El fenómeno de la globalización económica ha conseguido que todos los elementos racionales de la economía, estén interrelacionados entre sí debido a la consolidación de los oligopolios, la convergencia tecnológica y los acuerdos tácitos corporativos, por lo que la irrupción de la crisis económica en la aldea global ha provocado la aparición de nuevos retos para gobiernos e instituciones sumidas en el desconcierto y en la incredulidad, retornando lenta pero inexorablemente a ciclos económicos regresivos desconocidos desde la II Guerra Mundial.
Origen de la crisis: La política suicida de las principales entidades bancarias mundiales en la concesión de créditos e hipotecas de alto riesgo aparece como detonante de la crisis de las subprime de EEUU, seguida de la aparición de los activos tóxicos, un goteo incesante de insolvencias bancarias, una severa contracción de los préstamos bancarios y una alarmante falta de liquidez monetaria y de confianza en las instituciones financieras con un costo estimado de 4,5 Billones de para países como EEUU, Reino Unido y Japón y 2,5 Billones para la UE.
Todo ello ha originado la desestabilización económica global y la entrada en recesión de las principales potencias económicas mundiales, dibujándose un escenario a cinco años en el que se podría regresar al proteccionismo económico, con la subsiguiente contracción del comercio mundial y posterior finiquito a la globalización económica.
Riesgo de una nueva recesión económica mundial: La crisis de deuda en la eurozona y ciertos indicadores macroeconómicos recientes en países como Alemania o Inglaterra han alertado del riesgo de que el escenario recesivo regrese a la economía mundial en 2012, tal como ha advertido el FMI . Así, según JP Morgan Chase Londres, la Eurozona volvería a escenarios ya olvidados de Double Dip en el 2012 (-0,5 % del PIB).
Dicho informe representa un brutal recorte de las previsiones iniciales para la locomotora europea, con un crecimiento para el 2012 de un raquítico 0,2 % frente a la anterior estimación de un 2,8 % y según Destatis, las ventas minoristas de Alemania, se desplomaron un 2,9% en agosto, cuando los economistas consultados por Bloomberg esperaban de media una bajada de tan sólo el 0,5%, lo que ratificaría la pérdida de confianza de los alemanes en la solidez y estabilidad de su economía.
Ello, aunado con la inevitable depreciación del euro frente al dólar debido a los problemas de Deuda soberana en la Eurozona y un posible repunte del precio del crudo debido a desastres naturales y a factores geopolíticos desestabilizantes (que podrían acarrear problemas de aprovisionamiento a otros países, en particular a China), podría dar lugar a episodios de estanflación en la Eurozona para el 2012 (inflación rozando el 4% aunado con un crecimiento negativo del PIB ) y producir un nuevo crash bursátil.
Dicho estallido bursátil tendría como efectos benéficos el obligar a las compañías a redefinir estrategias, ajustar estructuras, restaurar sus finanzas y restablecer su crédito ante el mercado, (como ocurrió en la crisis bursátil del 2000-2002) y como daños colaterales la ruina de millones de pequeños inversores todavía deslumbrados por las luces de la estratosfera.
A ello se sumaría, la inanición financiera de las empresas y el consecuente efecto dominó en una brutal reestructuración de sectores básicos de la economía europea, (con incrementos de las tasas de paro hasta niveles desconocidos desde la II Guerra Mundial) , lo que aplazaría sine die el regreso a sendas de crecimiento positivo de las economías europeas, rememorando la Década de estancamiento económico de la economía japonesa. (Década perdida).
Guerra de las divisas: Según un análisis publicado por The Wall Street Journal “muchos países están buscando devaluar sus monedas para incrementar sus exportaciones y salir así de la crisis actual, ante la ineficacia demostrada por medidas como el «quantitative easing «, utilizado por EEUU y el Reino Unido para debilitar.sus monedas e incrementar sus exportaciones, por lo que sería necesaria una devaluación coordinada de todas las monedas para evitar el riesgo de un posible escenario de inflación desbocada que, aunada con el repunte de los precios del crudo, pudiera dar lugar a episodios de estanflación en las economías occidentales (China y los demás países BRIC sufrirían una subida del IPC cercana al 5%.).
Así, EEUU, que llevaría devaluando el dólar sobre la base de recortes de tipos de interés hasta mantenerlos en cero desde finales de 2008 (quantitive easings, compra indiscriminada de bonos del Tesoro , Operación Twist) , viene presionando repetidamente a China para que deje flotar su moneda, (yuan o renminbi), ya que consideran que la mantienen artificialmente depreciada (una apreciación del yuan cercano al 20% equivaldría a una disminución de 100.000 millones de US$ en el Déficit Comercial de EEUU con China, que se elevó hasta 500.000 millones en el 2010).
