Es un trabajo de más de 18 años de observación y seguimiento de la realidad venezolana y dibuja con gran precisión las múltiples causas de la pobreza y sus alternativas de solución. Un problema tan completo en sus causas, no puede ser solucionado con medidas asistencialistas que solo alivian transitoriamente, pero que no corrigen de raíz sus causas. Tampoco propone como único objetivo el aumento del crecimiento económico por vía del aumento de la inversión.
Un combate estructural a la pobreza pasa por diversas medidas simultáneas y concurrentes, entre ellas, destaca prioritaria la formación de los venezolanos en áreas necesarias y competitivas de producción. Vivimos en tiempos de bonanza petrolera y los salarios no suben en esa misma proporción. Ello porque tenemos un exceso de gente no calificada que se dice “toera” pero que sobrecarga la oferta de trabajo y por ende no puede aspirar sino a un salario mínimo. La “inversión en el capital social” es urgente de manera que revirtamos la tendencia que sólo la gente preparada se está llevando la mayor parte del ingreso. Consideró imprescindible prepararse hasta alcanzar los niveles superiores de educación. “Sólo así se creará una gran clase media que, además de reducir la pobreza, sea mucho más inmune a los populismos que desestabilizan la democracia y la economía. Por eso, proponemos darle a los estudios la prioridad sobre cualquier otra alternativa”.
En consecuencia, si se quiere atacar la pobreza a fondo y erradicarla es preciso actuar con sentido común; actuar como actúa el padre o la madre de familia que sabe que para que sus hijos salgan adelante y dejen de ser pobres es preciso que estudien hasta alcanzar una profesión u oficio. El Estado debe procurar que todos vayan a estudiar y que concluyan sus estudios.
Es tarea del Estado preparar a su gente y en el caso de los más pobres, garantizarles la alimentación completa durante los 365 días del año para que no deserten de la escuela, así como dotarlos de los uniformes y útiles escolares necesarios. Hay que invertir en los maestros de nuestros niños y para ello pensemos en un plan Ayacucho especial para maestros que deseen formarse o especializarse en el exterior.
Aunado a ello, mencionó la importancia de los valores humanos como vínculo directo entre las virtudes humanas y la prosperidad. En tal sentido destacó la importancia de contar con planes de formación en valores y consideró que la educación y los valores humanos son dos de los medios esenciales para salir de la pobreza.
En el caso de los trabajadores de mediana edad, pudiera pensarse en reinsertarlos por la vía de capacitación en un INCE por sectores. Ej: ascensoristas, aires acondicionados, albañiles, plomeros, carpinteros, bancos y otros. Para el autor, existen vías adicionales para minimizar la pobreza, entre lo que manifestó la necesidad de mejorar el habitad de los más pobres. En este particular hizo referencia al problema de inseguridad personal, especialmente en los sectores marginales.
“A mayor marginalidad más incidencia de la delincuencia, pudiéndose afirmar que si el problema no ha sido resuelto en ningún país, todo parece sugerir que hay hechos o datos desconocidos que no han sido considerados en los actuales planes de seguridad personal. Por falta de organización en las barriadas, los planes de seguridad no suelen contemplar las presencia permanente de efectivos policiales, los operativos policiales suponen una presencia transitoria”.
En otro orden de ideas, considera que uno de los factores relacionados a la pobreza es contar con un Gobierno ineficiente y corrupto, ya que el Estado destina poco dinero a la superación de la pobreza. En ese particular agregó que los recursos se pierden en una burocracia clientelar y en programas populistas que dejan jugosos beneficios a quienes los administran.
En consecuencia concluyó, que existen dos causas fundamentales en la pobreza y un sólo obstáculo, que consisten en: La insuficiente preparación de oficios bien remunerados y la carencia de valores útiles para la eficiencia productiva y la adecuada organización social; y en segundo lugar, La poca diversificación de las exportaciones y la volatilidad de los ingresos petroleros, la cual genera revaluaciones, devaluaciones, inflación, recesión, desempleo y por ende más pobreza.
El obstáculo se refiere a la enorme dificultad que tiene el Estado para reasignar el gasto público a fin de darle preferencia y prioridad a las medidas para la solución de la pobreza.
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