La Obesidad Mental

Tal cual es la obesidad física, un problema para nuestra salud, en cuanto a daños irreparables en nuestros órganos, movimientos y salud en general, lo es también la obesidad mental, pero con la gran diferencia que es mucho más dañina, debido a que involucra a todo el medio que nos rodea; en otras palabras a la empresa en general.

Cuando hablamos de la obesidad mental, nos referimos específicamente a los individuos que, por su experiencia e instrucción, conocen a la perfección las directivas que se deben tomar para orientar, dirigir y cambiar situaciones, las mismas que serán para la empresa mucho más convenientes; pero por el hecho de tener un amplio dominio de sus conocimientos, llegan al punto de destino sin implementar sus conocimientos y es acá donde comienza el problema.

Ya que nuestra obesidad mental nos está comenzando a restar acciones necesarias a tomar, las mismas que debemos tener siempre en consideración para lograr los objetivos deseados, sobretodo teniendo en cuenta que manejamos un equipo humano y definitivamente los niveles de conocimiento son diferentes y nunca debemos olvidar que, cuando manejamos o depende de nosotros un equipo humano, tenemos la obligación de chequear cada paso del mismo.

El exceso de confianza crea la mayoría de problemas. Pudiendo agregar una opinión al respecto, confianza siempre debe haber, pero esa actitud positiva no puede dejar de lado lo más importante de toda actividad laboral como son, entre ellas, el chequear y evaluar las acciones a tomar siempre en consideración, antes de proceder en un determinado trabajo.

La obesidad mental es dar por hecho que nuestros subalternos o áreas predeterminadas, que tengan que ver con nuestros objetivos, conocen a la perfección el camino que estamos tomando, pudiendo ser el resultado final, pese a contar con excelentes profesionales y técnicos, negativo.

Tiempos pasados nos detallaron estos resultados, por lo que es necesario eliminar los mismos errores y siempre estar consciente que la obesidad mental nunca debe permitirse; en otras palabras nunca debemos dar por hecho algo que todavía no finalizó, peor aún, suponer que lo que expresamos está claro, sin verificarlo, porque atenta contra lo profesional y contra la misma empresa.

Cada vez que se den disposiciones, debemos estar seguros que las mismas están siendo interpretadas e implementadas de acuerdo a como lo pensamos; asimismo, que cada uno de los pasos que se están dando, se encuentre en coordinación con las partes involucradas lo que debe coincidir con lo establecido y programado.

La obesidad mental, es la enemiga del trabajador y, por consiguiente, de las empresas en general; por lo tanto, nunca debemos permitir ni alentar su desarrollo y debe ser responsabilidad de cada uno de los trabajadores, el de estar siempre pendiente de que aparezca este mal.

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