China sería propietaria de 1,2 Billones de US$ en bonos del Tesoro Público de EEUU e invierte en dólares, para limitar la subida de su propia moneda, (pues un incremento acelerado de la misma, haría a la industria china menos competitiva), lo que le convierte en el mayor acreedor de EEUU y le hace totalmente dólardependiente, por lo que ambas economías se retroalimentan al conjugar la exuberante liquidez china (las reservas de divisas de China alcanzaron los 2,85 billones de dólares a principios del 2011, lo que representa más del 30 por ciento de la totalidad del mundo), con la desorbitante Deuda Externa de EEUU (superando los 14 Billones de dólares en mayo del 2011).
A pesar de las múltiples presiones, las autoridades bancarias chinas han dejado bien claro que seguirán manteniendo un control estricto sobre la evolución de su moneda pues, si la divisa china se fortalece en exceso, asistiríamos a una severa constricción de sus exportaciones y al consiguiente descenso de su Superávit, agravado por el aumento de los costes laborales y el previsible riesgo de deslocalización hacia India o Vietnam, cuyos salarios mensuales rondan los 60 euros.
Sin embargo, en el supuesto de que China consiga mantener su anclaje al dólar, (lo que permitiría seguir engrasando su máquina exportadora y que sus reservas mantengan su valor), la respuesta inevitable por parte de EEUU sería desencadenar una guerra comercial, cuyos primeros escarceos tácticos serían la imposición por China de aranceles de entre 50,3 y 53,4% por los productos de pollo provenientes de Estados Unidos y la aprobación por el Senado en Washington, de una moción para etiquetar a China de manipulador del mercado de divisas, con lo que asistiríamos a un nuevo y virulento episodio dentro de la endémica guerra comercial EEUU-China.
¿Hacia el Proteccionismo económico?:La propuesta votada por el Senado norteamericano para subir los gravámenes a las importaciones de países con monedas subvaloradas (dirigida especialmente contra las exportaciones china), sería un serio ataque al libre comercio, máxime al haberse demostrado inoperante la Ronda Doha, (organismo que tenía como objetivo principal de liberalizar el comercio mundial por medio de una gran negociación entre los 153 países miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC), tras haber fracasado en todos sus intentos desde su creación en el 2011.
Además, la posible implementación por EEUU y la UE de medidas proteccionistas (Fomento del Consumo de Productos nacionales), en forma de ayudas para evitar la deslocalización de empresas ; subvenciones a la industria agroalimentaria para la Instauración de la etiqueta BIO a todos sus productos manufacturados; elevación de los Parámetros de calidad exigidos a los productos manufacturados del exterior y la imposición de medidas fitosanitarias adicionales a los productos de países emergentes (tras una virulenta campaña de los medios occidentales para defender las etiquetas ECO y BIO como medida de proteccionismo encubierto), obligará a China a costosísimas inversiones para reducir sus niveles de contaminación y mejorar los parámetros de calidad, dibujándose un escenario a cinco años, en el que se pasaría de las guerras comerciales al proteccionismo económico, con la subsiguiente contracción del comercio mundial y posterior finiquito a la globalización económica que tendría su plasmación en los siguientes compartimentos estancos:
Economías del Primer Mundo: Doble Recesión económica de las economías del Primer Mundo para el 2012, aunado con el posible hundimiento bursátil y consiguiente inanición financiera de las empresas y previsible devaluación de sus monedas, para incrementar sus exportaciones aunado con la brutal contracción del consumo interno y reestructuración de los sectores automovilístico, financiero, aerolíneas, inmobiliario, Construcción y Aseguradoras con el consiguiente efecto dominó en la cascada de cierres empresariales y con aumentos de la tasa de paro hasta niveles desconocidos desde la II Guerra Mundial.
Finiquito del consumismo compulsivo imperante en la pasada década, provocado por las tasas de paro galopantes y la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores debido a los exiguos incrementos salariales, congelación o dramática reducción de los mismos y generalización de la precariedad laboral con salarios mínimos e interinidad vitalicia: implantación de la jornada laboral mínima de 45 horas semanales y retraso de la jubilación a los 65 años, unido al deterioro progresivo de las condiciones laborales.
Frecuentes estallidos de conflictividad laboral y agudización de la fractura social de los países desarrollados, quedando diluidos los efectos benéficos de las anunciadas medidas sociales por la cruda realidad de la severa crisis económica y obligando a amplias capas de la población a depender de los subsidios sociales, lo que aunado con el incremento de ataques xenófobos por parte de grupos neonazis podría terminar por desencadenar violentos disturbios raciales.
Implantación de medidas proteccionistas en los países del Primer Mundo (Fomento del Consumo de Productos nacionales), en forma de ayudas para evitar la deslocalización de empresas ;Subvenciones a la industria agroalimentaria para la Instauración de la etiqueta BIO a todos sus productos manufacturados; Elevación de los Parámetros de calidad exigidos a los productos manufacturados del exterior e imposición de aranceles a los países no respetuosos con el Medio Ambiente como forma encubierta de proteccionismo frente a la invasión de productos de países emergentes, con la consecuente contracción del comercio mundial y posterior regreso a los compartimentos estancos en la economía mundial.
