Con ocasión de la clausura del Congreso Internacional (XI BOLIVARIANO Y X VENEZOLANO) de Ingeniería Sanitaria y Ambiental realizado recientemente en Valencia y San Diego tuvimos, a nombre del Comité Organizador, la oportunidad de presentar ante la opinión pública un documento, cuyo nombre utilizamos en este artículo, dirigido a crear el clima propicio para llevar adelante planes y programas de RESPONSABILIDAD SOCIAL AMBIENTAL, que pongan a prueba la verdadera vocación ambientalista y conservacionista de personas e instituciones de la región.
Durante el desarrollo del evento, realizado en las instalaciones de la Universidad José Antonio Páez, Cámara de Industriales de Carabobo y diario El Carabobeño, disfrutamos el privilegio de escuchar en vivo, en boca de especialistas de categoría nacional e internacional, los avances en la modernización de los servicios de agua y saneamiento, tecnologías de primer mundo para atacar los problemas relacionados con la contaminación ambiental en sus diferentes facetas y alternativas de solución . Pero también, de esas voces autorizadas, el llamado de alerta y la necesidad perentoria de vincular a toda la HUMANIDAD para hacer causa común en la protección del planeta, por los inminentes peligros que nos acechan;… la escasez del recurso agua, el calentamiento global, la destrucción de la capa de ozono, la tala indiscriminada y otros.
Estas preocupaciones ya dejaron de interesar solamente a los ambientalistas; creemos que comienzan a ser seriamente oídos por la ciudadanía y por algunos gobernantes, quienes están obligados a convertir acciones aisladas en verdaderas POLITICAS PÙBLICAS y DE ESTADO, rechazando los demagógicos discursos, que miran a los ciudadanos más como VOTANTES que como USUARIOS.
A nuestro país hermano de Colombia, los 50 años de guerra interna, no le ha impedido que una ciudad como Medellín, se de el lujo de tener una calidad de agua para consumo humano, superior a los estándares exigidos en las normativas oficiales. Igualmente el funcionamiento de una planta de tratamiento de aguas residuales, en el centro de la ciudad, que màs bien parece un jardín botánico por sus zonas verdes y sin olores desagradables.
Valencia y San Diego pudieran imitar este ejemplo aceptando el reto de la MUNICIPALIZACIÖN, sólo si se concertara la VOLUNTAD POLÌTICA para conjugar RECURSOS HUMANOS y FINANCIEROS capaces de hacer realidad el sueño de tener servicios públicos de óptima calidad.
Por otra parte, la limpieza de la ciudad y preservación de sus zonas verdes no son sólo responsabilidades de los gobernantes, también lo es para el ciudadano común; por esta razón, su conducta debe estar en sintonía con un COMPORTAMIENTO AMBIENTALISTA RESPONSABLE, aprendido en el hogar y en las aulas de clase, tan importante como tener buenos modales o adquirir conocimientos sobre una disciplina profesional… Así debe verse en los institutos de formación básica. La EDUCACIÒN AMBIENTAL debe ser materia prioritaria desde el preescolar, porque en el uso adecuado de estos conocimientos, sin exageraciones, va la calidad y cantidad de la propia existencia.
La Declaración de Valencia y San Diego es una exhortación a los organismos públicos, gobernaciones, alcaldías, asociaciones de vecinos, institutos educacionales, organizaciones empresariales, organizaciones no gubernamentales y al ciudadano común, para luchar por obtener una mejor calidad de vida, cumpliendo con la RESPONSABILIDAD SOCIAL AMBIENTAL que a cada cual le corresponde.