar, formar y convertir los conflictos en acción creativa. Los líderes con conocimiento social, inspiran a los otros impulsándolos a la acción y la grandeza.

El conocimiento empresarial tiene que ver con centrarse en la propia organización, en crear valor para los clientes, crear entornos que sacan lo mejor de la gente y enseñarles cómo funciona la empresa.

El conocimiento cultural, implica conocer y poner en juego las diferencias culturales; exige líderes con una aguda comprensión de las culturas nacionales, para manejarla como una herramienta para la ventaja competitiva.

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