Países emergentes (BRIC), México y Corea del Sur: Estancamiento de sus economías con crecimientos anuales del PIB cercanos al 5% después de un decenio espectacular con tasas de crecimiento de dos dígitos, lo que les impedirá reducir sus niveles de pobreza aunado con una brutal constricción de las exportaciones y reducción espectacular de sus Superávits, debido a la contracción del consumo mundial y al establecimiento por las principales economías mundiales de sistemas económicos proteccionistas, unido a la elevación de los parámetros de calidad exigidos por los países del Primer Mundo, implantación por los países emergentes de leyes laborales y medioambientales más estrictas y la apreciación del yuan en el caso de China.
Inflación desbocada (rozando los dos dígitos) debido a la necesidad imperiosa de importar cantidades ingentes de alimentos para abastecer a sus habitantes ante la alarmante carestía de productos agrícolas básicos para su alimentación (trigo, maíz, mijo, sorgo y arroz) y desertización de amplias zonas industriales lo que originará éxodos masivos de población urbana a las zonas rurales, obligando a vivir una gran parte de su población por debajo del umbral de la pobreza, siendo previsibles epidemias y episodios de hambruna, un notable incremento de la inestabilidad social y un severo retroceso de las incipientes libertades democráticas.
Países periféricos y emergentes de Europa: Sustitución de la actual Unión Europea por una constelación de países satélites dentro de la órbita de la alianza franco-germana, viéndose obligados el resto de países no integrados en dicha órbita a devaluar sus monedas, retornar a economías autárquicas tras sufrir masivas migraciones interiores y proceder a la reapertura de abandonadas minas de carbón y obsoletas centrales nucleares para evitar depender energéticamente de una Rusia que conjugando hábilmente el chantaje energético, la amenaza nuclear disuasoria, la intervención militar quirúrgica y la desestabilización de gobiernos vecinos “non gratos” irá situando bajo su órbita a la mayoría de los países desgajados de la extinta URSS.
Países del Tercer Mundo: Inflación desbocada (rozando los dos dígitos e incremento espectacular de la Deuda Exterior), debido a la necesidad imperiosa de importar cantidades ingentes de alimentos para abastecer a sus habitantes ante la alarmante carestía de productos agrícolas básicos para su alimentación (trigo, maíz, mijo, sorgo y arroz) aunado con el estrangulamiento de sus exportaciones y depreciación generalizada de sus monedas, a causa de la severa contracción de la demanda mundial de materias, lo que obligará a una gran parte de su población a vivir por debajo del umbral de la pobreza.
¿Hacia la hambruna mundial?: El estancamiento del precio del crudo en el Bienio 2008-2010, (a pesar de los sucesivos recortes de producción por parte de la OPEP) debido a la severa contracción de la demanda mundial y a la huida de los brokers especulativos, imposibilitará a los países productores conseguir precios competitivos, (rondando los 90 US$) que permitirían la necesaria inversión en infraestructuras energéticas y búsqueda de nuevas explotaciones, lo que podría dibujar un escenario de estrangulamiento de la producción mundial del crudo, una vez superada la actual crisis económica global en el horizonte del 2015.
Ello originará presumiblemente una psicosis de desabastecimiento y el incremento espectacular del precio del crud,o que tendrá su reflejo en un salvaje encarecimiento de los fletes de transporte y de los fertilizantes agrícolas; lo que aunado con la aplicación de restricciones a la exportación de los principales productores mundiales para asegurar su autoabastecimiento, terminará por producir el desabastecimiento de los mercados mundiales, el incremento de los precios hasta niveles estratosféricos y la consecuente crisis alimentaria mundial.
Así, la carestía de productos agrícolas básicos para la alimentación (trigo, maíz, arroz, sorgo y mijo) y el incremento bestial de dichos productos en los mercados mundiales que tuvo su punta de iceberg en el 2.007, irá presumiblemente “in crescendo” a lo largo de la próxima década hasta alcanzar su cenit en el horizonte del 2016, provocado por el desarrollo económico suicida de los países del Tercer Mundo, con crecimientos desmesurados de macrourbes y megacomplejos turísticos y la consiguiente reducción de superficie dedicada al cultivo agrícola; aunado con el cambio de patrones de consumo de los países emergentes debido al aumento espectacular de la clases medias y su poder adquisitivo y la fortaleza del dólar y el alza de los precios del crudo con el consiguiente desvío de inversiones especulativas a mercados de materias primas (commodities).
A ello ha contribuido el incremento del uso por los países del Primer Mundo de tecnologías depredadoras (biocombustibles) que, bajo la etiqueta BIO de países respetuosos con el Medio Ambiente, no han dudado en fagocitar ingentes cantidades de maíz destinadas, en un principio a la alimentación, para la producción de biodiesel, lo que aunado con inusuales sequías e inundaciones en los principales graneros mundiales, derivará en una hambruna desconocida, que afectará sobre todo a las Antillas, México, América Central, Colombia, Venezuela, Bolivia, Egipto, India, China, Bangladesh y Sudeste Asiático, ensañándose con especial virulencia con el África Subsahariana y pudiendo pasar la población atrapada en la inanición de los 1.000 millones actuales a los 2.000 millones previstos por los analistas.
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